Laurel Hubbard podría ser la primera atleta transgénero en competir en los Juegos Olímpicos
Walter Herrera [email protected] | Jueves 06 mayo, 2021 11:00 a. m.
La halterófila neozelandesa Laurel Hubbard, de 43 años, que compitió en su juventud en campeonatos masculinos, podría convertirse en la primera deportista transgénero en disputar los Juegos Olímpicos en Tokio.
El Comité Nacional Olímpico de Nueva Zelanda (NZOC) "puede confirmar que, en virtud de la revisión de los sistemas de clasificación de las federaciones internacionales, varios halterófilos neozelandeses, entre ellos Laurel Hubbard, deberían poder participar en los Juegos Olímpicos de Tokio", según indicó este jueves esta instancia.
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Hubbard, que compitió en sus inicios con el nombre de Gavin, ya fue la primera deportista transgénero en competir en unos Juegos de la Commonwealth, en 2018 en Australia.
Número 16 del mundo en la categoría de más de 87 kilos, la levantadora de pesas neozelandesa responde a los criterios de clasificación para los Juegos (del 23 de julio al 8 de agosto), que exigen que el nivel de testosterona esté por debajo de 10 nanomoles por litro durante un periodo de, al menos, 12 meses.
Esta regla, implantada por el Comité Olímpico Internacional, es la misma que sigue la Federación Internacional de Halterofilia (IWF).
La presencia de Hubbard en los Juegos, a pesar de que siempre ha tenido el apoyo del Comité Olímpico neozelandés, puede reabrir el debate sobre la participación de deportistas transgéneros.
Si bien Hubbard responde a los criterios fijados por el COI, hay quien ve en su caso una ventaja injusta respecto a otras deportistas nacidas mujeres.
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"Está conforme a las exigencias del COI y probó que es una mujer... Por lo tanto, hay que darle su oportunidad y que pueda competir", explicó en el 2018 Paul Coffa, secretario general de la Federación de Halterofilia de Oceanía, para justificar su participación en los Juegos de la Commonwealth.
Sin embargo, ese año la Federación Australiana de Halterofilia intentó impedir su participación, considerando que su musculatura y su fuerza (desarrolladas cuando era un hombre) le daban una ventaja física más allá de su nivel de testosterona.