Cámaras empresariales chocan por TLC con China
Wilmer Murillo [email protected] | Jueves 20 noviembre, 2008
Industriales y comerciantes discrepan sobre beneficios
Cámaras empresariales chocan por TLC con China
• Sector industrial afirma que degradará el mercado doméstico; el comercial sostiene que se abren oportunidades
Wilmer Murillo
[email protected]
La negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China puso en aceras distintas a las Cámaras de Comercio y de Industrias.
El sector industrial, por un lado, atacó al Ministerio de Comercio Exterior por elaborar un dictamen a favor de un TLC con China, que calificó de “limitado y muy general”.
Este acuerdo con las estimaciones hechas, proyecta que las exportaciones de Costa Rica crecerían un 11%, en tanto que se espera que las importaciones provenientes de China aumenten un 6%.
Para poner en perspectiva la rigurosidad científica del estudio, el sector industrial considera que en él se cita el corcho aglomerado como uno de los productos con muchas posibilidades de ser exportado a China, a pesar que este bien solo se da al sur de la Península Ibérica y al norte de Marruecos.
La Cámara de Industrias planteó que Costa Rica tiene pocas oportunidades de enviar productos a China, por considerar que ese país tiene una industria manufacturera competitiva debido a bajos costos laborales, incentivos de inversión, altos volúmenes de producción y la tecnología incorporada a sus procesos.
Pero la Cámara de Comercio, en cambio, está a favor de que se inicie la conversación para la firma del TLC, por considerar que es un complemento de otra serie de tratados.
“No es el primero (tratado). Tenemos con México, Chile, Canadá, República Dominicana, el Caricom, Panamá y el Cafta y son parte del modelo de apertura de la economía costarricense”, dijo Oscar Cabada, presidente de la Cámara de Comercio.
Tener una “colección” de tratados fue calificado, sin embargo de imprudente, por Tomás Pozuelo, presidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria.
“Estamos opuestos a más tratados mientras sigan las materias primas protegidas y los productos terminados libres, puntos de la agenda de competitividad que siguen pendientes y sin resolver en los tratados firmados”, dijo Pozuelo.
“La industria de Costa Rica no podría más que enviar productos de zonas francas, como Intel, pero enviándolos a otra Intel en China, por lo que un arancel cero no aportaría ventajas arancelarias ni a esa empresa ni al país”, dijo Juan María González, presidente de los industriales.
En cuanto a garantizar ventajas arancelarias, desde el punto de vista jurídico ya existe la Organización Mundial del Comercio y en ese campo tampoco se aportaría nada nuevo a una empresa como Intel, añadió.
De China para Costa Rica el empresario teme que lleguen productos “adulterados, y con problemas sanitarios, tales como juguetes con plomo como ocurrió con el caso de Mattel”, explicó.
Se refirió asimismo a pasta dental que “habría matado muchas personas en Panamá” y leche maternizada como el caso más reciente de adulteración, además de productos del ámbito eléctrico como lámparas y fluorescentes, que sacarían del mercado a empresas como Seyma y Silvannia.
En Estados Unidos han sido retirados 560 productos chinos en dos años por diferentes problemas, y ninguno de Costa Rica. “China tiene, además, un Gobierno débil para controlar a sus propios fabricantes y nos pondrían en riesgo con muchos de esos productos, no solo peligrosos sino fraudulentos”, afirmó el industrial.
No obstante, la visión de los comerciantes es diferente.
“Habrá algunos productos chinos que no cumplen con las normas, pero nos corresponde a nosotros establecer mecanismos, controles sanitarios, fitosanitarios y otros de calidad”, replicó Cabada.
Lo importante, señaló, es que exista un comercio fluido de productos y no se erijan barreras no arancelarias”.
Además, recordó que igual hubo voces conservadoras o proteccionistas cuando se firmó un tratado con México, y se decía “que los mexicanos nos iban a invadir de productos”.
Los chinos, agregó, no están esperando para tratar de vendernos, pues ya hay en el país todo tipo de productos, de diferente tamaño y dimensión. Muchos de ellos cumplen las normas de calidad internacional, señaló el empresario.
Por su parte, González opina que Costa Rica no debe depender de un solo mercado, pero no es el momento oportuno para suscribir un tratado con China.
En el caso de un interés político acentuado se debería iniciar explorando y concretando posibilidades de libre comercio a través de un acuerdo de alcance parcial, señaló.
Puede haber grupos que se sientan amenazados, pero el tratado nos parece positivo, agregó Cabada, “porque va a generar un flujo de inversión y co-inversión eventualmente, y nos dará un marco jurídico para tratar de manera más estructurada con nuestras contrapartes chinas”.
El tratado comercial entre Costa Rica y China, que constaría de ocho rondas de negociación, se comenzará a negociar a partir del 19 de enero próximo. La idea es dejarlo terminado y firmado antes de que finalice esta administración.
