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FORO DE LECTORES


La cuestión política en Costa Rica. Historia

Alberto Salom Echeverría [email protected] | Martes 12 octubre, 2021

Alberto

(Sétima entrega)

Una persona muy cercana, me hizo la observación de que mis artículos solo se enfocaban en el partido Liberación Nacional. Enseguida me interrogó si es que, en Costa Rica hasta ese momento solo el PLN proponía y lo demás era comparsa opositora.

No es así. Lo que sí es cierto es que, junto con el Partido Comunista, o Vanguardia Popular, Liberación Nacional, nacido en 1951 fue el partido político más sólido y vital en Costa Rica. Hasta que perdió la hegemonía del Estado, o desde antes, el PLN había representado diversas fuerzas sociales, de un modo especial a las capas medias de la población. A partir de 1982, comenzó a transformarse ideológicamente. Fue entonces que empezó a impulsar la apertura del mercado y arrió, en mucho, la bandera del Estado interventor. Aún más, acaso por la fuerte presión de los organismos financieros internacionales (los OFI), fue el primer partido de las dos coaliciones que solían gobernar Costa Rica que, ciertamente, en medio de una crisis capitalista internacional devastadora (la del 79-80), se abocó a negociar con los OFI los programas de ajuste estructural (el PAE I y II) y a ponerlos en marcha. Como es sabido, los pae´s no nacieron en Costa Rica, fueron factura de la escuela “fridmenista” de Chicago o Escuela Económica de Chicago.

Lo interesante, para los efectos de nuestro trabajo, es que los economistas de la Universidad de Chicago, guiados por Milton Friedman y George Stigler principalmente, ambos premios Nobel de economía en 1976 y 1982 respectivamente, elaboraron teorías radicalmente contrapuestas a las del “Keynesianismo”; el cual como se ha dicho, concibió mecanismos correctores, reguladores o compensatorios frente al mercado, desde la década de los treinta del siglo pasado, respondiendo a la crisis del capitalismo internacional de 1929. Milton Friedman en cambio, fue el creador de la teoría monetarista, también conocida como la “teoría de la eficiencia de los mercados, o del libre mercado”, por la cual recibe el premio Nobel de economía en 1976. Su influencia pronto se extendería a otras áreas de la economía como las finanzas. A la altura de 1980, el prestigio de los economistas de la escuela de Chicago se había extendido entre las élites gobernantes latinoamericanas, superando de esta manera la opacidad en la que se había visto sumergida durante varias décadas, por la preponderancia del “Keynesianismo”.

Puede fácilmente desprenderse de lo expresado que, las teorías del “libre mercado”, eran mucho más afines a los economistas del PUSC, que a los de Liberación Nacional, educados estos últimos, en la tradición Keynesiana de intervención del Estado en la economía. Pero, como se ha explicado también, en esta coyuntura, una parte de los economistas afines al PLN y los del PUSC se imbrican y comienzan a escribir en pro de los argumentos de los neoclásicos de la escuela de Chicago. Esto es patente por ejemplo en los escritos de Eduardo Lizano y Thelmo Vargas. Entre los economistas del PLN, hubo destacadas excepciones: Leonardo Garnier, muy especialmente Juan Manuel Villasuso, quien perteneció al PLN antes de migrar al PAC, junto con otras destacadas personalidades en la coyuntura del 2005-2006.

El PUSC, como partido político quedó inscrito en 1983, lo que se facilitó merced a acuerdos con el entonces presidente Luis Alberto Monge, quién contribuyó persuadiendo a la fracción parlamentaria del PLN a modificar el código electoral, a fin de viabilizar la conversión de la Coalición de la Unidad Socialcristiana en Partido Político. Esta conversión no fue en vano, porque el liderazgo pasa de manos del expresidente Rodrigo Carazo (presidente en la administración 1978-1982), a las de Rafael A. Calderón Fournier, hijo de uno de los dos caudillos de Costa Rica, el Dr. Rafael A. Calderón Guardia. Aquel traspaso del liderazgo político no fue solamente un cambio de personas; Calderón Fournier pretendió recoger el legado político de su padre, su prestigio, aunque no con el mismo tenor ideológico, concretado en las garantías sociales, el código del trabajo y reformas educativas conquistadas en el gobierno (1940-1944); pero después hubo un sesgo del socialcristianismo, hacia el conservadurismo y el neoliberalismo. Calderón Fournier salió derrotado en las primeras elecciones en que participó, en febrero de 1982 como candidato todavía de la Coalición Unidad, por un amplio margen de votos. Lo derrotó Luis Alberto Monge del PLN, quién obtuvo más del 50% de los votos y Calderón solamente un 33%. Sin embargo, muchos consideraron que la derrota de la coalición Unidad Socialcristiana había sido en gran parte producto del desgaste de la administración Carazo Odio, derivado de la gran crisis internacional 79-82.

