Guimarães tardó mucho en tratar de rearmar al León
Gaetano Pandolfo [email protected] | Miércoles 06 noviembre, 2024
El planteamiento táctico de José Giacone saltó a la vista desde el inicio del clásico.
Línea de cinco en defensa; dos volantes centrales de peso: Guzmán y Jefferson con Mariano Torres como conductor de la máquina y envío de balones por arriba o por abajo al potente y veloz Javon East, con toda la intención de que superara a dos defensas centrales de calidad, pero lentos, como James y Gamboa. Además, el siempre incómodo Ariel, “jodiendo” por ahí.
El jamaiquino hizo fiesta con el binomio defensivo central de la Liga, al que incluso madrugó con el 1-0 del minuto 4. Javon pudo perfectamente anotar un par de goles más con mejor brújula y fue detenido en varias ocasiones por estar fuera de juego.
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Por el sector derecho de la zaga manuda, Carlos Martínez era un pasivo colador y Lawrence se tenía que fajar, ayudado por Bryan Oviedo con el cohete humano de apellido Díaz. En zona ofensiva, Jonathan Moya, delantero letal arriba pero limitado técnicamente abajo, dejó pasar dos ocasiones de gol y erraba en los servicios cortos a sus compañeros.
Con este irregular desempeño de sus pupilos, ¿cómo Alexandre Guimarães se esperó hasta los minutos 57 y 70 para ordenar variantes?
Urgían variantes tempranas en zona de retaguardia, quizá el ingreso de Guillermo Villalobos por Martínez y Van der Putten como líbero, para bloquear a Javon, en lugar de Oviedo o Lawrence. Con otro zaguero a las espaldas de James y Gamboa, puede que el ariete morado no hubiese causado tanto estrago.
Desde luego que la ausencia de Celso Borges pesó y bastante. Larry Angulo se nota huérfano sin la presencia de su socio, porque Parkins y Creichel Pérez, son futbolistas creativos, de poca marca, sin el poder físico ni la experiencia para darse cara a cara con Guzmán y Jefferson Brenes.
El flojo desempeño de Moya en este partido, obligaba a su sustitución desde el inicio del segundo tiempo y no perder casi 15 minutos en hacerla. Toril o Joshua Navarro debieron entrar de titulares en el minuto 46.
La buena lectura de los partidos, los aciertos a la hora de los cambios y otras buenas decisiones de “Guima”, tienen a la Liga en la cima de la clasificación.
Sin embargo, la noche del clásico no fue su sábado feliz. El 1-0 lo enredó, el 2-0 lo liquidó y su extraño comportamiento en la conferencia de prensa, fue señal inequívoca de que el técnico del León, usualmente tan sereno y concentrado no estaba en su día.