Mujeres en el mundo del Real Estate
Verónica Alfaro [email protected] | Miércoles 08 marzo, 2023
Verónica Alfaro
Directora del CODI
Allá en el albor del inicio de los ochenta, una madre de clase trabajadora y visionaria insistió en comprarle un carrito de montar a su hija de apenas 1 año. En aquellos años no era para nada común que las niñas tuvieran este tipo de juguetes. Esa madre no se salvó de recibir más de una crítica o que le alzaran el ojo por darle un juguete tan “masculino” a una niña. No obstante, su objetivo era sembrar en su mente dos ideas: ella debía aprender a conducir apenas pudiera y debía aspirar a tener un vehículo propio como símbolo de su independencia. Hoy en día tal vez eso no se escuche como una aspiración o algo a alcanzar para romper barreras de género, en aquella época si lo era. Esa mujer era mi madre y la niña, evidentemente era yo. Hoy en día sin duda agradezco esa visión que ha influenciado mi vida desde siempre y no dejarse guiar por estereotipos que sabemos son obsoletos y erróneos.
No cabe duda que, desde esos años a hoy, las mujeres han roto barreras laborales, patriarcales y de estereotipos añejos que por suerte poco a poco van de salida. Me he dado la licencia de hablarles un poco desde mi trinchera y el sector en el que me desenvuelvo, el mundo inmobiliario.
Actualmente las mujeres han ido labrando espacios para mostrar sus cualidades y habilidades de liderazgo en prácticamente todas las categorías profesionales, y eso incluye la industria de bienes raíces, ya que desempeñan múltiples papeles en sus diversas áreas. Ahora es normal ver en muchas empresas a mujeres liderando gerencias, donde han ido escalando hasta llegar donde tal vez hace una década o dos era impensable. Es de agradecer a aquellas cogeneres que de forma valiente y mucho más solas, abrieron las grietas que hoy dan luz a los espacios que sacamos provecho más mujeres.
Allá en el 2004, cuando inicié mi práctica profesional, debo reconocer tuve el apoyo de hombres en el medio que me enseñaron mucho y reconozco que ese respaldo posiblemente me salvó de muchos chascos y malos momentos que otras si han tenido que experimentar. A esos caballeros que, sin un ápice de egoísmo o ironía y que no tienen reparo en compartir su experiencia y conocimiento, son de reconocer y agradecer de igual manera.
Con casi 20 años de estar relacionada con el mundo de la construcción y lo inmobiliario rescato el cambio. He sido testigo de cómo más mujeres ahora forman parte de los equipos de construcción de proyectos de gran escala, mujeres arquitectas al mando de diseño complejos y con la responsabilidad de crear edificios de millones de dólares o maestras del marketing que hacen magia en las ventas. Me satisface poder ser parte de ese selecto grupo en que nuestra voz es escuchada incluso en foros predominantemente masculinos.
Es evidente que no todo es color de rosa. En una búsqueda rápida por internet procurando encontrar estadísticas del medio con respecto a la participación de mujeres en puesto de liderazgo dentro de esta industria, llámese ser parte de Juntas Directivas, propietarias, accionistas mayoritarias o CEO de empresas grandes, no me sorprendió que los números nos son muy alentadores.
En un estudio reciente del Urban Land Institute; una de la redes más antigua y grande de expertos interdisciplinarios en bienes raíces y uso de la tierra; descubrió en un informe aleccionador sobre cómo los hombres aún superan en número a las mujeres en los puestos ejecutivos de las organizaciones específicamente en el sector inmobiliario. Los datos que provienen de Estados Unidos señalaron una cifra evidente: aunque la base de miembros de ULI es un 25 % de mujeres, solo el 14 % de los directores ejecutivos dentro de las organizaciones son mujeres. Extrapolando un poco esos números y percibiendo lo que sucede en la realidad nacional, apostaría a que esas cifras son aún mayores.
Esto no se trata de dar un mensaje de desesperanza. Todo lo contrario. Conocer y entender las estadísticas nos ayuda a saber cómo progresamos o no en algún campo. Son viejas conocidas las muchas de las razones para que esta barrera exista: brechas salariales, prioridades de los roles que nos ha determinado la sociedad, miedos imaginarios a no poder manejar el liderazgo o grandes retos empresariales, ser proclive a recibir críticas a veces más duras por nuestro estilo de mando. Todos estos fenómenos son reales y no se van a ir de la noche a la mañana.
En todas las industrias, hay una falta alarmante de mujeres en puestos de alto nivel. El negocio de bienes raíces, por otro lado, podría fácilmente cambiar y convertirse en una industria modelo para una mayor representatividad femenina. Las mujeres siempre han destacado en el sector y, aunque todavía no es común verlas ocupando puestos de ejecutivos de alto rango, no carecen de oportunidades y espacios que podrían aumentar las cifras de participación. Entre sus ventajas es que es un medio que no tiende a expulsar a quiénes se desempeñan en él y hay muchas mujeres que permanecen activas durante años acumulando experiencia en sus diferentes ramas lo que les ha permitido ir escalando en las organizaciones e incluso generar negocios propios.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer para que activamente estos indicadores y fenómenos sociales mejoren? La vía no es fácil y debemos de forma diligente buscar los mecanismos que vayan apartando esos obstáculos uno por uno.
Una red de apoyo es sin duda fundamental para lograr romper barreras. Del estudio del ULI se destaca que, de todas las directoras ejecutivas encuestadas, muchas señalan que las redes externas son clave para su éxito. Estas redes incluyen actividades de voluntariado, contactos comerciales, asociaciones de exalumnos, mentores y organizaciones profesionales. Encontrar eco en los desafíos que enfrentamos como mujeres en los campos profesionales dan valor y confianza a quienes estamos dentro de cualquier ámbito laboral. El acompañamiento y mentorías de quienes quieran compartir sus experiencias son sin duda algo que se le debe echar mano para que cada uno encuentre el estilo de liderazgo con el que se sienta más cómoda.
Hoy en día encontramos iniciativas que dan un espacio de mujeres y combatir esta representación desigual. El Comité de Liderazgo de la Mujer del ULI, el comité del GRI para Mujeres, el Foro de Mujeres en el Real Estate de Perú y Argentina y a nivel local la fundación Alas son solo algunos ejemplos de esas redes de apoyo y aprendizaje, así como de visibilidad al aporte que hacen las profesionales en diferentes ramas. Una mayor transparencia y educación en la buena gobernanza de las empresas, enfocado al valor que aportan las mujeres son elementos claves que señalan diversos estudios para un mejor desempeño financiero de las mismas organizaciones.
Las empresas deben interiorizar que la diversidad agrega valor a las organizaciones y suman a su éxito. Por el contrario, el revanchismo, la polarización de posiciones o la imitación de malos modelos de liderazgo por tradicionalismos excesivos pueden causar limitantes que no adicionan nada a los modelos de negocios modernos. El diálogo franco y constante sobre todos los retos que enfrentamos como sociedad y dentro de las organizaciones en estos temas particulares son y seguirán siendo la forma en que podemos llevar el accionar para que las disparidades vayan cediendo y que el crecimiento de las mujeres no sea una lucha sino algo natural y alcanzable.
Las que hemos podido escalar en un mundo como este, tenemos un rol y una responsabilidad, contribuir con un pequeño grano de arena para seguir abriendo caminos a esas mujeres que vienen detrás, a esas colegas en proceso de labrar su rol profesional y dejar al menos puertas más anchas para su paso con participaciones más activas en puestos de liderazgo.