Cámaras empresariales chocan por TLC con China
• Sector industrial afirma que degradará el mercado doméstico; el comercial sostiene que se abren oportunidades
Wilmer Murillo
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La negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China puso en aceras distintas a las Cámaras de Comercio y de Industrias.
El sector industrial, por un lado, atacó al Ministerio de Comercio Exterior por elaborar un dictamen a favor de un TLC con China, que calificó de “limitado y muy general”.
Este acuerdo con las estimaciones hechas, proyecta que las exportaciones de Costa Rica crecerían un 11%, en tanto que se espera que las importaciones provenientes de China aumenten un 6%.
Para poner en perspectiva la rigurosidad científica del estudio, el sector industrial considera que en él se cita el corcho aglomerado como uno de los productos con muchas posibilidades de ser exportado a China, a pesar que este bien solo se da al sur de la Península Ibérica y al norte de Marruecos.
La Cámara de Industrias planteó que Costa Rica tiene pocas oportunidades de enviar productos a China, por considerar que ese país tiene una industria manufacturera competitiva debido a bajos costos laborales, incentivos de inversión, altos volúmenes de producción y la tecnología incorporada a sus procesos.
Pero la Cámara de Comercio, en cambio, está a favor de que se inicie la conversación para la firma del TLC, por considerar que es un complemento de otra serie de tratados.
“No es el primero (tratado). Tenemos con México, Chile, Canadá, República Dominicana, el Caricom, Panamá y el Cafta y son parte del modelo de apertura de la economía costarricense”, dijo Oscar Cabada, presidente de la Cámara de Comercio.
Tener una “colección” de tratados fue calificado, sin embargo de imprudente, por Tomás Pozuelo, presidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria.
“Estamos opuestos a más tratados mientras sigan las materias primas protegidas y los productos terminados libres, puntos de la agenda de competitividad que siguen pendientes y sin resolver en los tratados firmados”, dijo Pozuelo.
“La industria de Costa Rica no podría más que enviar productos de zonas francas, como Intel, pero enviándolos a otra Intel en China, por lo que un arancel cero no aportaría ventajas arancelarias ni a esa empresa ni al país”, dijo Juan María González, presidente de los industriales.
En cuanto a garantizar ventajas arancelarias, desde el punto de vista jurídico ya existe la Organización Mundial del Comercio y en ese campo tampoco se aportaría nada nuevo a una empresa como Intel, añadió.
De China para Costa Rica el empresario teme que lleguen productos “adulterados, y con problemas sanitarios, tales como juguetes con plomo como ocurrió con el caso de Mattel”, explicó.
Se refirió asimismo a pasta dental que “habría matado muchas personas en Panamá” y leche maternizada como el caso más reciente de adulteración, además de productos del ámbito eléctrico como lámparas y fluorescentes, que sacarían del mercado a empresas como Seyma y Silvannia.
En Estados Unidos han sido retirados 560 productos chinos en dos años por diferentes problemas, y ninguno de Costa Rica. “China tiene, además, un Gobierno débil para controlar a sus propios fabricantes y nos pondrían en riesgo con muchos de esos productos, no solo peligrosos sino fraudulentos”, afirmó el industrial.
No obstante, la visión de los comerciantes es diferente.
“Habrá algunos productos chinos que no cumplen con las normas, pero nos corresponde a nosotros establecer mecanismos, controles sanitarios, fitosanitarios y otros de calidad”, replicó Cabada.
Lo importante, señaló, es que exista un comercio fluido de productos y no se erijan barreras no arancelarias”.
Además, recordó que igual hubo voces conservadoras o proteccionistas cuando se firmó un tratado con México, y se decía “que los mexicanos nos iban a invadir de productos”.
Los chinos, agregó, no están esperando para tratar de vendernos, pues ya hay en el país todo tipo de productos, de diferente tamaño y dimensión. Muchos de ellos cumplen las normas de calidad internacional, señaló el empresario.
Por su parte, González opina que Costa Rica no debe depender de un solo mercado, pero no es el momento oportuno para suscribir un tratado con China.
En el caso de un interés político acentuado se debería iniciar explorando y concretando posibilidades de libre comercio a través de un acuerdo de alcance parcial, señaló.
Puede haber grupos que se sientan amenazados, pero el tratado nos parece positivo, agregó Cabada, “porque va a generar un flujo de inversión y co-inversión eventualmente, y nos dará un marco jurídico para tratar de manera más estructurada con nuestras contrapartes chinas”.
El tratado comercial entre Costa Rica y China, que constaría de ocho rondas de negociación, se comenzará a negociar a partir del 19 de enero próximo. La idea es dejarlo terminado y firmado antes de que finalice esta administración.