Bicentenario de Costa Rica: el camino de la Patria
La Costa Rica del bicentenario es pobre y desigual. Tiene ciudadanas de segunda categoría (la pobreza y el desempleo tienen rostro de mujer)
Inés Revuelta Sánchez [email protected] | Lunes 09 agosto, 2021
Costa Rica se acerca a la conmemoración de 200 años de vida independiente. Esta celebración debe estar por encima de cualquier tinte ideológico y político, convirtiéndose en un momento memorable que permita concretar las aspiraciones que tenemos como sociedad y un espacio de reflexión para reconocer el tesón de quienes, a lo largo de dos siglos, han construido nuestra Patria a base de trabajo arduo, perseverancia y altos valores morales y éticos.
Nuestro país enfrenta una realidad socavada por una pandemia con una crisis sanitaria que nos ha desfigurado como sociedad y puesto en evidencia las falencias acumuladas a lo largo de varios años de gestión gubernamental carente de visión de futuro. Nos hemos convertido en el país de las decisiones pospuestas, de las indefiniciones, de los nublados del día perpetuados en nuestras acciones cotidianas y estratégicas tanto en lo individual como en lo colectivo.
La Costa Rica del bicentenario es pobre y desigual. Tiene ciudadanas de segunda categoría (la pobreza y el desempleo tienen rostro de mujer), se ha convertido en una fábrica de exclusión escolar, de criminalización de la protesta social y de deslegitimación de toda voz que no represente el discurso oficial. Se carece de un espacio de diálogo sincero, abierto, transparente, constructivo y plural, que reúna las voces y visiones de todos los sectores de la sociedad, sin distingo de posición ideológica.
Por lo anterior, me he propuesto realizar una reflexión cuyo propósito es establecer un punto de encuentro en el presente y una mirada esperanzadora hacia el futuro que pueda dilucidar los grandes desafíos que tenemos como país y nos permita como ciudadanía, deconstruir y reconstruir a partir de una conciencia cívica.
Centraré la reflexión en seis temas medulares para el desarrollo de nuestra sociedad los cuales presentaré en las próximas semanas como un camino hacia el hito del bicentenario: el estado de la democracia, los retos educativos, la cultura como base del tejido social, el sistema de salud como fundamento del Estado social, la feminización de la pobreza y el desempleo; y la necesidad de una reforma integral del Estado.
Esbozaré esta propuesta con la serenidad de una mujer académica y emprendedora, pero, sobre todo, de una ciudadana consciente de la necesidad de sumar a un colectivo social que aspira a tener un país dentro del cual absolutamente todas las personas tengamos una vida digna.
Más allá de las bombetas y celebraciones, Costa Rica merece tener una amplia reflexión bicentenaria y la altura de miras para que nunca se acallen las voces vibrantes de quienes aspiramos a construir una Patria próspera.