Kimberly-Clark promueve el bienestar y calidad de vida de las comunidades en donde opera

Kimberly-Clark aboga por ser una compañía sostenible y responsable.

Su operación representa un agente de cambio en las comunidades en donde tiene operaciones y su compromiso es mejorar la calidad de vida de las personas y las comunidades, por medio de diferentes programas e iniciativas que se implementan con el apoyo de sus marcas: Scott, Kotex, Huggies, Plenitud y Kleenex.

Por esta razón, es prioridad para la empresa alcanzar las metas establecidas en su Estrategia de Sostenibilidad con metas al 2030, la cual está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que impulsa la Organización de Naciones Unidas.

Una de sus metas de impacto social es mejorar la vida de mil millones de personas en condición de vulnerabilidad en el mundo al 2030, por medio de diferentes programas, entre ellos “Baños Cambian Vidas”, el cual promueve la marca Scott y está presente en 12 mercados a nivel mundial.

En América Latina, esta iniciativa se lanzó por primera vez en Bolivia en 2015 y desde entonces ha invertido más de $1,5 millones para contribuir y mejorar el acceso al saneamiento básico en la región.

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También, a través del programa “Ella Puede”, de la marca Kotex, la compañía busca promover el empoderamiento femenino y contribuir en la democratización de la educación sobre la higiene íntima.

Con la campaña #NoMásEstigma, lanzada en marzo de este año en América Latina, pretende sensibilizar a la sociedad sobre la menstruación.

“Un Abrazo para Cada Bebé”, otra de sus iniciativas, es uno de los mayores programas mundiales de impacto social establecido por Kimberly-Clark a través de su marca Huggies.

Este programa nació en el 2010 y tiene como objetivo ayudar a los bebés más vulnerables con atención sanitaria por medio de donaciones de pañales y toallitas húmedas, entre otras acciones dirigidas a resguardar la salud materna y del recién nacido.

Con esta iniciativa se ha ayudado a 2 millones de bebés y niños pequeños en 16 países de América Latina y el Caribe.

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Otra forma en que la empresa ayuda a las comunidades es a través del programa AmbientaDOS, el cual genera empleo directo a 300 familias y ha brindado educación sobre reciclaje a unas 66 mil personas a través de sus redes sociales.

Como parte de la “nueva normalidad” del año 2020, Kimberly-Clark implementó un proyecto piloto de voluntariado virtual, el cual tiene como objetivo brindar a sus colaboradores y sus familias educación y sensibilización para la prevención del Covid-19 en Costa Rica.

Estas capacitaciones virtuales o por teléfono, son impartidas por el médico de la empresa y personal de la compañía entrenado para este fin.

Finalmente, la compañía donó $8 millones para atender la emergencia del Covid-19 en todo el mundo.

En el caso de Centroamérica, fortaleció su alianza estratégica con el Banco de Alimentos en Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala y Honduras, con la finalidad de entregar productos de higiene de primera necesidad a más de 200 mil personas en condición de pobreza extrema.