A sus 46 años Rocío Mora es la primera tica en nadar 46 km alrededor de Manhattan
Walter Herrera [email protected] | Martes 30 julio, 2019
Rocío Mora es la primera costarricense, hombre o mujer, en completar el “20 Bridges Swim”, un reto que consiste en nadar alrededor de la isla de Manhattan, Nueva York, en un recorrido de 46 kilómetros, y lo hizo precisamente el año que le dio 46 vueltas al sol.
Si bien se realiza a través de ríos, el estar en contacto con el mar, las corrientes y condiciones climáticas adversas se dificulta el traslado.
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Para esto se preparó, junto a Diego Cantillo, en la academia de Kurt Niehaus con entrenamientos para el cuerpo y la mente.
LA REPÚBLICA conversó con la ultramaratonista de aguas abiertas para conocer su experiencia.
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Rocío Mora
Ultramaratonista
Aguas abiertas
¿En cuál momento decide realizar el 20 Bridges Swim?
La idea nació hace unos años, estuve investigando sobre ultramaratones de aguas abiertas, y esta me llamó la atención por la distancia, la locación, porque es por escogencia y no inscripción libre.
También, porque es uno de los retos de la triple corona de aguas abiertas (Canal de la Mancha, Santa Catalina, 20 Puentes de Manhattan).
Descríbanos, desde su punto de vista, cómo se vivieron los 46 kilómetros de nado.
La nadada es muy interesante y entretenida, nunca te aburrís, tenés puntos de referencia cercanos.
Empecé en el Río Harlem y el agua estaba sabrosa, más fría con respecto a las de aquí.
En Costa Rica, por lo general, nadamos en aguas entre los 24 y 28 grados, allá en 18 grados y había que acostumbrarse.
Te acompaña un kayak; en mi caso, un bote donde venían mis hijos y mi esposo.
Siempre hay un observador de la organización que certifica la nadada, realiza apuntes con respecto a brazadas por minuto, tiempo, qué comes, condiciones del tiempo y el agua; es un respaldo, sin eso la nadada no vale.
Después de tantos kilómetros y tantas horas en el agua, ¿cómo mantuvo la mente alerta?
Uno no se aburre; he trabajado tanto lo mental que sé llevarlo, lo único que pensaba era ‘¡Qué bonito estar aquí!’
A veces los brazos te pesan y la espalda te duele, pero es normal.
¿Tuvo alguna dificultad o momento incómodo?
En la parte este de Manhattan ves el George Washington Bridge y ahí el agua empezó a moverse duro, ahí dije ‘empezó lo bonito’.
Estaba preparada para que el agua se moviera así, pero no tan antes, 15 minutos después vi que iba a seguir así, entonces pensé ‘vaya tranquila a su paso’.
¿Cómo es el proceso de alimentación durante la competencia?
Cada media hora hay que tomar hidratante con carbohidratos en polvo, a veces proteína porque te mantiene la energía constante.
Nunca podés tener el tanque vacío, sino es muy difícil, el gasto siempre es mayor a la ingesta.
Comía jaleas y los kayaks llevan agua, tomás 20 segundos y seguís, no te podés agarrar del kayak.
Al finalizar, ¿cómo terminó físicamente?
Terminé entera, con un hambre impresionante pero súper bien, si me hubieran dado un par de horas más ahí sigo nadando.
¿Cuál es el principal mensaje que desea enviar a las personas que quieren repetir lo que logró?
Haber sido la primera costarricense, hombre o mujer, en completar la nadada es un orgullo grandísimo; para mí es un reto más cumplido, me encanta ponerme retos y a veces uno no dimensiona lo que significa, pero me gusta abrir camino para que más gente se atreva; que no digan ‘están locos’, sino que todos lo podemos hacer y es cuestión de constancia y disciplina.
En mi caso, lo considero desde el punto de vista de ejemplo para mis hijos, les digo ‘chicos, les dije hace un tiempo que iba a hacer la vuelta’.
Quería que vieran no solo que lo hice, sino el proceso y esfuerzo que conlleva.