¿Debería otorgar un testamento con fideicomiso?
Elías Shadid [email protected] | Martes 23 abril, 2019
En Costa Rica, de conformidad con los reportes del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) durante el primer semestre de 2018, se registraron 597 muertes por accidentes de tránsito y otras causas externas accidentales. Muchos piensan que la muerte es algo que viene con la vejez, pero lastimosamente el INEC registró, para el mismo periodo de tiempo, 3.883 muertes correspondientes al grupo etario entre 15 y 64 años.
Desafortunadamente, la muerte ocasiona lesiones emocionales, cambios irreversibles en la vida de los seres queridos y, peor aún, conflictos patrimoniales entre los herederos una vez que la persona falta. Estas son algunas de las principales causas que han forzado a las personas a familiarizarse con la naturaleza básica de un testamento. Sin embargo, en muchos casos, un testamento ordinario no reduce la probabilidad de conflictos entre herederos y no evita problemas en la operación efectiva y continua de los negocios familiares en el mediano y largo plazo. De ahí la importancia de utilizar un testamento con fideicomiso.
Como instrumento, es una forma de asegurarse que los bienes y derechos y sobre todo los beneficios, dividendos y rendimientos que se heredan o legan lleguen a manos de las personas que se desea y por el tiempo que se desea. De igual forma y no menos importante, ayuda a evitar que la herencia genere problemas que en muchos casos pueden llegar a dividir a una familia.
Dicho lo anterior, entonces ¿qué es un testamento con fideicomiso? En una forma muy sintetizada, podemos decir que es un testamento en el que, en relación con todos o algunos bienes o derechos de la persona que lo otorga, se crea un fideicomiso que los administre en beneficio de todos o algunos herederos o terceras personas, el cual nace una vez que el otorgante haya fallecido.
Se recomienda otorgar un testamento con fideicomiso en los casos en los que una persona planea heredar negocios o valores de cualquier tipo, que generen rendimientos en el tiempo y con razones importantes por las que no se pueda o quiera delegar la responsabilidad de su administración a los herederos.
Una de sus ventajas es que permite incluir disposiciones de última voluntad más complejas, o algunas que el testamento no permite; además, permite delegar la administración de bienes por periodos mayores a los de un testamento en manos de un tercero imparcial y profesional en la materia. Asimismo, se pueden incluir restricciones o condiciones a los herederos por plazos mayores a los que se pueden incluir en un testamento. En caso de que existan obligaciones alimentarias, es posible prever su cumplimiento por medio del patrimonio del sucesorio y así no afectar otras disposiciones de última voluntad.
No se debe olvidar que toda persona tiene derecho a planificar el destino de sus bienes, ya sea en vida o para después de la muerte. Incluso, para muchos es una necesidad para tener una vida en paz y tranquilidad. El testamento con fideicomiso hoy constituye un instrumento de planificación patrimonial y sucesoria que siempre debe ser evaluado como una posibilidad y tomado en cuenta cuando se otorga o busca asesoría en la materia. Constituye un medio único para resolver necesidades especiales de planificación sucesoria y, en consecuencia, puede ser el único medio que en ciertos casos puede dar la paz y tranquilidad que muchas personas necesitan.
Elías Shadid E.
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