Inflación sería moderada
Wilmer Murillo [email protected] | Sábado 23 mayo, 2009
Pronóstico de empresarios y agentes económicos es que no supere el 8,9% este año
Inflación sería moderada
• Devaluación esperada sería del 7,5% en los próximos 12 meses
• El reto de la autoridad monetaria es evitar que al terminar la desaceleración de la economía de nuevo la inflación tienda a dispararse
Wilmer Murillo
[email protected]
La situación internacional de los bajos precios en materias primas como el petróleo y alimentos, así como la crisis económica, han reducido la presión que existía sobre la inflación nacional.
Las expectativas del sector empresarial es que este indicador rondaría al finalizar el año el 8,9%; es decir, confía en que se cumplirá la meta fijada por el Banco Central (8%) revisada esta semana con tendencia a la baja.
Así se desprende de una encuesta elaborada por Banco Central sobre las expectativas de inflación a mayo de 2009.
El ente emisor estima cerrar el año en un 8%, con la posibilidad de bajar un punto porcentual, en lugar del 9% estimado al inicio del año.
En los primeros cuatro meses del año, la variación del Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 1,17% y el crecimiento interanual llegó al 11,75%, manteniendo la tendencia a la baja que trae desde octubre.
Esta caída es producto de la desaceleración de la demanda interna y la caída en los precios internacionales de las materias primas, en especial del petróleo.
La menor inflación esperada es también propiciada por una demanda inferior interna y condiciones monetarias como el menor crecimiento del crédito y la liquidez disponible.
Son varios los factores que presionan para que los precios bajen, de acuerdo con la proyección de varios analistas. Entre ellos, en menor proporción ahora, la caída en los precios del petróleo y de otras materias primas, así como la contracción monetaria que impide a la gente gastar más.
“La oferta monetaria estancada es uno de los elementos que le restan presión al gasto de corto plazo”, dijo Luis Javier Delgado, analista de Financiera Acobo.
Por su parte el Banco Central seguirá valorando la situación externa e interna ajustando su política a lo que considere apropiado.
“Lo que nosotros esperamos es que cuando cese la crisis podamos mantener las tasas de inflación bajas”, dijo Francisco de Paula Gutiérrez, presidente del Banco Central.
El reto de la autoridad monetaria es evitar que al terminar la desaceleración de la economía, de nuevo la inflación tienda a dispararse.
“Una baja inflación beneficia al país, por ejemplo los deudores no verían tan estrechos sus ingresos totales al ser mucho menores los incrementos de precios de los bienes y servicios; también, los intermediarios financieros requerirían menos utilidades para alcanzar indicadores como la rentabilidad sobre patrimonio”, explicó Gerardo Porras, gerente del Banco Popular.
“Sería de esperar también que de mantenerse inflaciones bajas las tasas de interés tendieran a la baja”, dijo el gerente.
En relación con el tipo de cambio, los economistas pronosticaron una devaluación cercana al 7,5% en los próximos 12 meses.
En cuanto a las tasas de interés, todo apunta a que los deudores de créditos en colones podrán dormir tranquilos.
Esto por cuanto se espera que la Tasa Básica Pasiva (TBP) rondará el 11,25% a finales de año, cesando los crecimientos que traía desde abril del año pasado.
Eso significa que las tasas mantendrían un nivel estable en los próximos meses.
La TBP es un promedio de las tasas de captación que recibieron los ahorrantes en los últimos meses pero también se utiliza como ancla para fijar las tasas de los créditos en moneda nacional.
La revisión de los pronósticos aprobada por la junta directiva del Central no incluyó variaciones en sus objetivos de política, cambios en las tasas de interés ni prevé ajustes en los instrumentos monetarios y cambiarios.
Pero aparejado con la baja inflacionaria, los consumidores están obteniendo otras ventajas. En ese sentido, el ingreso nacional disponible, es decir, el poder de compra de la gente después de restar los recursos que las compañías foráneas envían al exterior, no ha caído. “El hecho de que este indicador se mantenga estable implica que la capacidad de compra de la gente se ve menos afectada pese a la contracción del PIB”, explicó, Gutiérrez.
Con respecto a la inflación, si los precios mantienen el mismo comportamiento de los primeros meses del año, de acuerdo con el jerarca del Central hay posibilidad de cerrar con un 7% aunque el pronóstico es del 8%.
