Ortega obtiene tercer mandato sucesivo en Nicaragua, pero oposición no lo reconoce
AFP [email protected] | Lunes 07 noviembre, 2016 08:25 a. m.
El presidente Daniel Ortega obtenía junto a su esposa Rosario Murillo, amplia ventaja en las elecciones de ayer, pese a críticas de nepotismo y una alegada abstención masiva que le hace la oposición, excluida del proceso.
Con el 66,3% del escrutinio, Ortega ganaba con el 72,1% de votos frente a 14,2% para un lejano segundo lugar del candidato del derechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Maximino Rodríguez, según el segundo reporte del Consejo Supremo Electoral (CSE) emitido la madrugada del lunes.
Cientos de sandinistas salieron la madrugada del lunes a festejar en la capital la reelección del máximo líder del Frente Sandinista (FSLN, izquierda), un ex guerrillero que ha gobernado tres veces Nicaragua de manera autocrática.
La oposición nicaragüense anunció que no acepta los resultados electorales que dan el triunfo a Ortega y exigieron convocar nuevas elecciones pluralistas, transparentes, con un tribunal electoral imparcial y la presencia de observadores internacionales.
En la elección legislativa, también en liza, el FSLN, tenía el 66,4% de votos, mientras que el PLC, 14,7. La asignación de escaños aún no se ha informado hasta concluir el escrutinio.
Las elecciones son una "farsa"
"No reconocemos los resultados de esta farsa y con la fuerza de la voluntad manifestada por el pueblo de Nicaragua, las declaramos nulas", manifestó el domingo Violeta Granera, dirigente del opositor Frente Amplio de la Democracia (FAD).
La oposición, estimó que la abstención fue de más del 70%, incluso en lugares donde el partido de Ortega tenía influencia, pero según el CSE, ésta fue de un 33,7%.
El recuento final de la votación será publicada hacia el mediodía de hoy, informó el CSE.
Las leyes nicaragüenses no contemplan un techo de participación mínima para que una elección sea valida, por lo que el candidato que obtenga más votos respecto a su contrincante gana la contienda.
También resulta difícil que prospere la programación de nuevas elecciones, debido a que ésta sólo puede ser autorizada con una reforma constitucional que tendría que ser aprobada por dos tercios del Congreso, donde el FSLN apunta tener de nuevo una mayoría absoluta
"Bueno, el pueblo de Nicaragua va a tener la última palabra", sentenció Granera en declaraciones a la AFP.
La oposición quedó fuera de la contienda a causa de un fallo judicial que los despojó de la representación legal de su partido cuatro meses antes de las elecciones, en una maniobra atribuida a Ortega.