El CAR, un edificio que no caminó en la cancha
Gaetano Pandolfo [email protected] | Viernes 04 noviembre, 2022
En Liga Deportiva Alajuelense sucedían a lo interno del club cosas extrañísimas.
Cuando despidieron al técnico Albert Rudé, el entonces gerente deportivo, Agustín Lleida, manifestó públicamente que un señor humilde, muy allegado al equipo, muy querido por los jugadores de varias generaciones y con grandes conocimientos de fútbol (Lleída dio el apodo de este señor), le dijo qué (refiriéndose a Rudé), nunca había conocido a alguien con tantos conocimientos de fútbol.
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Al escuchar a Lleída ese día, me hice la pregunta: ¿por qué no nombró a Rudé entonces como supervisor, encargado o técnico de las ligas menores del club?
¿Cómo dejaron ir a un técnico con ese caudal de conocimientos?
Igual se marchó el joven Fernán Faerrón sin explicaciones convincentes, al veterano defensa mexicano, de alta calidad, Daniel Arreola lo dejaron ir porque erró un penal y al joven Marco Meneses de Guadalupe, lo firmaron en dos ocasiones para que no jugara dos partidos completos.
A Wilmer “Pato” López le dieron el confite del equipo femenino, pero otros íconos del club como Luis Diego Arnáez, Mauricio Montero, Joseph Miso, Pablo Izaguirre, Christian Oviedo, Alvaro Solano y varios más, salieron o los sacaron del club por la puerta de atrás y ni qué decir de los puntapiés a los traseros de Javier Delgado, Luis Antonio Marín y Harold Wallace.
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Cuando Fernando Ocampo fue electo presidente de la Liga, en esta Nota dijimos que ese nombramiento era un lujo para el club. Las credenciales extra futbolísticas de don Fernando, ameritaban ese calificativo.
Ocampo tiró la toalla esta semana, después de que el León perdió la final de la Liga Concacaf con Olimpia, y se retira con saldos positivos en lo administrativo, pero altamente negativos en lo futbolístico.
La dirigencia del Alajuelense se engolosinó con el CAR y centró sus éxitos en un edificio y no en el equipo de fútbol, con fichajes millonarios y rimbombantes quizá innecesarios, directores técnicos destituidos en serie, sin analizar fríamente sus trabajos (Andrés Carevic fue muy bueno) y un hecho monumental de una gestión negativa: Alajuelense no tiene peso, ni cuenta en la Federación Costarricense de Fútbol ni en la Selección Nacional, dominaba por otros clubes.
Como triste consuelo, agregamos que la Liga, ha estado más salada que moco de marinero y la mala suerte ha sido factor determinante de varios de sus ahora habituales fracasos.