Escalada de violencia entre grupos armados en el noreste de Colombia deja al menos 60 muertos

La escalada de violencia en la región del Catatumbo ha dejado 60 personas muertas, 32 secuestradas y cientos de desplazados, según informó el sábado la Defensoría del Pueblo.

El órgano que vela por los derechos humanos indicó que los últimos actos de violencia están ligados al Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo armado más grande aún activo en Colombia, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que firmaron un tratado de paz con el gobierno colombiano en 2016.

Durante años, facciones rivales han estado compitiendo por el control del tráfico de cocaína en la región, ubicada cerca de la frontera con Venezuela.

Los ataques rompieron una tregua incómoda entre los grupos guerrilleros, que habían estado en negociaciones de paz con el gobierno.

"Alrededor de 60 personas han muerto de manera violenta. Entre las personas asesinadas se encuentran 7 firmantes de paz", dijo la Defensoría del Pueblo en su cuenta de X.

"Muchas personas, entre ellas firmantes de paz, líderes sociales y sus familiares, e inclusive niños y niñas, enfrentan un riesgo especial de ser secuestradas o asesinadas debido a los señalamientos del ELN", agregó.

El Catatumbo "nuevamente manchado de sangre"

La Defensoría del Pueblo indicó que entre los muertos había siete firmantes del tratado de paz y Carmelo Guerrero, líder de la Asociación de Unidad Campesina del Catatumbo (Asuncat), un grupo de defensa local.

La Asuncat aseguró el viernes en las redes sociales que Roger Quintero y Freiman Velásquez, miembros de su junta directiva, no habían sido vistos desde el día anterior y que sospechaba que grupos armados los habían secuestrado.

En un comunicado publicado el sábado, la Defensoría del Pueblo también informó que en algunas comunidades de la región se empiezan a reportar situaciones de escasez de alimentos que afectan a las comunidades locales y añadió que se cree que miles de personas han sido desplazadas por la violencia.

"Personas mayores, niños, adolescentes, mujeres embarazadas y personas con discapacidad están sufriendo las consecuencias de estos acontecimientos".

"El Catatumbo está nuevamente manchado de sangre", escribió por su parte la Asociación Madres del Catatumbo por la Paz.

"Las balas intercambiadas no sólo hieren a quienes tienen las armas, sino que también destrozan los sueños de nuestras comunidades, rompen familias y siembran el terror en los corazones de nuestros niños".

La Defensoría del Pueblo pareció culpar de los últimos hechos de violencia al ELN, que mantenía conversaciones de paz con el gobierno colombiano hasta que estas fueron suspendidas el viernes debido a la violencia en el Catatumbo.

El presidente Gustavo Petro, quien desde su elección en 2022 ha buscado poner fin a la violencia entre grupos armados en el país, acusó al ELN de "crímenes de guerra" y dijo que el grupo "no tiene voluntad de paz".

El ELN acusó en un comunicado el sábado a las FARC de haber iniciado el conflicto asesinando a civiles, según la agencia de noticias Reuters.

Las FARC no han respondido públicamente a la acusación.

El sábado, el ejército colombiano anunció que enviaría tropas adicionales a la región en un esfuerzo por restablecer la paz.

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