Inmortalizan los relatos de la construcción del Estadio Nacional
Walter Herrera [email protected] | Jueves 20 mayo, 2021
Dice el autor que la historia del deporte costarricense debe escribirse y contarse en dos partes, antes y después de la construcción del nuevo Estadio Nacional.
En su libro “Un cuento chino en Costa Rica, la construcción del Estadio Nacional”, Abel Garbanzo nos presenta una recopilación de las vivencias más importantes durante los tres años en que se fue gestando esta obra deportiva, desde su planificación y formulación hasta los diferentes procesos constructivos que culminaron con lo que hoy conocemos como el coloso o la joya de La Sabana.
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Justo diez años después de que fuera inaugurado el máximo escenario deportivo del país, fue presentado el libro por Abel Garbanzo, educador físico, asesor nacional de Educación Física y quien en la administración 2006-2010 se desempeñó como asistente del Despacho del Viceministro de Salud y Deportes, Osvaldo Pandolfo, y oficial de enlace del Icoder y el Ministerio de Salud para el proyecto de construcción del Estadio Nacional.
El libro está constituido por 350 páginas, con pinceladas de la manifestación de la cultura china en nuestro país, de las anécdotas de los trabajadores, operarios y profesionales que vivieron durante este proceso en suelo costarricense.
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El libro puede encontrarlo en el sitio de la editorial, EDiNexo o escribiendo al correo [email protected].
PARA EL RECUERDO, EL RELATO DE DON ABEL
Estadio hecho para ganadores
Los atletas ticos mejoraron su rendimiento individual y colectivo gracias al estadio y se reflejó dos años después de su construcción en los Juegos Centroamericanos en 2003.
Veníamos de unas cuatro participaciones de quedar cuartos o quintos y ese año fuimos segundos. Esto a pesar de las enormes diferencias presupuestarias al deporte del resto de países.
Falta de comunicación
El gobierno chino nos regaló cerca de 25 millones de colones para llevar agua al tercer y cuarto piso del estadio, porque al inicio, como buenos ticos, tuvimos errores.
En nuestro país, la ley de aguas nos permite que el AYA ponga la instalación en un segundo piso.
No nos fijamos en eso y tuvieron que colocar bombas de presión para que llegara hasta arriba.
Trabajadores chinos en el aeropuerto
Los trabajadores llegaban masivamente, en grupos de 400. Cuando fuimos a recogerlos al aeropuerto, los subimos pero no había espacio para sus maletas, y no traían solo una.
Al Icoder se le ocurrió llevar dos vagonetas para traer las maletas y el resto, entre oficiales de seguridad y piratas ayudaban con tal de agilizar la presa.
Trámites de migración
Migración pedía formalizar el estatus de residencia de los trabajadores chinos, les dieron de trabajador especializado para proyecto pero implicaba que había que trasladar a todos a las oficinas del Ministerio de Seguridad Pública en buses.
Al inicio los buses iban llenos, en cada semáforo los ticos les aplaudían, les tomaban fotos, ellos saludaban, algunos de los trabajadores regalaban cigarrillos o lo que llevaran como recuerdos.
Pero era más fácil traer a dos o tres funcionarios al estadio a realizar los papeleos.
Al final así lo hicieron y los funcionarios querían, para conocer el avance de la obra y conocer a los trabajadores, quienes los invitaban a almorzar.