Costa Rica, segundo país más pacífico de Latinoamérica
Jeffry Garza [email protected] | Lunes 19 septiembre, 2016
Costa Rica es el segundo país más pacífico de América Latina y el número 33 del mundo, de acuerdo con el Índice Global de Paz 2016, que se publica anualmente.{l1}costa_rica_libre_de_terrorismo{/l1}
Nuestro país solo es superado por Chile, en el lugar 27, pero en ambas naciones, se considera que hay niveles elevados de paz, segundo rango más alto del estudio.
Costa Rica escala una posición en la lista respecto al año anterior, así como la mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe, que superan en promedio a los de Sudamérica, a pesar de los conflictos con pandillas en el llamado “Triángulo del Norte”.
El país más pacífico del mundo es Islandia, mientras que el más violento es Siria.
El costo de la violencia equivale al 13,3% del Producto Interno Bruto (PIB) Global.
El Índice Global de Paz es hecho por el Instituto para la Economía y Paz con base en 23 factores cuantitativos y cualitativos de 163 países y territorios independientes que representan el 99,7% de la población global.
1. Chile
El costo de la violencia en este país ascendió a $18 mil millones en 2014, un 5% de su PIB.
Está entre los países con menos conflictos con otras naciones, junto a Uruguay.
2. Costa Rica
Escaló un lugar respecto al año anterior, pero el informe resalta que los conflictos fronterizos han afectado la percepción de paz en el país.
La ausencia de fuerzas armadas es su punto más fuerte.
3. Uruguay
Se ubica en la posición 35 global gracias a la disminución de las manifestaciones violentas durante el último año.
También tiene puntuaciones altas porque no registra conflictos armados o políticos con países vecinos.
4. Panamá
Es el que más escaló puestos en la región, al pasar del lugar 73 al 49, gracias a una “menor incidencia de demostraciones violentas e inestabilidad política”, reza el informe.
También presenta niveles bajos de militarización.
5. Argentina
Ocupa el lugar 67 a nivel mundial. Afectado principalmente por la persecución que hubo en años anteriores a los opositores del gobierno de Cristina Fernández, lo que bajó sus puntuaciones en estabilidad política.