Entre la urgencia y la búsqueda de consenso
| Viernes 31 octubre, 2014
Actualmente es probable que tengan que hacerse ajustes en el “cómo”, con frecuencia, aunque tengamos marcado un rumbo, porque eso exigen las épocas de crisis como la que vivimos, aun cuando no las hemos provocado. Habrá que gerenciar el caos y enfrentar la corrupción
Entre la urgencia y la búsqueda de consenso
Buscar consenso o no buscarlo; hay temas ya muy analizados; hubo durante años comisiones que estudiaron los problemas nacionales y todo quedó en nada; muy poco tiempo para señalar una parálisis; se necesita un nuevo reglamento legislativo para evitar bloqueos; hay indefinición total en todas las áreas…, son parte de las opiniones informadas en una página de este medio ayer.
Es interesante que la lectura de las declaraciones dadas por diferentes personas, representantes de diversos sectores de la sociedad, refleja que en esta existe la misma complejidad de ideas y propuestas que en el Congreso.
Salir de los rápidos y mucho más fáciles acuerdos que se tomaban cuando reinaba el bipartidismo, tiene su costo. Toda evolución, para bien o para mal lo tiene.
Salir de una parálisis que llevamos varios años de soportar podría hacerse de dos maneras: una imponiendo verticalmente las decisiones y la otra haciendo consulta a los sectores antes de decidir.
Quizás para muchos lo aceptable sería que las consultas se hagan pero que se ponga límite a ese periodo y se fijen fechas para decidir.
El gobierno por su parte dice que hay logros que se han venido construyendo a partir de diálogos sobre temas importantes. Cita como ejemplos, el Sistema de Banca para el Desarrollo (paralizado desde su creación por ley en 2008), la ley de expropiaciones (que tantos retrasos ha producido en obras de infraestructura), préstamo para infraestructura y fideicomiso para el ICE, entre otros.
Cada sector exige hoy que todo se active de inmediato, como lógica consecuencia de haber tenido tantos años de falta de gestión o de gestión deficiente.
La llegada de un nuevo gobierno que aún nadie había visto gobernar, porque se estrena en esto, levantó unas expectativas muy grandes para algunos y hasta temor al cambio en otros.
Todos desean que las cosas se resuelvan ya. En realidad cada sector espera que además de resolverse los asuntos se decanten por lo que ellos desean de acuerdo con sus intereses.
Para el bipartidismo de otras épocas, era mucho más fácil llegar a acuerdos. Pero no podemos decir por eso que aquella situación fuera la mejor para el país. Quizás sí, quizás no.
Lo cierto es que vivimos una etapa de evolución de la acción política en Costa Rica y el mundo, y lo deseable es que, al final de ella, nuestra democracia haya madurado aún más.
Actualmente es probable que tengan que hacerse ajustes en el “cómo”, con frecuencia, aunque tengamos marcado un rumbo, porque eso exigen las épocas de crisis como la que vivimos, aun cuando no las hemos provocado. Habrá que gerenciar el caos y enfrentar la corrupción.