No se sabe con exactitud si se lograrán adjudicar los $600 millones, solo $200 millones son fijos
Contratos de colocación son un leve respiro para Hacienda
Para diciembre las obligaciones de pago del Gobierno son grandes
Fabio Parreaguirre [email protected] | Miércoles 21 noviembre, 2018
Los recursos generados con los contratos de colocación —adjudicados el lunes— pueden dar un respiro en el flujo de caja del Gobierno y ser el inicio de un proceso que haga regresar la confianza al mercado.
Por otro lado, esto debe completarse con un favorable resultado en torno a la decisión de la Sala Cuarta en materia fiscal, la que se espera para esta semana.
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De no ser favorable la decisión constitucional sobre la reforma fiscal, puede que las colocaciones no lleguen al máximo de los $600 millones posibles, por el momento solo $200 millones son fijos.
Para el cierre de año, Hacienda necesita alrededor de ¢1,65 billones para poder cumplir con sus obligaciones.
El dinero de los contratos puede servir para cancelar parte de las letras del tesoro que vencen el próximo 26 de diciembre, o para el pago de vencimientos cuyo monto entre noviembre y diciembre es cercano al 1,8% de la producción nacional.
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Además, entre el pago de salarios y aguinaldos, se gasta cerca de un 1,5% del PIB.
El bajo crecimiento en los ingresos del Gobierno sería otro problema para Hacienda, que, aunque para el 15 de diciembre recibiría una buena porción de dinero proveniente de las cancelaciones del último tracto de renta, esta podría ser mucho menor a la de años anteriores.
Entre optimismo y pesimismo
No es gran cosa lo que se genera con los contratos de colocación, más que un respiro para Hacienda y las colocaciones en colones, que han sido pobres en el último mes.
Roxana Morales
Economista
UNA
Los contratos de colocación por $600 millones, a un tipo de cambio de ¢603 por dólar (referencia del BCCR), significan alrededor de ¢362 mil millones; mientras, lo que se debe pagar por letras del tesoro antes del 26 de diciembre (principal más intereses) corresponde a poco más de ¢506 mil millones (1,46% del PIB de 2018), evidenciando que claramente estos contratos no alcanzan ni para pagar estas letras.
Adicionalmente, vencen otras deudas (interna y externa), entre noviembre y diciembre por un monto cercano al 1,8% del PIB y, hay que pagar salarios de la segunda quincena de noviembre, de todo diciembre y los aguinaldos. En total podríamos decir que se requieren como mínimo alrededor de ¢1,65 billones para poder cumplir con las obligaciones de 2018.
Adriana Rodríguez
Economista
Frecuencia Económica
Si bien el monto se hace pequeño ante las necesidades operativas y financieras de Hacienda, significa un voto de confianza que no deja de ser relevante en el contexto de incertidumbre actual.
El esfuerzo por asegurar fondos, a las puertas de conocerse el criterio de la Sala IV y con advertencias de acciones desfavorables por parte de las calificadoras internacionales, es destacable.
Karla Arguedas
Gerente
Prival Advisory & Strategy
Los recursos generados con los contratos de colocación pueden dar un respiro al flujo de caja del Gobierno y ser el inicio de un proceso que haga regresar la confianza al mercado. Este deberá completarse con un favorable resultado en torno a la decisión de la Sala Cuarta en materia fiscal; lo que se espera para esta misma semana.
Sabemos que una de las colocaciones será con vencimiento a 2021 y con una tasa de rendimiento del 9,26%. Esto provoca un cambio en las condiciones del mercado, y por eso los inversionistas no han querido participar en las recientes subastas.
Marlon Chacón
Analista Económico
Ecoanálisis
La colocación tiene un efecto principalmente de confianza.
A Hacienda no se le ha hecho fácil captar recursos en el mercado, claro ejemplo de lo anterior fue la necesidad de la emisión de letras del tesoro, por ende, esta colocación viene a dar un respiro que ayudará a hacerle frente a ciertas obligaciones del Gobierno Central a fin de año.
Además, esto podría facilitar colocaciones futuras (en caso de ser necesario) y tendría un efecto de menor presión sobre el tipo de cambio y tasas de interés.
El contrato se hace por un monto variable, o sea, de hasta $600 millones pues dependerá de la capacidad del Ministerio de Hacienda para seguir captando recursos localmente a tasas de interés aceptables.