Incertidumbre Estratégica: oportunidad o amenaza en la era del proteccionismo
Redacción La República [email protected] | Jueves 08 mayo, 2025

Josué Fernández Araya
Decano de Ciencias Sociales
ULACIT
En los últimos años, hemos sido testigos de cómo la incertidumbre estratégica ha dejado de ser un concepto abstracto y ha tomado una relevancia central en el análisis empresarial y político. Esta incertidumbre no solo se ha generado por factores macroeconómicos globales, sino que las decisiones políticas erráticas y las políticas comerciales proteccionistas han introducido nuevas variables impredecibles en el panorama económico. Un claro ejemplo de esto son las tarifas impuestas por el gobierno de Donald Trump, que, más allá de la controversia, han creado una nueva realidad para las empresas y gobiernos a nivel mundial. ¿Es la incertidumbre estratégica un desafío o una oportunidad para las organizaciones globales? La respuesta, aunque no simple, parece depender de la habilidad de adaptación de las empresas y su capacidad para transformar el riesgo en ventaja competitiva.
En el mundo del comercio internacional, la incertidumbre siempre ha sido un factor presente. Sin embargo, con la llegada de políticas proteccionistas como las tarifas de Trump, la previsibilidad que las empresas necesitaban para planificar a largo plazo se ha visto gravemente afectada. Las empresas que dependían de relaciones comerciales estables con socios internacionales se encontraron, de repente, con un entorno impredecible. En este contexto, conceptos como la incertidumbre estratégica se volvieron más relevantes que nunca.
Las tarifas de Trump sobre productos provenientes de China, por ejemplo, no solo incrementaron los costos de importación y exportación, sino que también crearon un vacío de previsibilidad en el que las empresas tuvieron que navegar sin la certeza de cómo evolucionarían las políticas comerciales. Esto generó un efecto dominó, afectando a la toma de decisiones de miles de empresas, desde las multinacionales hasta los pequeños emprendedores.
Sin embargo, algunas voces dentro del mundo empresarial y académico defienden que esta incertidumbre puede ser vista como una oportunidad, y no solo como un obstáculo. La incertidumbre, lejos de ser un freno, puede convertirse en un catalizador para la innovación y la adaptabilidad. Según los defensores de esta postura, los líderes empresariales deben reconocer que los mercados son ahora más volátiles, y que la habilidad para adaptarse rápidamente a los cambios es crucial para mantenerse competitivo.
Una de las defensas más fuertes de la incertidumbre estratégica es que puede, en algunos casos, ser un motor de innovación. Las empresas, obligadas a enfrentarse a nuevas tarifas y barreras comerciales, están en la necesidad de reinventarse, buscando nuevos mercados, diversificando su cadena de suministro o adaptando sus modelos de negocio a un entorno más incierto. Por ejemplo, muchas empresas que dependen de China para la fabricación de productos deberán comenzar a explorar otras opciones, como el acercamiento a países del sudeste asiático o incluso la relocalización de la producción.
No obstante, no todo es positivo en este escenario. La incertidumbre, especialmente cuando es tan impredecible como en los casos de políticas comerciales extremas, también conlleva riesgos significativos. El principal de estos riesgos es que las empresas se vean atrapadas en un ciclo de reajustes constantes sin poder planificar con claridad a largo plazo. El impacto de las tarifas y las barreras comerciales puede obligar a muchas empresas a reconsiderar sus estrategias de inversión, muchas veces de manera apresurada.
Este ambiente puede ser particularmente perjudicial para las pequeñas y medianas empresas, que a menudo no tienen los recursos para adaptarse rápidamente o para absorber los costos adicionales impuestos por las tarifas. Mientras que las grandes corporaciones pueden diversificar sus riesgos y buscar soluciones globales, las pequeñas empresas enfrentan el peligro de quedarse atrás, incapaces de reaccionar con la misma agilidad.
Además, la incertidumbre genera una falta de confianza en los mercados, lo que puede llevar a la toma de decisiones impulsivas. Las empresas, al no tener un camino claro hacia el futuro, podrían optar por decisiones conservadoras que limiten su crecimiento o innovación. Esto crea un ciclo negativo donde, a pesar de las oportunidades, la falta de claridad puede hacer que las organizaciones se paralicen.
Entonces, ¿cómo pueden las empresas enfrentar la incertidumbre estratégica sin caer en el pánico? La respuesta radica en adoptar una mentalidad de resiliencia y adaptabilidad. La incertidumbre no puede eliminarse, pero puede ser gestionada si las empresas adoptan estrategias flexibles. En lugar de tratar de predecir el futuro con precisión, las organizaciones deben centrarse en construir modelos de negocio que puedan adaptarse a múltiples escenarios.
Algunas de las estrategias clave incluyen:
1. Diversificación de mercados y proveedores: No depender de un único socio comercial o mercado es fundamental para reducir el riesgo.
2. Inversiones modulares y escalables: Las empresas deben enfocarse en proyectos que puedan ajustarse según evoluciona el contexto económico.
3. Monitorización constante: Estar atentos a los cambios en las políticas públicas y los mercados globales, adaptándose rápidamente a nuevas realidades.
En un mundo cada vez más impredecible, la incertidumbre estratégica ya no es un factor externo que las empresas pueden simplemente ignorar. Al contrario, se ha convertido en una parte integral de la toma de decisiones. Las tarifas de Trump y otras políticas proteccionistas han dejado claro que las empresas deben estar listas para afrontar y navegar ante lo inesperado.