El enfoque en lo positivo
| Jueves 07 mayo, 2015
El enfoque en lo positivo
• Si nuestro foco de pensamiento se dirige hacia lo positivo, solo cosas positivas pueden sucedernos
Muchos de los amables lectores habrán vivido la experiencia de un embarazo en primera persona, es decir, como progenitores. A partir del día en que conocieron de su embarazo, comenzaron a ver mujeres en estado de buena esperanza por todos lados. En el supermercado, en su lugar de trabajo, etc. ¿Dónde estaban todas esas embarazadas antes? Estaban ahí pero nunca nos percatamos de su presencia.
El sistema cognitivo de los seres humanos actúa de este modo cuando enfocamos nuestros pensamientos en algo concreto. Si nuestro foco están en el modelo de carro que queremos comprarnos, comenzaremos a ver ese mismo vehículo en todas partes, como si el resto de modelos pasaran desapercibidos.
Lo mismo ocurre en otros aspectos de la vida, sobre todo en el laboral. Un nuevo compañero se incorpora a la oficina. No reparamos demasiado en lo que hace o deja de hacer y nos parece un tipo simpático. Todo va bien hasta que alguien nos dice: “¿Te has fijado que el nuevo no deja de usar el celular?”. A partir de ahí nuestro cerebro comienza a enfocarse en el comportamiento del compañero nuevo. “En efecto, el tipo no deja de usar su celular y deja descuidado el trabajo”. Quizá ni siquiera hemos comparado el uso que nosotros hacemos del teléfono versus el que realiza el compañero nuevo al que criticamos. La cuestión es que estamos atentos a su comportamiento y lo magnificamos.
Por el contrario, si nuestro foco es en lo positivo de nuestro jefe o nuestro nuevo compañero, la reacción será la contraria. Veremos con más claridad los aspectos de ellos que nos producen un efecto positivo: compañerismo, simpatía, apoyo, etc. Haga la prueba. Piense en qué tiene de bueno su empresa, su jefe, sus compañeros, su ambiente laboral, enfóquese en ello y no en lo negativo. Comprobará que su día a día mejora.
Los pensamientos negativos solo provocan reacciones negativas. Ocurre con las personas y, por ende, con las propias organizaciones. Si desde la gerencia se transmite miedo al futuro, un enfoque de pesimismo sobre el mercado y se genera un ambiente hostil, la reacción de toda la empresa será esa misma: falta de motivación, pesimismo, dudas, un ambiente pesado, etc. El foco estará en lo negativo.
Si el líder, por el contrario, transmite optimismo sobre los proyectos en marcha, ausencia de miedo ante las adversidades, capacidad de su equipo para afrontar los retos del futuro, los colaboradores se enfocarán en las soluciones, no en los problemas.
El deporte nos ofrece buenos ejemplos de la importancia de enfocarse en lo positivo. Los deportistas realizan sesiones de visualización antes de competir para reproducir las sensaciones positivas que se registran durante un buen partido. Sin embargo, cuando un deportista comienza a pensar en la derrota, su foco se va hacia esas sensaciones y la negatividad lo embarga y la derrota está asegurada.
Veamos los aspectos positivos y pasemos por alto los miedos para lograr un buen equilibrio en nuestra vida y nuestro trabajo. No en vano el filósofo estadounidense Emerson afirmó que “el elemento que más batallas ha hecho perder al ser humano es el miedo”.
Francisco Avilés R.
Socio-director Cross&Grow
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