Matemática matará al fútbol
Gaetano Pandolfo [email protected] | Lunes 09 julio, 2018
Gracias a la matemática, resulta que Celso Borges fue una estrella de la Selección Nacional en Rusia.
Futbolísticamente, se hizo evidente que el volante central bajó mucho su rendimiento, si lo comparamos con Brasil 14 y no tuvo buenas calificaciones en los análisis individuales que varios técnicos escribieron para diferentes medios de comunicación.
Sin embargo, los “numeritos” lo elevan a la categoría de mejor jugador de la Tricolor en varios departamentos que —personalmente considero—, poco aportan a la belleza del juego.
Un reportaje del colega Cristian Brenes, en La Nación, nos informó que Borges fue primero en remates directos (2), remates desviados (2), remates totales (5), pases totales (123), pases buenos (105), oportunidades de gol (5).
Don Celso fue segundo en más distancia recorrida (33,01 km) y más esprints (92); fue tercero en minutos jugados (295’28”) y cuarto en balones recuperados (4) y balones perdidos (4).
Frente a esta evidencia matemática, por ejemplo, el técnico Marvin Solano, quien en su momento manifestó que “en la percepción queda la idea de que Celso no se vio tan bien en Rusia y presentó una imagen inferior a la de Brasil, repasando estos números, (dijo), no se puede decir que en Rusia lo hizo mal, los números son claros y ES LO QUE CUENTA EN EL FÚTBOL”.
Y tiene razón don Marvin; hoy, los números son los que mandan en el fútbol y esto me produce escalofríos, de solo pensar que Óscar Ramírez se pudo decidir por Johan Venegas, Cristian Bolaños y Marco Ureña, porque matemáticamente son mejores que Waston, Joel y Colindres.
¿Hacia dónde se dirige el fútbol, cuando se sacrifica el espectáculo por la estadística?
Hace rato que algunos decidieron convertir al fútbol en béisbol, la disciplina por esencia de los “numeritos”. Imposible disfrutar del béisbol sin conocer los numeritos de quienes lo practican profesionalmente.
Pero la matemática invadió el fútbol y nos inundan con datos numéricos de todos los futbolistas que juegan el Mundial, con estadísticas incluso confusas, porque, ¿cuál es la diferencia y cómo se mide entre ser el más rápido y el de mayores “esprints”, o como se come eso de pases totales. ¿Cuáles y cómo son los “intotales”?
Reconozco que por asuntos generacionales puede que esté fuera de foco. Crecí profesionalmente entendiendo las estadísticas en el fútbol como un complemento. Hoy son total y absolutamente prioridad y siento que no vamos por el camino correcto.
Con absoluto y total respeto a los colegas estadígrafos, choco al mirar cómo en Canal 7, por ejemplo, la estrella de las transmisiones es el estadígrafo Cristian Sandoval, quien a base de números, opaca, interrumpe y manda a segundo término las narraciones de Kristian Mora y los comentarios de Mario Segura y Everardo Herrera.
En las transmisiones de nuestro fútbol en televisión y prensa, las estadísticas se convirtieron en una verdadera plaga o epidemia.
A los estadígrafos les dieron “pelota”, ahora son los reyes de la transmisión y nos aplastan durante 90 minutos con una guerra de datos que, considero, poco interesan y aportan.
¿Qué aporta a la narración el enterarse que en 1935, Juan Pérez anotó un gol un minuto antes que Jonathan Moya en el clásico?
Se desató una batalla campal entre los estadígrafos, digna de todo respeto, en atiborrarnos de datos que nos convirtieron en víctimas de la narración, por sus interrupciones constantes. Por lo menos, así se percibe.
A los técnicos del fútbol, desde luego les ayudan las estadísticas de sus muchachos, pero los espectadores, preferiríamos más fútbol y menos números.
Otros numeritos
Keylor Navas: más minutos
Bryan Ruiz: más distancia
Marco Ureña: más rápido
Cristian Gamboa: más esprints
Pipo González: más balones recuperados
David Guzmán: más faltas cometidas