Liderazgo y dirección deben ir de la mano
Melissa González [email protected] | Jueves 28 agosto, 2014
Liderazgo y dirección deben ir de la mano
Ambos perfiles deben encontrar un equilibrio para ejercer un trabajo más efectivo con su equipo
En muchas organizaciones, los gerentes no tienen el poder y es porque no ejercen un liderazgo efectivo hacia los miembros del equipo. Liderazgo y dirección deben ir de forma paralela. No son lo mismo, pero necesariamente están unidos y se complementan estratégicamente.
Es conocido que el trabajo principal del gerente es el de planificar, organizar y coordinar, mientras que el trabajo del líder es el de inspirar y motivar. Es posible señalar una larga lista de diferencias entre ambos.
El gerente simplemente administra, el líder motiva y compromete voluntades; se enfoca en el sistema y la estructura. Por el contrario, el líder se centra en las personas y su desarrollo.
El gerente confía en el control y tiene una corta visión de las cosas, el líder inspira confianza y posee una perspectiva de largo alcance.
También podemos identificar que el gerente pregunta cómo y cuándo y mantiene su visión siempre sobre lo esencial; el líder pregunta qué y por qué, proyectando su visión sobre el horizonte.
El gerente imita o sigue un libreto preestablecido y acepta el statu quo; el líder es original y creativo para enfrentar situaciones.
En la era industrial, el trabajo de un capataz de una fábrica era seguir órdenes, organizar el trabajo, asignar correctamente a las personas las tareas necesarias, y asegurar que el trabajo se hiciera como había sido solicitado. El foco estaba en la eficacia.
Actualmente, donde la asignación de valor viene cada vez más de la gestión del conocimiento de las personas, y donde los trabajadores son lo más importante, la dirección y el liderazgo no se realizan independientemente, sino que se complementan y retroalimentan estratégicamente.
La gente contempla a sus gerentes, no solamente para asignarles tareas, sino para definir para ellos los objetivos. Los gerentes deben organizar a los trabajadores, no solamente para maximizar la eficacia, sino también para nutrir habilidades, desarrollar el talento e inspirar resultados.
En la era actual, con el explosivo incremento del conocimiento de los trabajadores, el papel del líder no solo es dirigir a las personas, sino aprovechar el conjunto de fuerzas específicas y el conocimiento de cada uno de ellos en beneficio de la empresa y de ellos mismos.
Miguel López
ADEN Business School
Director