La modernización de la flota de autobuses de Costa Rica
Bernal Rodríguez [email protected] | Martes 11 junio, 2024
Bernal Rodríguez
Presidente de CANABUS
Seguramente usted ha observado en redes sociales que en menos de un mes, dos autobuses se han incendiado en vía pública. Si bien un incendio puede ocurrir a cualquier automotor, si es importante comprender que esto es una expresión de un síntoma aún mayor: el envejecimiento de la flota nacional de transporte público. Según la empresa Transit Labs (experta en analítica de datos de transporte), hace una década el promedio de antigüedad de los autobuses era cerca de los seis años. Hoy, ese promedio es poco mayor a los doce años. Bastó una década para duplicar el envejecimiento de la flota, pero no es la primera vez que la flota se envejece, ya existe un antecedente.
A fines del siglo pasado, la flota nacional de transporte público estaba también envejecida, prácticamente una edad promedio similar a la que se tiene actualmente. Esto llevó a que en ese momento el MOPT creara un modelo de cálculo tarifario que reconociera por un lado, todos los costos relacionados para ofrecer el servicio y por otro lado, promover el recambio de la flota vía una depreciación acelerada. Se puso en marcha esa política pública y se comenzó una escalada de recambio muy significativa, sentando las favorables bases para que los proveedores de autobuses atendieran un mercado que demandaría autobuses nuevos durante muchos años futuros.
Desde ese momento hasta inicios de la década de 2010 la edad promedio bajó a cerca de los seis años de antigüedad modelo. Hasta aquí todo parece bien, sin embargo, esa solución tuvo un efecto adverso, ya que generó incrementos tarifarios desproporcionados en diversas rutas de transporte público, expulsión de usuarios del sistema debido al incremento de tarifas ofreciendo así la oportunidad de otro para que otros modos de transporte (piratas y plataformas tecnológicas) comenzarán a ser sustitutos directos del transporte público. Aquella política pública de ensueño pasó a convertirse en una pesadilla. Esto llevó a la ARESEP, allá por 2014, a desarrollar un nuevo modelo de cálculo tarifario, el cual dentro de sus muchos cambios sustantivos, amplió la depreciación de los autobuses por más años, incentivando ahora a mantener los buses en operación por más tiempo en las rutas, retardando así los motivos de inversión. Ahora las tarifas aumentan menos, pero hay más buses envejecidos en las vías públicas.
Más recientemente la pandemia por COVID-19 también ha afectado negativamente al sistema de transporte público en su capacidad natural de recambio flota, Según datos de ARESEP, durante el primer año de pandemia la demanda de usuarios se redujo de forma significativa. Actualmente, el sistema de transporte únicamente ha recuperado la demanda en ochenta por ciento, lo que evidencia una pérdida del veinte por ciento de la demanda. Esa pérdida es tremenda para una actividad que históricamente crece anualmente un uno por ciento, lo que significa que la industria ha perdido cerca de veinte años de valor agregado entre 2020 y 2022. En este contexto, se han aprobado recientemente leyes que ofrecen una extensión de plazo para el recambio de unidades a las empresas autobuseras, lo que permite autorizar el uso de autobuses por dos años más sobre la vida útil establecida por ley.
Salir de este berenjenal implica pensar desde fuera de la caja, no podemos poner el vino nuevo en odres viejas. Esas soluciones interventoras no resolvieron el problema. Es claro que no podemos replicar las soluciones del pasado, así como tampoco sería políticamente viable extender más tiempo la vida útil; por tanto la solución debe venir de utilizar los instrumentos de eficiencia económica.
¿Cómo modernizar la flota de autobuses?
Nuestra organización CANABUS considera que existe una alternativa robusta y viable para modernizar la flota de autobuses con las herramientas actualmente desarrolladas, idea que se sustenta en la eficiencia económica utilizando el pago electrónico en el transporte público. Al masificar los pagos electrónicos en todos los autobuses de ruta y promover el pago con tarjetas bancarias en los usuarios,se puede crear una oportunidad única para renovar la flota. Sí el recaudo del sistema está asegurado, el sistema financiero puede ofrecer una facilidad crediticia para invertir en sustitución de flota de autobuses, incluso en sus diversas formas de tecnología y formas (eléctricos, low entry; interurbanos, urbanos) y a cambio la industria del transporte, dada la existencia de la tecnología de recaudo, puede ofrecer una garantía de liquidez inmejorable, el recaudo mismo.
Contar con el recaudo reduce dramáticamente el riesgo y permite mejores condiciones de negociación de tasas de interés, gestión de cobro, comisiones etc, además de potenciar una relación más estrecha con los bancos; se unen por primera vez la industria del transporte con la industria financiera de forma virtuosa, en beneficio de la modernización de la industria. Todo esto es viable gracias al sistema de recaudo único desarrollado por el Banco Central SINPE-TP.
Es hora de explorar nuevas formas innovadoras para modernizar la flota de transporte público, mejorar la calidad del servicio ofrecido a los usuarios y la competitividad de la actividad. Mirar instrumentos de eficiencia económica basados en el mercado, suele ser la mejor forma de llevar bienestar a la sociedad.