Asesinos ticos son entrenados por colombianos y mexicanos en fincas de Limón
Mario Zamora: Sicariato es un cáncer que puede hacer metástasis en Costa Rica
Este no es el momento de ahorrar en recursos de ninguna manera, según Ministro de Seguridad
Esteban Arrieta [email protected] | Miércoles 26 julio, 2023
A pocos días de que Costa Rica supere la barrera de los 500 homicidios en lo que llevamos del año, Mario Zamora, ministro de Seguridad, advierte que el “sicariato es un cáncer que puede hacer metástasis en Costa Rica”.
Por ello, el país no puede ahorrar recursos en quimioterapia y todos los actores deben entender que el país está en un punto de inflexión para frenar este fenómeno.
Lea más: Homicidios llegarían a los 800 casos al terminar el año
Y es que el homicidio como negocio se profesionaliza con un evidente entrenamiento militar de mexicanos y colombianos que están enseñando a los ticos ¿cómo matar y salir impunes?
Casas de seguridad, fincas de entrenamiento y tácticas para disparar en movimiento son algunas de las enseñanzas.
El viernes de la semana pasada, ya se registraban 487 asesinatos y Costa Rica proyecta un crecimiento superior al 30% para 2023, con más de 900 casos, al término del año.
Se dice que el sicariato se está convirtiendo en un fenómeno ejecutado por personas “profesionales”, ¿cuáles son las señales de ello?
Normalmente, el trabajo profesional de la delincuencia se mide en función del rastro dejado en la escena del crimen y aquí estamos notando que algunos, no todos, pero sí un número importante de homicidios ejecutados se están caracterizando por la poca evidencia. Se trata de personas que tienen un manejo de la escena y que cuentan con inteligencia previa, buscan y escogen lugares donde hay pocos testigos, se fijan que no haya cámaras y actúan de manera rápida y certera.
Lea más: Incremento de 30% en homicidios reporta Costa Rica a la mitad del año
¿Se puede decir que son conductas aprendidas?
Es parte del fenómeno de la transnacionalización del crimen que está viviendo Costa Rica a través de algunos grupos criminales, donde un componente externo es el que colabora o contribuye a su profesionalización y luego esas personas formadas por este componente externo empiezan a reproducir la escuela. Esto último se hace por medio de nuevos reclutas en zonas sin condiciones de empleo o conflictivas. Estamos hablando básicamente de colombianos, de mexicanos que están enseñando cómo hacer las cosas, donde el componente de aprendizaje militar es muy evidente.
¿Qué otras señales apuntan a esa profesionalización que usted me señala?
Por ejemplo, sabemos que se están implementando casas seguras, donde los delincuentes se esconden para evitar los operativos policiales, sabedores de que si hacen un largo recorrido pueden ser ubicados por los retenes que hacemos.
Previamente, ellos tienen sus rutas de escape preestablecidas y tienen ubicadas zonas en donde las personas pueden escapar mientras la policía los busca sin éxito.
En el momento en que terminan los operativos, ellos salen y continúan.
Usted mencionaba que hay sicarios nacionales que enseñan a otros cómo cometer ilícitos, ¿dónde está pasando esto?
Tenemos inteligencia policial de que hay fincas en Limón donde están enseñando las prácticas del sicario, como por ejemplo, cómo disparar en movimiento desde una motocicleta, cómo preparar rutas de escape, ¿cuáles aspectos se deben tomar en consideración para no ser detectados?, y otras técnicas.
¿Cómo frenar esto?
Estamos haciendo varias cosas a la vez, por ejemplo, controles a nivel de armas que nos han permitido detener a unas 70 personas desde el 10 de mayo que yo entré al cargo; además de aprehender a algunos de los sicarios más violentos en Limón y, por supuesto, diversas acciones de inteligencia para ir minando la capacidad de estos grupos.
¿Cómo explicaría a Costa Rica la gravedad del sicariato en estos momentos?
Estamos enfrentando un cáncer. Estamos en el momento exacto en que ese cáncer lo podemos parar con quimioterapia, pero también es cierto que se puede convertir en metástasis y afectar a todo el conjunto de la sociedad.
Las decisiones hay que tomarlas ahora porque estamos justamente en el momento en que no podemos perder el control.
Precisamente, este es el momento de mayor integración operacional entre nuestra policía a lo interno y con la DEA de los Estados Unidos. Estamos poniendo, como dicen, toda la carne en el asador.
La mayoría de los homicidios se cometen entre bandas rivales y por ello hay ciudadanos que pensarían que esta situación no les afecta, yo le pregunto, ¿por qué es tan importante frenar este fenómeno criminal?
Por un lado, tenemos que recordar que el Estado podría perder el control de zonas o lugares a manos de narcotraficantes y eso no se puede permitir. Por otra parte, está en juego la capacidad de control desde el punto de vista de judicialización de casos y si esa capacidad es superada se genera el fenómeno de la impunidad. En otras palabras, se cometerían delitos y el Estado no es capaz de juzgar. Costa Rica no puede perder el control.
Estamos a semanas de que se discuta el presupuesto del 2024, ¿qué le diría a los diputados?
Volviendo al tema de la quimioterapia, este no es momento de ahorrar recursos en quimioterapia y medicina. Tenemos que ir con todo.