Bisturí a salarios
Oscar Rodriguez [email protected] | Jueves 26 julio, 2012
A revisión pluses de empleados de la Caja
Bisturí a salarios
Podrían destinarse $500 millones a atención de pacientes
Una cuarta parte de lo que se paga en salarios en la Caja puede disminuir, porque son incentivos —en algunos casos— obsoletos e innecesarios.
Para la institución significaría un ahorro de hasta $500 millones anuales que podrían destinarse a la mejora de la atención de pacientes en clínicas y hospitales.
Por esa razón, desde junio anterior, comenzó un proceso de revisión de los pluses que pagan a sus 50 mil trabajadores, para bajar la carga que implican en la planilla.
Los incentivos bajo análisis son al menos 50 tipos diferentes de pluses que se otorgan a médicos, administrativos y enfermeros.
Cada uno de estos grupos tiene condiciones laborales diferentes.
Los beneficios salariales que pueden disminuirse o incluso eliminarse -—si así lo decide la Caja—, son los que la institución otorgó voluntariamente o fueron otorgados en negociación sindical.
Los pluses son dados sin la realización de un análisis de sostenibilidad financiera y su objetivo inicial ha perdido validez con el tiempo.
Además algunos tienen hasta 15 años de antigüedad y no se ha reevaluado si aún son procedentes, como la asignación de vivienda en zona rural.
Asimismo, las condiciones de trabajo han variado con el tiempo y un privilegio otorgado, hace una década, tal vez ahora no sea pertinente.
Hay otros incentivos dados a través de leyes especiales que requerirían un trámite más complicado para su reducción o eliminación.
De optar por una disminución de los pluses salariales, la Caja podría liberar hasta un 30% de lo que paga de planilla cada año.
El ahorro permitiría a la institución realizar una inversión en la construcción o mejora de sus actuales instalaciones.
Con el simple hecho de disminuir en $100 millones los incentivos, la institución tendría recursos para construir hasta diez clínicas de mediano tamaño totalmente equipadas en cualquier parte del país.
Asimismo el dinero se podría destinar a la compra de maquinaria o reparación de la existente, pues durante este año hubo un recorte de un 33% en este presupuesto.
Además de contar con especialistas médicos que la Caja ha dejado de contratar por falta de dinero, afectando a los usuarios a quienes cada mes se les rebaja su cuota de la seguridad social.
De esta forma, la institución disminuiría la lista de espera de más de 650 mil personas, de las cuales la mitad necesitan el diagnóstico médico de su padecimiento.
La decisión de revisar los incentivos salariales se originó por una solicitud de la Auditoría Interna de la Caja.
Durante los próximos meses, la institución comenzará la tarea de verificar cada uno de los pluses y determinará si el beneficio tiene vigencia o no.
Es la primera entidad pública que comienza un análisis sobre la utilización de los beneficios de sus trabajadores.
Los sobresueldos bajo análisis crecieron un 40% durante los últimos tres años.
Los más onerosos para los asegurados son la dedicación exclusiva y la carrera profesional, pues ambos significan el pago de casi $200 millones anuales.
El cuestionamiento es si los bachilleres universitarios y los licenciados tienen derecho a la exclusividad por solo obtener el título.
Los 50 mil empleados de la entidad serían los perdedores, si el análisis determina que hay pluses innecesarios, porque su salario podría bajar.
Pero es el crecimiento descontrolado de la planilla en los últimos seis años lo que tiene a la institución sumida en una crisis financiera.
Para los dirigentes gremiales, la revisión es un llamado a la confrontación y en el fondo una reforma laboral.
Mientras, para la institución se trata de un ordenamiento que se realizaría tomando en cuenta a los trabajadores, tal como se ha hecho con el tema de la cesantía.
Una salida para el desorden salarial en la entidad sería la implementación del salario único para todos los nuevos empleados que contrate.
Este sistema elimina el salario base más los pluses onerosos. El Banco Central, la Contraloría y los bancos Nacional y Popular ya implementaron este modelo de forma exitosa.