Quizás por esa razón y por pretenderse “tributario” de la reforma social ocurrida en la administración de su padre 40-44, Calderón consolida su liderazgo, primero en la Coalición USC, y luego en el “nuevo PUSC”. Esto ocurre, después de haber negociado con Monge las reformas al código electoral y las reformas económicas conducentes a la liberalización de la economía, mediante la desregulación del mercado y algunas otras medidas para reducir el aparato estatal viabilizando la privatización principalmente de las empresas de CODESA. Merced al caudillismo y al personalismo, Calderón Fournier encontró oposición al interior del “nuevo” partido, en políticos como Oscar Aguilar Bulgarelli primero, Germán Serrano Pinto después y principalmente se enfrentó ulteriormente al propio Miguel Ángel Rodríguez en la coyuntura de 1990. Por fin, en calidad de expresidente fue acusado de haber incurrido en actos de corrupción; en ese momento, debió enfrentar la arremetida de Abel Pacheco en el gobierno 2002. No obstante, Calderón había revalidado por amplia mayoría su candidatura en las elecciones de 1986, resultando derrotado, esta vez por una diferencia de un poco más de 6%, frente a Oscar Arias Sánchez.

A estas alturas el PUSC había logrado nuclear importantes sectores sociales: élites agrarias, agroindustriales, sectores del empresariado conservador tanto en zonas rurales como urbanas. Aunque también, gracias a la tradición popular heredada de su Padre, atrajo hacia sí sectores pobres de la ciudad y del campo, afianzando bases de apoyo en las tres provincias costeras de Guanacaste y de manera más sólida en Puntarenas y Limón; si bien entre estas capas sociales, el liderazgo de Rafael A. Calderón Fournier devino caudillista y personalista. El estudioso William L. Furlong, estima que Calderón finalmente triunfa sobre Carlos Manuel Castillo en las elecciones de 1990 (después de haber derrotado en la convención del PUSC a Miguel Ángel Rodríguez por amplio margen), debido a que “…el PUSC mejoró y adicionalmente elaboró la plataforma del partido, mientras creó organizaciones locales y fortaleció significativamente las existentes. Estas unidades locales y una plataforma política más fuerte fueron fundamentales para Calderón en la victoria de 1990.” (Cfr. Furlong, W. “Política Costarricense en Transición” Anuario de Estudios Centroamericanos, Revista N. 27. UCR, CR. 2001. Pp-101-132). El PUSC se había consolidado según Jorge M. Salazar, como una organización política más sólida, con cuadros dirigentes relativamente estables e integrados, capaces de conquistar el poder. (Cfr. citado en Furlong, W. 2001).

A su vez, entre 1996 y 1998, Miguel Ángel Rodríguez recorre junto a su equipo ciudades rurales y urbanas, con el objeto de conformar una plataforma programática en consulta con sectores sociales, la cual fue denominada como: “Programa de Gobierno. 1998-2002. Soluciones para el Futuro. Nuestro Compromiso con el Desarrollo Humano.” Entre los objetivos más destacables se plasmaron los siguientes: un cambio cultural, superación de la pobreza, guiados por lo que llamaron “el humanismo cristiano” y basados en la participación democrática, como el principal componente para las soluciones y propuestas. Propusieron además como planteamiento novedoso, que los funcionarios públicos debían rendir cuentas por su gestión, y que los gobernantes fueran sometidos a evaluación sobre metas propuestas, métodos y resultados obtenidos. Fue un programa con constantes referencia contra el Estado y en favor del individuo, como cuando expresaron: “Esa participación es, ante todo, un acto de fe en la capacidad creadora y en la libertad responsable de cada persona. -Enseguida anotaron- Nada ni nadie -y menos el Estado-podrá sustituir la autonomía y la capacidad de progreso de las tres.” (Cfr. contenido en la página: “docplayer.es/56584675-miguel-angel-rodriguez.html”).

