Profesionales 20 – 30: Bienvenidos al nuevo normal
Álvaro Rojas [email protected] | Sábado 28 marzo, 2020
Durante las ultimas semanas, una de las frases que más hemos escuchado por empresarios, emprendedores y directores de empresas es “Las personas no están dimensionando lo que esta sucediendo”, refiriéndose a la crisis económica como consecuencia del Covid-19. Considero, por los argumentos que daré en este articulo, que efectivamente no lo estamos dimensionando, pero no por falta de capacidad o inteligencia, sino porque lo estamos analizando con los parámetros inadecuados, con las perspectivas incorrectas y los estándares equivocados.
Permítame explicarme mejor, los únicos parámetros, perspectivas, estrategias y estándares que conocemos como individuos y como sociedad para resolver la situación una vez que todo esto termine están fundamentados en el pasado y uno muy cercano, que es tan cercano y fresco que no nos parece pasado, es decir, desde enero 2020 hacia atrás.
Debemos comprender que todos nosotros, como generación, seremos marcados con un antes y un después de una pandemia; que, obligatoriamente, sin excepción, estamos pasando por valle transformador y que todo lo que conocemos en materia de sociedad, comercio, salud, economía, finanzas, entre otros, será uno pre Covid-19 y otro post Covid19; por lo que tratar de rebuscar en el pasado cercano las soluciones puede ser errado en gran medida, ya que esas estrategias funcionaban bajo otro entorno, otras circunstancias y otras condiciones, unas muy diferentes a las que vamos a enfrentar apenas todo esto termine. Es como un globo que se expandió y que nunca volverá a su forma original y ese será nuestro “nuevo normal”.
Pero ¿por qué nos basamos en lo que conocemos? Hay varias razones y una de las principales es porque todavía idealizamos la zona de confort de la que venimos, ya que todo esto pasó tan rápido que estamos esperando a que se acabe en dos meses para volver a tener nuestra misma empresa, mismo emprendimiento, mismo trabajo, misma sociedad, misma rutina, esperamos a que todo termine porque anhelamos volver a lo que teníamos. Debemos comprender que la lección no ha terminado, de hecho apenas empieza, pero el primer paso para reinventarnos debe ser el desprendimiento con el objetivo de lograr desarrollar nuevas capacidades para un nuevo entorno y para lograr ese nivel de desprendimiento se va a requerir un brutal grado de humildad.
Después de esta etapa de desprendimiento, si queremos volver a construir, es cuando este “nuevo normal” nos obligará regresar a las bases, al hogar, a las relaciones, a los valores, a los principios, a lo que pregonamos como marca país: lo esencial. Lo cual será un gran reto por dos razones: primero, porque estas no son precisamente las principales fortalezas de las generaciones más jóvenes, las cuales deberán asumir el liderazgo a mediano plazo; y segundo, porque quienes tienen la experiencia y sabiduría para enseñarlas son quienes están potencialmente en riesgo por el virus, por lo que, de empeorar la situación, la brecha podría ampliarse aún más.
Pero nada de lo anterior tiene una connotación negativa, más bien todo lo contrario, pero debemos tener la visión y la capacidad de poder analizar línea por línea nuestro “nuevo normal”; donde, como dijimos, las estrategias del ayer no servirán hoy porque este nuevo modo redefinirá muchas cosas como las conocíamos hasta enero 2020. En estos días, he podido conversar con algunas mentes brillantes sobre estos conceptos que se rescribirán y coincidimos en las siguientes, que con gusto se las comparto para que usted bajo su criterio pueda incluso ampliarlas:
Lujo: Lo que conocíamos basado en una exhibición o manifestación de riqueza será redefinido, ya que, aunque siempre existirá este mercado, será un perfil de alto poder adquisitivo, pero que valorará otro tipo de cosas más allá de la adquisición de bienes, cosas basadas en experiencias con su entorno y personas más cercanas. Turismo: El turismo a nivel mundial será redefinido y es que todo lo natural, boutique, bienestar, aventura, sostenibilidad el turista lo asociará con un entorno más limpio por lo cual será sumamente valorado; y nuestro país tendrá una gran ventaja debido a tenemos una marca muy posicionada como destino; por lo que considero que los mejores años para el turismo en Costa Rica están por venir en este “nuevo normal”, pero hay dos cosas a considerar: no será rápido ni tampoco basado en como lo hacíamos en el pasado.
