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Gerentes no se inmutan por ataques a China y caída económica

Bloomberg | Viernes 04 marzo, 2016


La campaña negativa en EE.UU. no va a cambiar las acciones ni las actitudes de las firmas respecto a invertir en China. El Tim Cook de Apple, es uno de los que no se inmutan. Bloomberg/La República


 Se le podría llamar la oportunidad de $400 mil millones que a los máximos responsables ejecutivos estadounidenses les costaría pasar por alto.
La desaceleración china está causando turbulencias en los mercados de todo el mundo y es temporada de caza para que Donald Trump y otros precandidatos presidenciales disparen contra China.
Las compañías de Estados Unidos, de Apple y Starbucks al coloso aeroespacial United Technologies y el fabricante de chips Qualcomm, han adoptado una visión de largo plazo: este es un momento para invertir en grande en la segunda economía del mundo.
“China ha llegado para quedarse”, dijo en enero Howard Schultz, máximo responsable ejecutivo de Starbucks, la cadena de cafés más grande del mundo, en una llamada en conferencia.
El país atraviesa una transición pedregosa pero necesaria al crecimiento basado en el consumo, y las operaciones de la compañía en China “algún día bien podrían ser más grandes que el negocio estadounidense”, agregó.
La firme postura de los CEO estadounidenses sobre el atractivo de China a largo plazo, que se da en medio de la reciente agitación económica y cambiaria, es digna de destacar.
Los comentarios adversos de los precandidatos presidenciales sobre China, como la afirmación de Trump de que “se han llevado todo”, difícilmente disuadan a las empresas de implementar allí sus planes de expansión.
Después de todo, es un mercado de por lo menos $400 mil millones para las empresas estadounidenses, calcula el Consejo Empresarial EE.UU.-China.
Además, una encuesta de la Cámara Estadounidense de Comercio en China mostró que el 77% de las 496 empresas miembros consultadas consideran que las compañías extranjeras son menos bienvenidas en China que en años anteriores.
Las principales dificultades que enfrentan son una contradictoria interpretación de las normas y leyes poco claras.
Sin embargo, China sigue estando entre las tres primeras prioridades de inversión para seis de cada diez compañías, pese a una caída respecto de la proporción anterior de ocho de cada diez, indica el sondeo.
“Es una oportunidad innegable”, señaló JimPaulsen, estratega jefe de inversión de Wells Capital Management, que administra $351 mil millones.
“Una compañía tras otra se traslada a China. Las dimensiones relativas de esa bestia de consumo han crecido. Los CEOs dirán que hay toneladas de dolores de cabeza y frustraciones y reveses pero, de todos modos, se están expandiendo allí”.
El crecimiento económico de China se desaceleró al 6,9% el año pasado y es el más débil del último cuarto de siglo.
Crece el temor de que los dirigentes sean torpes en dejar atrás el modelo basado en la inversión y las exportaciones.
El yuan sigue cayendo, como también el mercado de valores, en tanto el Índice Compuesto de Shanghái este año es el de peor desempeño entre los 93 índices accionarios mundiales.
Gran parte de la preocupación de los mercados financieros se ve impulsada por los especuladores o por personas que son rápidas para saltar del tren de China, según Daniel Rosen, socio de RhodiumGroup, firma de investigación económica de Nueva York que se especializa en China.
“Las empresas que han invertido millones o miles de millones de dólares en China tienen que ser más disciplinadas”. Para ellas, “es un riesgo mucho mayor no estar en China”.


 


 







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