Costa Rica en la lista de países con menos tiempo efectivo en las aulas

Con la eliminación de 40 comités y comisiones que recargaban las labores a los docentes, se procura conseguir que dediquen más tiempo efectivo a la enseñanza.

Ello porque en la actualidad los estudiantes pierden hasta cuatro meses del curso lectivo por actividades no relacionadas con la enseñanza a que someten a los educadores, reveló el sexto Estado de la Educación.

Esta situación coloca a Costa Rica como uno los países de la región con el tiempo efectivo en las aulas más bajo: mientras en algunas naciones es de un 85%, en el país apenas alcanza el 69%.  

Además de los comités, se han identificado otras tareas que restan hasta la mitad del tiempo efectivo en las aulas, como pasar lista, recoger materiales o tareas o regañar a los dispersos.

"Como parte de las acciones afirmativas que viene realizando el MEP para el inicio del curso lectivo 2020, hemos hecho una apuesta importante a una reforma y derogación parcial del Reglamento General de Establecimientos Oficiales de Educación Media", anunció Guiselle Cruz, ministra de Educación.

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Este cambio radica en hacer un mejor uso del tiempo efectivo de clases en los centros educativos para darle potestad a los directores de potenciar los equipos de trabajo para el logro de sus objetivos en el marco de la autonomía relativa definida en nuestra política educativa: la persona centro del proceso educativo y sujeto transformador de la sociedad, agregó la funcionaria.

En esa línea, el MEP viene con el proceso de dedicarle más horas a la educación desde mayo de 2018; primero, con la firma de una directriz en la que suspendía la creación de nuevos comités.

Además, se daba la instrucción a los directores de cada centro educativo de no interrumpir al personal docente cuando imparte lecciones con la solicitud de requerimientos administrativos.

Al mismo tiempo, se giraron instrucciones para que en 1.240 escuelas unidocentes (con menos de 30 alumnos) y unas 1.066 direcciones 1 (que tienen entre 31 y 90 estudiantes y la mayoría en áreas rurales y de difícil acceso), las labores administrativas de los docentes no superaran las dos horas. 

Otro aspecto por el que se ha apostado a bajar estas cargas a los docentes es el síndrome del trabajador quemado o “burnout” que padecen.

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De 15 mil afiliados de Jupema, el 30% tiene rasgos del síndrome que se lo atribuyen a la sobrecarga de tareas, por las que en muchas ocasiones deben seguir su trabajo desde sus hogares.

Y es que, aparte de impartir lecciones, deben realizar tareas administrativas burocráticas, planeamientos de sus clases, participar en actividades curriculares y extracurriculares, en comités y la atención de padres de familia.

Esto no solo pone en jaque la calidad de las lecciones que imparten, sino que repercute en su salud, ya que quienes padecen este síndrome presentan complicaciones como: dolores de cabeza, huesos, músculos, molestias gastrointestinales, úlceras, insomnio, hipertensión arterial y problemas en la piel.