Costa Rica cumplió más de un siglo con dependencia energética del petróleo
Ricardo Trujillo [email protected] | Miércoles 19 julio, 2023
Ricardo Trujillo Molina MScEE
Deseo compartir con ustedes lo que será mi conferencia en el foro COSTA RICA SOLAR 2023 el próximo 21 de Julio, evento que ha contado con el pleno patrocinio de este medio publicitario.
Hay temas que nos llenan de sumo orgullo a nivel mundial, como es nuestra democracia, y por supuesto, nuestras repetidas participaciones en el mundial de futbol de la FIFA. Pero también hay temas que sólo son mitos, como por ejemplo el que somos el pais más feliz del mundo y que generamos toda nuestra energía con fuentes renovables. La realidad es otra, somos una sociedad altamente endeudada a nivel de gobierno y familiar y con un nivel de homicidios y feminicidios en crecimiento y superior al de países violentos. Eso impide que en realidad vivamos felices. Tampoco es cierto que toda la energía la generamos de fuentes renovables, pues se ha confundido toda la energía que usamos en el país, con toda la energía eléctrica que se produce en el país. Son cosas muy diferentes.
La cruda realidad es que el 66% de toda la energía que se consume en el país proviene de los estados unidos en concepto de importaciones de derivados del petróleo, gasolina, diésel, propano y keroseno. El 10% de toda esa energía proviene de la quema de madera de nuestros bosques y solamente el 24% de toda esa energía es la electricidad que en anos lluviosos generamos con casi un 100% de fuentes de energía primaria renovables, como son los saltos de agua, el viento, la geotermia y la luz solar. Y esa gran dependencia del petróleo ya cumplió más de 100 años, pues desde antes que llegase el primer automóvil al país, allá por 1907, ya se importaban miles de kilos de gasolina en latas metálicas para los conjuntos de generación a combustión alimentando motores eléctricos.
Con el incremento en la importación de autos de motor a gasolina, se incrementó también la importación de derivados del petróleo. A estas alturas del siglo 21, RECOPE importa anualmente casi 22 millones de barriles de derivados del petróleo, cuyo equivalente energético es de 34 teravatios hora, el triple de lo que generan las plantas eléctricas del ICE en todo el territorio nacional. El monto total que se pagan por esas importaciones ha llegado en años anteriores a casi 3 mil millones de dólares, un monto superior al valor de todas las exportaciones de banano y de pina juntas.
Sustituir esos 22 millones de barriles importados no será tarea fácil ni inmediata. Primero tenemos que cambiar de flota vehicular a los modernos autos eléctricos y simultáneamente tenemos que ir incrementando a un ritmo nunca antes efectuado, la futura matriz de plantas de generación de energía eléctrica. Un incremento que bien podría ser el doble o el triple del crecimiento obtenido en décadas anteriores, es decir, del 15% anual o mayor.
Durante la administración de Carlos Alvarado, el gobierno definió un plan de descarbonización de la economía nacional, es cual era incluso más ambicioso que la simple sustitución de gasolina por electricidad. El plan pretendía revolucionar toda la producción agrícola y ganadera introduciendo practicas menos contaminantes de CO2 a la atmosfera, así como todo un uso mas eficiente de la energía que requerimos a diario. Ese plan no avanzo en lo absoluto debido a que el gobierno no incluyo ni convenció al sector privado ni a toda la población, para que, con sus dineros privados, realizasen esa transición energética. Es más, nunca pretendió abrir el mercado eléctrico para que miles de nuevos actores, fueran los principales inversionistas para las plantas que generarían esa enorme cantidad de energía eléctrica para cargar a toda hora y a diario, las baterías de los futuros autos eléctricos. La estimación de cuanta energía eléctrica será necesaria cada año es un dato que ninguna entidad de gobierno se ha dado a la tarea a calcular.
Peor aún, las estimaciones del incremento de la demanda eléctrica para estos meses del fin del verano del 2023 fueron erradas por el ICE, y las consecuencias de ese yerro han sido alzas en tarifas eléctricas y un plan acelerado de aceptación de la generación solar fotovoltaica en hasta 150 MW en plantas BOT centralizadas, y lo que se pueda construir en plantas distribuidas al amparo de la ley 10086. Estas plantas son urgentes para el SEN ya que permitirán sustituir a horas diurnas y del mediodía, la generación con plantas térmicas quemando bunker derivado del petróleo. Un drástico ahorro económico para el ICE y para sus abonados. Eso es lo que esperamos y creemos que ocurrirá. Si por el contrario, se aprueba la ley para que el ICE se salte la regla fiscal, entonces se olvidaran de las plantas solares, y volverán a seguir construyendo plantas de generación eléctrica mas cara, como son Pailas II y más de una hidroeléctrica indicada en el plan de la expansión de la generación eléctrica vigente.
El país necesita urgentemente que el ICE y todos los generadores privados, cooperativos, municipales y distribuidos, comiencen a competir de manera agresiva en precios contra las gasolinas que importa RECOPE. Una sana competencia que facilitará el cambio de nuestros carros de gasolina a eléctricos. El país también necesita urgentemente que nuestros futuros gobiernos se esmeren en conseguir créditos blandos a nivel mundial para la importación de vehículos eléctricos. Sin esos créditos blandos no vamos a poder financiar a bajo costo la importación de 2 millones de autos eléctricos en los próximos 30 años.
El país urge de mayor libertad de generación eléctrica, para que entre todos logremos el objetivo de sustituir los casi 34 teravatios hora de energía fósil equivalentes por energía eléctrica. Pronto sabremos si este gobierno o los futuros han comprendido de esta urgencia y de la impostergabilidad para alcanzar nuestra independencia energética.
Tenemos los recursos naturales renovables para esa generación eléctrica de bajo costo, como son la irradiación solar en casi todo el territorio nacional y los vientos casi permanentes sobre bahía salinas y mar adentro en ese mismo paralelo. Es cuestión de abolir cuanto antes los monopolios y monopsonios que impiden el desarrollo de la generación eléctrica moderna, la distribuida. ¿Lo comprenderá nuestro actual presidente o solo le interesa la cuestión fiscal como parece ser su prioridad más urgente?