Ginebra, de la perdición al buen gusto
Santiago Fernández [email protected] | Viernes 20 abril, 2018
Los tiempos cambian y suelen hacerlo de las maneras más irónicas posibles en la gastronomía, como es el caso de la Ginebra, que hace casi 300 años era considerada como la “perdición de las madres” y la bebida de los pobres en Londres.
La ginebra puede ser tan compleja como quiera.
Contiene una infinidad de ingredientes, en su mayoría botánicos, por lo que en el siglo XVlll se popularizó como tratamiento para problemas digestivos y de gota.
Más interesante aún: era barata.
Solamente en esa ciudad se podía conseguir en 7 mil locales de distinta índole como barberías, farmacias y mercados.
Se estima que se producían 10 millones de galones al año, logrando un consumo por persona de 14 galones de ginebra en 12 meses.
De ahí el apodo.
Dando un giro a la actualidad, en Costa Rica he notado cómo cada día más la ginebra se convierte en la bebida por excelencia para mujeres y madres modernas, pero esta vez con sentido y justificado en el excelente gusto.
No estoy encajonando la gastronomía entre hombres y mujeres como muy frecuentemente sucede.
Lo menciono justificado en lo que veo diariamente en mi restaurante Silvestre.
La razón es simple.
La ginebra sabe a libertad, tiene un carácter pronunciado que permite a quienes se aventuran a conocerla hacer una conexión personalizada, y hasta estados de ánimo.
Las bayas de enebro suelen ser el común denominador en la producción de la ginebra, a las cuales se agregan botánicos, desde hierbas de Tasmania hasta suero de leche de oveja, pasando por hormigas de la variedad Formica rufa, así como ralladuras de cítricos, culantros o anís.
Santiago Fernández Benedetto
Chef del restaurante Silvestre
Profesor del Instituto Politécnico Internacional