Inflación sería moderada
• Devaluación esperada sería del 7,5% en los próximos 12 meses
• El reto de la autoridad monetaria es evitar que al terminar la desaceleración de la economía de nuevo la inflación tienda a dispararse
Wilmer Murillo
[email protected]
La situación internacional de los bajos precios en materias primas como el petróleo y alimentos, así como la crisis económica, han reducido la presión que existía sobre la inflación nacional.
Las expectativas del sector empresarial es que este indicador rondaría al finalizar el año el 8,9%; es decir, confía en que se cumplirá la meta fijada por el Banco Central (8%) revisada esta semana con tendencia a la baja.
Así se desprende de una encuesta elaborada por Banco Central sobre las expectativas de inflación a mayo de 2009.
El ente emisor estima cerrar el año en un 8%, con la posibilidad de bajar un punto porcentual, en lugar del 9% estimado al inicio del año.
En los primeros cuatro meses del año, la variación del Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 1,17% y el crecimiento interanual llegó al 11,75%, manteniendo la tendencia a la baja que trae desde octubre.
Esta caída es producto de la desaceleración de la demanda interna y la caída en los precios internacionales de las materias primas, en especial del petróleo.
La menor inflación esperada es también propiciada por una demanda inferior interna y condiciones monetarias como el menor crecimiento del crédito y la liquidez disponible.
Son varios los factores que presionan para que los precios bajen, de acuerdo con la proyección de varios analistas. Entre ellos, en menor proporción ahora, la caída en los precios del petróleo y de otras materias primas, así como la contracción monetaria que impide a la gente gastar más.
“La oferta monetaria estancada es uno de los elementos que le restan presión al gasto de corto plazo”, dijo Luis Javier Delgado, analista de Financiera Acobo.
Por su parte el Banco Central seguirá valorando la situación externa e interna ajustando su política a lo que considere apropiado.
“Lo que nosotros esperamos es que cuando cese la crisis podamos mantener las tasas de inflación bajas”, dijo Francisco de Paula Gutiérrez, presidente del Banco Central.
El reto de la autoridad monetaria es evitar que al terminar la desaceleración de la economía, de nuevo la inflación tienda a dispararse.
“Una baja inflación beneficia al país, por ejemplo los deudores no verían tan estrechos sus ingresos totales al ser mucho menores los incrementos de precios de los bienes y servicios; también, los intermediarios financieros requerirían menos utilidades para alcanzar indicadores como la rentabilidad sobre patrimonio”, explicó Gerardo Porras, gerente del Banco Popular.
“Sería de esperar también que de mantenerse inflaciones bajas las tasas de interés tendieran a la baja”, dijo el gerente.
En relación con el tipo de cambio, los economistas pronosticaron una devaluación cercana al 7,5% en los próximos 12 meses.
En cuanto a las tasas de interés, todo apunta a que los deudores de créditos en colones podrán dormir tranquilos.
Esto por cuanto se espera que la Tasa Básica Pasiva (TBP) rondará el 11,25% a finales de año, cesando los crecimientos que traía desde abril del año pasado.
Eso significa que las tasas mantendrían un nivel estable en los próximos meses.
La TBP es un promedio de las tasas de captación que recibieron los ahorrantes en los últimos meses pero también se utiliza como ancla para fijar las tasas de los créditos en moneda nacional.
La revisión de los pronósticos aprobada por la junta directiva del Central no incluyó variaciones en sus objetivos de política, cambios en las tasas de interés ni prevé ajustes en los instrumentos monetarios y cambiarios.
Pero aparejado con la baja inflacionaria, los consumidores están obteniendo otras ventajas. En ese sentido, el ingreso nacional disponible, es decir, el poder de compra de la gente después de restar los recursos que las compañías foráneas envían al exterior, no ha caído. “El hecho de que este indicador se mantenga estable implica que la capacidad de compra de la gente se ve menos afectada pese a la contracción del PIB”, explicó, Gutiérrez.
Con respecto a la inflación, si los precios mantienen el mismo comportamiento de los primeros meses del año, de acuerdo con el jerarca del Central hay posibilidad de cerrar con un 7% aunque el pronóstico es del 8%.