La creatividad en las organizaciones
José Pablo Rodríguez [email protected] | Lunes 23 agosto, 2021
¿Qué podemos hacer para promover la creatividad en las organizaciones? Esta es una pregunta que se hacen muchos ejecutivos y líderes en el mundo, pues saben que para que sus organizaciones se mantengan vigentes en los mercados, requieren tener propuestas innovadoras de bienes y servicios para sus clientes. La creatividad conduce también a mejoras en los procesos y en las maneras en que desarrollamos el trabajo, incrementado la eficiencia y bajo las condiciones correctas, incluso generando innovación.
Por eso preocupa observar que todavía hoy día, hay organizaciones que insisten en promover espacios de creatividad grupales, tipo lluvia de ideas o brainstorming, a contrapelo de la evidencia que subraya lo fútil de dichos ejercicios. Así es. Cuando desarrollamos dinámicas grupales en las que abrimos espacios para la generación de ideas de manera grupal, generalmente obtenemos ideas repetidas o similares entre sí y hasta de mala “calidad”.
¿Qué es lo que sucede durante estas lluvias de ideas realmente? Para empezar a muchos nos pasa que nos “bloqueamos”, en parte como resultado de estar en la misma mesa escuchando a otros explicar sus ideas mientras se supone que uno mismo debe estar pensando en alguna idea que aportar. Hay personas que no pueden pensar y escuchar a otros al mismo tiempo y eso limita la capacidad de producir ideas innovadoras y ser creativo. Durante el proceso también sucede que cuando alguien pone una idea sobre la mesa, influye en el pensamiento de los demás que ahora tienen esa idea implantada en su mente y la utilizan como ancla para el desarrollo de sus propias ideas, que terminan siendo una continuación o variación de la idea planteada por el compañero de trabajo. También sucede que algunos con personalidad tal vez más introvertida, tienen temor de exponerse públicamente con sus ideas y ser criticados o valorados por sus pares. Les da terror el qué dirá la gente si mi idea es una idea “mala” o “tonta”.
Ya desde 1987, Diehl y Stroebe escribían del tema y concluían que la cantidad de ideas generadas durante una sesión tipo lluvia de ideas a nivel grupal, es mucho menor a la producción de ideas generadas por igual número de personas pero de forma individual. Luego un grupo de expertos analizó la calidad de las ideas en ambos ejercicios y se concluyó que en la dinámica grupal de lluvia de ideas solamente 8.9% eran de buena calidad, mientras que de forma individual el 25.5% de ideas fueron de calidad. En resumen, según esos estudios, trabajando individualmente en la producción de ideas generamos más y mejores ideas que cuando estamos en grupo.
A pesar de lo anterior y de existir estudios como el de Diehl y Stroebe o el de Paulus et al (1993) o inclusive de Adrian Furnham, psicólogo británico del University College London, el cual ha sido citado diciendo que “la evidencia científica sugiere que los empresarios deben estar locos para utilizar grupos de lluvia de ideas”, lo cierto es que las organizaciones a nivel global, todavía hoy día insisten en desarrollar este tipo de dinámicas grupales.
¿Qué hacer si la organización en la que usted trabaja insiste en motivar la creatividad por medio de lluvias de ideas grupales? Una forma de mejorar marginalmente la dinámica es que cada persona escriba por sí mismo sus ideas y no las comparta con los demás. Como segundo paso cada participante escribe sus ideas en la pizarra (no se permite que nadie hable o critique las ideas). Tercero, se da un breve espacio para que cada persona presente y explique su idea. (Todavía nadie puede criticar o referirse a las ideas presentadas). Finalmente, como último paso, los miembros del grupo votan de forma secreta para calificar las mejores ideas.
Estos ejercicios deben tener un espacio de tiempo limitado para mejorar su efectividad, pues es fácil invertir mucho trabajo en estas dinámicas y que la producción sea muy pobre. En todo caso, si lo que realmente buscamos es generar un espacio creativo y obtener cantidad y calidad de ideas novedosas, quizás la mejor recomendación es evitar de plano la dinámica grupal de la lluvias de ideas y solicitar las mismas por separado a cada miembro del equipo.
José Pablo Rodríguez es Director Regional en Asia, de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER)*, es Máster en Gerencia y Negociaciones Internacionales y tiene una especialización en Liderazgo de Talentos y Equipos.
*Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no representan la visión u opinión de la organización para la que trabaja.