Gastronomía: parte del Producto Turístico Esencial

Alfredo Echeverría

Presidente

Fundación Costarricense de Gastronomía

El país se enfrenta a un reto histórico: la revitalización del producto turístico y el diseño de nuevas estrategias para salir fortalecidos de este inmenso reto. Esto puede ser muy positivo, si sabemos aprovechar la coyuntura. ¡Es momento de ser resilientes y creativos!

La gastronomía, como parte, cada vez más importante del componente turístico, será un factor crítico para lograr dicha revitalización, y lo hará a través de la rica cocina tradicional y el desarrollo de una gastronomía de innovación con identidad, basada en la tradición, conjuntamente con otras acciones.

Pero antes de entrar en el tema gastronómico, planteado como un eje transversal de la economía del país, y de hablar, del Plan Nacional de la Gastronomía Costarricense Sostenible y Saludable (PNGCSS), como motor de cambio, y coadyuvante en el desarrollo de Costa Rica, permítanme desarrollar un poco más, el tema de las variantes, en el nuevo producto turístico, del cual la gastronomía forma parte.

El efecto de la pandemia, ha despertado al mundo, y lo ha puesto a pensar en lo esencial, a concentrarse y valorar lo elemental, y menos en lo superfluo de la vida, y a ser más humanos, menos materialistas y concentrarse menos en el placer por el placer en sí mismo, como principal objetivo de la actividad humana.

Veremos, un interés por “el regreso a lo básico”, revalorándose el concepto tradicional de bienestar y de estatus. Por eso, la marca “Esencial Costa Rica”, con sus atributos bien definidos, por el significado de la palabra, adquiere hoy, una relevancia inigualable como marca país. Y es el momento, de aprovechar esta coyuntura de manera creativa.

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En un futuro todavía incierto, podemos visualizar a un turista nacional y extranjero más consciente, un turista que valorará lo esencial de la vida, y una expectativa por experiencia más humana, basado en las tradiciones, en la gastronomía local, y más vinculado con la experiencia rural y alejado del barullo citadino y las temidas aglomeraciones.

Esta necesidad, generada por el despertar de la sociedad global, la cual estaba concentrada en una vorágine consumista, percibida hoy como sin sentido, forjará un nuevo comportamiento, y consecuentemente cambios en la composición del producto turístico, el cual se adaptará para acoplarse a esas necesidades. La percepción del concepto de lo que es “esencial” en la vida, puede variar de acuerdo a las costumbres del país de origen, ya sea por patrones culturales y también el nivel adquisitivo. En la nueva realidad, tanto el turista local, como el visitante internacional, serán más conscientes, de los nuevos valores universales compartidos. ¿Cuánto afectará y cambiará al mercado las consecuencias de esta pandemia? Eso está por verse, y también cuánto durará su efecto; sin embargo, anticipamos, que, a partir de ahora, los siguientes atributos serán tomados en cuenta más frecuentemente, al decidir un destino turístico.

En una experiencia, podemos encontrar expectativas que contienen atributos genéricos esenciales para el ser humano, que anticipamos se irán a acentuar (no están presentados en orden de importancia y algunos podrían resumirse). Estas características podrían también utilizarse para crear un nuevo producto o experiencia, y podrían ampliarse, inclusive algunas parecerán comunes, sin embargo estas estarán mucho más presentes en la mente de los turistas en los meses por venir:

• La oportunidad de experimentar y compartir un viaje en familia o con amigos cercanos
• Que las necesidades propias sean anticipadas en la entrega del servicio
• La tolerancia hacia diferentes gustos y preferencias y estilos de vida
• Una experiencia fluida y ágil
• Un valor accesible
• Énfasis en la salud y la seguridad de las personas durante la experiencia
• Respeto por el entorno y el medio ambiente
• La visualización y reconocimiento de los creadores del producto turístico (Agro incluido)
• La innovación, sobre todo coherente con los valores y cultura local
• La comodidad sin derroche, sin excesos
• Una gastronomía nutritiva, de tradición y también de innovación con identidad
• Poder adquirir conocimiento y aprender sobre costumbres y culturas diferentes
• Actividades emocionantes, que generen excitación sana y segura
• Acceso a actividades productivas de la zona, vinculada a la cultura local (Agro-turismo)
• Posibilidad de relacionarse con la comunidad y su cultura
• La sostenibilidad reflejada en las prácticas de la comunidad
• El respeto por la vida de los animales