Era una visión centrada en el individualismo, encaminado a limitar las competencias que se le habían otorgado al Estado, considerado, al estilo de la Escuela Económica de Chicago, “no la solución, sino el problema”. Esta frase sería acuñada por el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan (1981-1990), quién junto con Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido (1979-1990), ejercieron una influencia preponderante en todo el mundo occidental, impulsando la tesis del neoliberalismo.

Rodríguez informa que, primero habían asistido a un “Congreso Nacional”; dicho en sus palabras fue un evento para “refrescar nuestros principios y nuestra doctrina y para definir los criterios de nuestras bases programáticas.” De allí salió lo que denominaron “La Carta Ciudadana a Costa Rica”. (Cfr. Ibidem.) Buscaban, según lo expresado, promover la participación de hombres y mujeres individualmente; aunque también de la sociedad civil, y por añadidura pretendían que, como resultado de esas acciones se fortalecieran la familia, las empresas y las asociaciones intermedias, produciendo así más ingresos para “Gobierno y Municipalidades.” (Ibid.) Todo ello debía redundar -insistían- en una economía familiar segura. En lo teórico lo central estuvo, 1-la promoción de la igualdad, la libertad, la solidaridad, los derechos humanos, la justicia y la democracia participativa. 2- Como principales ejes de acción política plantearon la política social y la superación de la pobreza. 3-El principal medio fue la participación ciudadana. 4-Luego propusieron promover la descentralización y el acceso de las comunidades a la instancia de la toma de decisiones.5- Señalaron la economía social de mercado como el principal instrumento para promover un desarrollo económico con justicia social y equidad.

Como es sabido, el PUSC se sumerge en una honda crisis después del último gobierno encabezado por Abel Pacheco, derivado de magros resultados por parte de los tres gobiernos: el de Calderón Fournier, el de Rodríguez Echeverría y el del propio gobierno de Abel Pacheco de la Espriella; tanto en el campo de la política social como económica, sus gobiernos resultaron bastante distantes de los planteamientos teóricos esbozados. Fueron críticos de las administraciones liberacionistas de los ochenta de Monge y Arias, porque no habían logrado abatir la pobreza, ni la pobreza extrema y además porque la deuda pública externa había aumentado. La realidad es que no pudieron ocultar que el nuevo modelo asentado en los postulados de la derecha de la escuela de Chicago, para reducir el Estado y su intervención en la economía, propiciar la apertura de los mercados (modelo que el PUSC compartía y había coauspiciado gustoso), había resultado un fracaso en lo tocante a los grandes indicadores macroeconómicos, de estabilización y ajuste estructural, así como en la política social. Aunque, sí se alcanzó cierta diversificación de la economía y el acceso a terceros mercados. La verdad es que el modelo de desregulación y apertura del mercado dejó una herencia, por parte de los dos partidos, Liberación y la Unidad, de más endeudamiento externo e interno, con gran déficit fiscal, de inflación y, como nunca, el modelo propició una creciente brecha de desigualdad social, que no pudo ocultarse más. El Estado no avanzó en lo concerniente a la eficiencia, ni cuajó una verdadera participación de la ciudadanía, a pesar de ciertos indicios en lo social como por ejemplo el “Triángulo de Solidaridad” y la Ley de “Protección al Trabajador” impulsados en la administración Rodríguez. En cuanto al tema del Estado, el presidente Rodríguez en su gobierno presentó la ley conocida como “el Combo del ICE”, que implicaba un rudo golpe a la institucionalidad de esta gran empresa pública nacional, lo que conllevó a un gran desgaste del gobierno y del propio jefe del Estado y lo condujo a fuertes enfrentamientos con vastos sectores populares.

Lo más serio de todo, fueron sendas acusaciones por presunto enriquecimiento ilícito contra los expresidentes Calderón y Rodríguez. Por otra parte, en esa misma época también se ventiló el caso de Figueres Olsen. Se trata de los sonados casos de “Caja-Fischel” contra Calderón, ICE-Alcatel contra Figueres y contra el expresidente Rodríguez el caso Alcatel y gobierno de Taiwán. Al final, en el caso de Figueres el asunto prescribió sin que hubiese habido juicio oral y público. En cuanto a Rodríguez hubo absolutoria, ya que no se pudieron probar las acusaciones. El expresidente Calderón recibió una pena de cinco años de prisión. En todos los casos, hubo un importante desgaste político. En cuanto a los expresidentes del PUSC que fueron acusados, la comisión de Ética del partido les dio de baja. En el 2007 a ambos se les levantó el castigo, pero ellos decidieron no regresar a la agrupación. (Continuará)

Dr, Alberto Salom Echeverría

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