El hallazgo de caja negra no despeja dudas sobre accidente
EFE | Jueves 26 marzo, 2015
El hallazgo de caja negra no despeja dudas sobre accidente
Los investigadores del accidente del Airbus A320 en los Alpes dieron ayer dos noticias: la buena, que han recuperado la grabación sonora de lo sucedido en la cabina del avión antes de estrellarse. Y la mala, que siguen sin explicarse qué pudo suceder.
La reputada Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) francesa tiene en su poder “un archivo de audio utilizable” en el que deberían ser capaces de escuchar lo acontecido en el vuelo entre Barcelona y Düsseldorf de la compañía Germanwings, en el que perdieron el martes la vida 150 personas.
El proceso —advirtió el director del BEA, Rémi Jouty— podría llevar “varias semanas” o incluso “meses”, aunque confían en recuperar también la segunda caja negra del aparato, que registra los parámetros técnicos, para completar su labor.
Por ahora, lo único que descartan los investigadores es que el avión explotase en pleno trayecto: “El avión voló hasta el final”, concretó Jouty ante los medios de comunicación.
Sin embargo, las certezas acaban prácticamente aquí.
En una muestra de sinceridad apabullante, en la línea de gran transparencia seguida hasta el momento por las autoridades francesas, el director del BEA reconoció el desconcierto que todavía planea sobre las preguntas clave.
“No tenemos la menor explicación del motivo que llevó al avión a descender ni por qué este no respondió a los intentos de contacto de los controladores aéreos”, reconoció Jouty.
Por eso, al igual que han hecho hasta ahora los responsables políticos franceses, insistió en que “ninguna hipótesis está cerrada” cuando se le preguntó acerca de una supuesta acción terrorista como causa.
Pero el resto de elementos de la investigación que adelantó Jouty solo contribuyeron a sembrar más dudas acerca del suceso.
“La curva de la trayectoria es compatible con la de un avión controlado por pilotos, con la excepción de que no imaginamos que pilotos puedan conscientemente enviar un avión hacia la montaña”, explicó, antes de añadir que esa curva también es compatible con la que podría trazar un piloto automático.
Tampoco las óptimas condiciones meteorológicas ofrecen explicación alguna del momento del accidente, aunque su empeoramiento ha complicado las labores de identificación y rescate de los cadáveres que yacen diseminados en el macizo de Les Trois Échêvés.
En una entrevista con la televisión pública, Manuel Valls, primer ministro francés, pidió esperar “algunas horas” para que se pueda completar un análisis preliminar de la grabación y disponer de nuevos elementos.
La carcasa de la segunda caja negra fue descubierta ayer por los servicios de rescate, pero no su contenido.
El BEA -que está trabajando en cooperación con sus instituciones homólogas en Alemania y España, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC)- también ha abierto pesquisas sobre el historial y la formación de los pilotos, cuya identidad permanece en el anonimato.
Francia, como país fabricante de cajas negras en la empresa Thales y como sede de Airbus, tiene una gran experiencia en la investigación de accidentes aeronáuticos, en los que el BEA es reconocido como una autoridad mundial en la materia.
Se necesitarán todos sus esfuerzos para cumplir la promesa que François Hollande, presidente francés, hizo ayer a Angela Merkel, y Mariano Rajoy, jefes de los gobiernos alemán y español, ante la capilla ardiente en el pueblo de Seyne-les-Alpes.
“Francia hará todo lo que haga falta para que se conozca lo que sucedió. Se hará la luz sobre las circunstancias del accidente. Se lo debemos a las familias”, sentenció, solemne, Hollande.
París/EFE