La ventaja es establecer una modalidad de pago homologada para todos los empleados y la disminución del costo de la planilla.
Oscar Rodríguez
[email protected]
Bisturí a salarios
Podrían destinarse $500 millones a atención de pacientes
Una cuarta parte de lo que se paga en salarios en la Caja puede disminuir, porque son incentivos —en algunos casos— obsoletos e innecesarios.
Para la institución significaría un ahorro de hasta $500 millones anuales que podrían destinarse a la mejora de la atención de pacientes en clínicas y hospitales.
Por esa razón, desde junio anterior, comenzó un proceso de revisión de los pluses que pagan a sus 50 mil trabajadores, para bajar la carga que implican en la planilla.
Los incentivos bajo análisis son al menos 50 tipos diferentes de pluses que se otorgan a médicos, administrativos y enfermeros.
Cada uno de estos grupos tiene condiciones laborales diferentes.
Los beneficios salariales que pueden disminuirse o incluso eliminarse -—si así lo decide la Caja—, son los que la institución otorgó voluntariamente o fueron otorgados en negociación sindical.
Los pluses son dados sin la realización de un análisis de sostenibilidad financiera y su objetivo inicial ha perdido validez con el tiempo.
Además algunos tienen hasta 15 años de antigüedad y no se ha reevaluado si aún son procedentes, como la asignación de vivienda en zona rural.
Asimismo, las condiciones de trabajo han variado con el tiempo y un privilegio otorgado, hace una década, tal vez ahora no sea pertinente.
Hay otros incentivos dados a través de leyes especiales que requerirían un trámite más complicado para su reducción o eliminación.
De optar por una disminución de los pluses salariales, la Caja podría liberar hasta un 30% de lo que paga de planilla cada año.
Con el simple hecho de disminuir en $100 millones los incentivos, la institución tendría recursos para construir hasta diez clínicas de mediano tamaño totalmente equipadas en cualquier parte del país.
Asimismo el dinero se podría destinar a la compra de maquinaria o reparación de la existente, pues durante este año hubo un recorte de un 33% en este presupuesto.
Además de contar con especialistas médicos que la Caja ha dejado de contratar por falta de dinero, afectando a los usuarios a quienes cada mes se les rebaja su cuota de la seguridad social.
De esta forma, la institución disminuiría la lista de espera de más de 650 mil personas, de las cuales la mitad necesitan el diagnóstico médico de su padecimiento.
La decisión de revisar los incentivos salariales se originó por una solicitud de la Auditoría Interna de la Caja.
Durante los próximos meses, la institución comenzará la tarea de verificar cada uno de los pluses y determinará si el beneficio tiene vigencia o no.
Es la primera entidad pública que comienza un análisis sobre la utilización de los beneficios de sus trabajadores.
Los sobresueldos bajo análisis crecieron un 40% durante los últimos tres años.
Los más onerosos para los asegurados son la dedicación exclusiva y la carrera profesional, pues ambos significan el pago de casi $200 millones anuales.
El cuestionamiento es si los bachilleres universitarios y los licenciados tienen derecho a la exclusividad por solo obtener el título.
Los 50 mil empleados de la entidad serían los perdedores, si el análisis determina que hay pluses innecesarios, porque su salario podría bajar.
Pero es el crecimiento descontrolado de la planilla en los últimos seis años lo que tiene a la institución sumida en una crisis financiera.
Para los dirigentes gremiales, la revisión es un llamado a la confrontación y en el fondo una reforma laboral.
Mientras, para la institución se trata de un ordenamiento que se realizaría tomando en cuenta a los trabajadores, tal como se ha hecho con el tema de la cesantía.
Una salida para el desorden salarial en la entidad sería la implementación del salario único para todos los nuevos empleados que contrate.
Este sistema elimina el salario base más los pluses onerosos. El Banco Central, la Contraloría y los bancos Nacional y Popular ya implementaron este modelo de forma exitosa.
La ventaja es establecer una modalidad de pago homologada para todos los empleados y la disminución del costo de la planilla.
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