Es de entender que los mercados tardarán en recuperarse, y que el flujo de turistas está supeditado al control futuro de la pandemia y la capacidad de los países de enfrentar la crisis económica. En Costa Rica y también en los demás países, se espera que la tendencia inevitable, será que los mercados se volcarán por razones obvias, a depender de un turismo interno y la diversificación de las actividades productivas, conviviendo en una economía de resistencia a la adversidad en la que el más resiliente y creativo sobrevivirá.

El Plan Nacional de La Gastronomía Costarricense Sostenible y Saludable, es una iniciativa coordinada por la Fundación Costarricense de la Gastronomía (FUCOGA), declarado de interés público, por decreto presidencial. FUCOGA es una entidad dirigida al desarrollo de la gastronomía costarricense bajo la filosofía del PNGCSS, a la que se han sumado, persiguiendo el mismo objetivo desde diferentes ángulos, más de 45 actores de la sociedad civil, empresa privada y del gobierno. El PNGCSS con su capacidad de articulación y encadenamiento, trabaja en el desarrollo de la gastronomía costarricense, bajo 12 ejes estratégicos, desarrollando en conjunto con varias entidades, proyectos e iniciativas diversas, incluyendo acciones para el fortalecimiento del producto turístico.

Literalmente el PNGCSS dice: “Buscamos que toda la población costarricense y quienes visitan el territorio nacional, disfruten de una alimentación sana, asequible, sostenible, innovadora, de calidad y con identidad cultural, que promueve el consumo, cultivo y comercialización de productos locales, favorece la producción familiar, protege y regenera el medio ambiente, incentiva la economía solidaria y circular, y contribuye al desarrollo pleno y justo, de todos los territorios del país”.

La gastronomía tiene un efecto transversal, porque está vinculada a todas las dimensiones y actividades vitales del quehacer de una sociedad, de ahí su importancia, consecuentemente el PNCGSS también lo es.

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En este momento FUCOGA, en el marco de la filosofía del PNGCSS, entre otras acciones vinculadas dirigidas a fortalecer al sector turístico, y como respuesta a la emergencia nacional, ha propuesto al ICT (solicitado por esta institución), un programa creativo de cursos, para el desarrollo de las capacidades de las personas provenientes del sector turístico, afectadas por la pandemia.

Asimismo, y en nuestra agenda permanente, trabajamos conjuntamente con respetables organizaciones no gubernamentales, y organismos internacionales, en otros programas vinculantes, como lo es, el de mejorar las prácticas alimentarias de la población, además de otros objetivos incluidos en los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS), que incrementan su importancia ante la situación presente.

Es la hora de actuar con resiliencia y seguir demostrando al mundo que si es posible superar este titánico reto. En esa dirección, y por un producto turístico revitalizado, el sector trabaja fuertemente. Desde FUCOGA, agradecemos ya, a todos los actores, y los adherentes, por sus contribuciones para el logro de los objetivos.

Para más información sobre FUCOGA y el Plan Nacional de La Gastronomía Costarricense y sus alcances, y actores vinculados, les invitamos a visitar nuestro sitio www.fucoga.org y nuestra página en FB “Plan Nacional de La Gastronomía”.

Alfredo Echeverría es director de Grupo HRS Consultores Hoteleros y Gastronómicos y del Club de la Gastronomía Epicúrea, con más de 30 años de experiencia nacional e internacional; fue columnista gastronómico de La República durante 12 años