Logo La República

Lunes, 7 de abril de 2025



FORO DE LECTORES


¿Nos falta tiempo o nos falta enfoque?

Álvaro Rojas [email protected] | Lunes 07 abril, 2025


Álvaro Rojas


La falta de tiempo es el síntoma; la falta de enfoque es la enfermedad.

Vivimos en la era más automatizada de la historia humana, pero también en la más distraída. Mientras la inteligencia artificial promete optimización, la falta de enfoque amenaza con sabotear nuestra productividad. Nunca hemos tenido tantas herramientas a nuestro alcance, y sin embargo, nunca hemos estado tan ocupados, tan saturados, tan desconectados de lo esencial. En este nuevo paradigma, la pregunta correcta no es: “¿Tengo tiempo?”, sino: “¿Tengo enfoque?”. La velocidad dejó de ser una ventaja. Hoy, la claridad lo es todo.

Sin duda, el líder del futuro no será el que más haga, sino el que mejor elija qué no hacer. Muchos líderes se esconden detrás de sus agendas repletas como si fueran trofeos de eficacia, cuando en realidad son monumentos a la confusión estratégica. La paradoja contemporánea es evidente: delegamos tareas a algoritmos, aceleramos decisiones con datos, automatizamos flujos de trabajo… y aún así decimos que no tenemos tiempo. La verdad es incómoda pero necesaria: no nos está faltando tiempo, nos está faltando visión.

Un reciente estudio del Harvard Business Review reveló que el 64% de los líderes sienten que su trabajo diario carece de propósito claro, y que pasan el 50% de su tiempo en actividades que no aportan valor real a sus metas estratégicas (Davenport & Kirby, 2023). Este dato no refleja un déficit de capacidad, sino una crisis de enfoque. En otras palabras, no se trata de cuántas horas hay en el día, sino de cuánta intención hay en cada hora.

La diferencia entre un líder ocupado y un líder enfocado se encuentra en su arquitectura mental. El primero vive reactivo, diciendo “sí” a todo y persiguiendo la ilusión de productividad. El segundo opera con un filtro poderoso: distingue lo urgente de lo importante, y decide con base en visión, no en presión, la “falta de tiempo” se traduce en acumulación; la “falta de enfoque”, en desorientación. Una llena la agenda, la otra vacía el propósito.

Debemos comprender que en el contexto actual la tecnología acelera el ritmo, pero solo el enfoque alinea la dirección. Hoy más que nunca, los líderes deben preguntarse: ¿Estoy usando la tecnología para liberar mi mente o para saturarla de pendientes? ¿Estoy tomando decisiones desde la urgencia o desde la claridad? En un mundo donde casi todo puede ser automatizado, el verdadero diferencial del liderazgo es el discernimiento. El enfoque estratégico no es un lujo; es el nuevo superpoder de quienes transforman organizaciones.

Veamos el caso de Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien al asumir el cargo no se concentró en hacer más cosas, sino en alinear a toda la organización con una visión clara: empoderar a cada persona y organización del planeta para lograr más. Esta simple declaración redefinió productos, prioridades y cultura interna. El resultado fue una transformación organizacional profunda, que triplicó el valor de mercado de la empresa en menos de una década (McKinsey & Company, 2023).

Hoy más que nunca no debemos liderar desde la velocidad, sino desde la intención. El enfoque estratégico comienza con la capacidad de diseñar un sistema de prioridades que proteja lo esencial. Esto implica aprender a decir no, simplificar lo complejo y reducir lo superficial. Significa redefinir el éxito no por cantidad de tareas realizadas, sino por calidad de impacto generado. En un entorno empresarial donde el ruido es constante, la capacidad de enfocarse se convierte en una ventaja competitiva radical.

Quien lidera con enfoque, lidera con poder. Porque un líder enfocado no solo es más productivo; es más inspirador, más estratégico y más transformador. En la era de la inteligencia artificial, la verdadera inteligencia no será la de las máquinas, sino la de los líderes que sepan qué hacer con el tiempo que recuperan.

Aplicación estratégica para líderes:

1. Diseña tu semana por impacto, no por actividad. Define tres resultados clave antes de llenar tu agenda.

2. Utiliza la tecnología como escudo, no como adicción. Automatiza lo transaccional para liberar lo transformacional.

3. Establece rituales de enfoque. Momentos sin interrupciones para pensar, decidir y crear con intención.

4. Haz del “no” una herramienta estratégica. Cada vez que dices “sí” a algo irrelevante, estás diciendo “no” a tu propósito.

5. Refuerza la visión en cada decisión. Pregúntate: ¿esto contribuye al futuro que quiero construir?

El entorno empresarial actual no recompensa a los más ocupados, sino a los más enfocados. La inteligencia artificial puede darte velocidad, pero solo tu enfoque puede darte dirección. No es la falta de tiempo lo que sabotea tu liderazgo, es la falta de claridad sobre qué merece tu tiempo. Es momento de cambiar la narrativa: el liderazgo no es una carrera contra el reloj, es una caminata firme hacia lo que verdaderamente importa.

Porque el problema nunca fue el tiempo. El verdadero reto siempre ha sido el enfoque.

________________________________________

Referencias:

• Davenport, T. H., & Kirby, J. (2023). Designing Work for AI and Humans. Harvard Business Review.

• McKinsey & Company. (2023). How Microsoft Reinvented Itself for the AI Age.







© 2025 Republica Media Group todos los derechos reservados.