El servicio al cliente: Todos aquellos que no se adaptaban a entornos virtuales lo tuvieron que hacer de golpe, lo que marcará una masa mayor usando y comprando plataformas digitales. Aquellos sectores como banca y aerolíneas, que se daban el lujo de mal tratar a sus clientes, ahora les pondrán alfombra roja; además volveremos a valorar el servicio
persona a persona y todos aquellos que hoy perdieron la posibilidad de servir a otros no se darán el lujo de volver a dar un mal servicio.
La solidaridad: Esto, antes del Covid-19, era visto como un gesto de generosidad voluntaria que se hacía para ayudar los que menos tenían. Ahora, será la plataforma sólida para el progreso, no para los que menos tienen, sino solidaridad para con mis pares y los que más tienen, una cultura 100% colaborativa como nueva forma de hacer negocios y comercio. Las marcas de naturaleza solidaria, no forzada, serán un imán para nuevos clientes.
Seguridad: Esa percepción de estabilidad se derrumbó; antes del Covid-19 tener una empresa, un emprendimiento, un buen trabajo, propiedades, bienes, entre otros daba cierta seguridad, pero algo invisible acabó en cuestión de días con esa sensación de fortaleza, por lo que en el “nuevo normal” volveremos a lo que se refería Hellen Keller cuando dijo “la seguridad es más que nada una superstición”. La percepción de estabilidad basada en cosas materiales ya no existirá más porque seremos conscientes de que, en cualquier momento, lo que tenemos se puede ir y la seguridad estará más orientada a temas espirituales y de bienestar.
Valor: El concepto del valor que le damos a las cosas y a las personas cambiará radicalmente; nos dimos cuenta de que, en el escenario antes del Covid-19, sobrevaloramos cosas que entretienen, pero que agregan poco valor real, por ejemplo, el entorno de los influenciadores que hoy muchos lo único que pueden hacer para ayudar es poner #QuedateEnCasa y subir sus stories de ejercicios en su cuarentena, pero lo subvalorado como, por ejemplo, los profesionales que ganan mucho menos dinero son quienes nos están salvando.
Trabajo: El trabajo como lo conocíamos va a cambiar, fuimos empujados a trasladarnos menos, a usar entornos virtuales, a teletrabajar, a liderar desde nuestros hogares, a vender desde una videollamada, entre otros. Esto abre nuevos espectros y oportunidades a empresas que brinden servicios a profesionales que están trabajando desde casa y tendremos nuevas rutinas laborales.
La información: Esta situación mundial mostró lo que afectan las noticias falsas y las fuentes poco confiables. Evidenció quiénes hacen honor a su profesión periodística y quiénes únicamente replican notas. Nos enseña cómo una misma noticia se ve en diferentes portadas para así permitirnos comparar y ver quién construye y quién se alimenta de generar pánico, por lo que en el “nuevo normal” las personas tendrán mucho más criterio para descartar o aceptar la información dependiendo la fuente.
Dinero: El “nuevo normal” podría ser el principio del fin para el efectivo, usando menos billetes y generando más transacciones, lo cual se traduce en mayor posibilidad de rastrear en tiempo real tendencias de consumo, gasto e, incluso, reducir el narcotráfico como lo conocemos actualmente, al haber menos uso de efectivo.
El internet de las cosas: El “nuevo normal” abre de par en par la puerta al uso masivo de los objetos cotidianos conectados a internet, ya que será más culturizable, es usual ahora tener televisores y celulares conectados, pero automóviles, entretenimiento, automatización del hogar, ropa, salud conectada y electrodomésticos, como lavadoras, secadoras, aspiradoras, purificadores de aire, hornos, refrigeradores que utilizan Wi-Fi para el seguimiento remoto de los procesos será aceptado más rápido por la sociedad.
Reinvención: Antes del Covid-19 siempre nos dijeron que, en la crisis, hay que reinventarse, pero este concepto tendrá una nueva definición. Debemos tener cuidado con tratar de reinventarnos tratando de sacarle provecho a la situación, quienes se muestren agresivos y poco sensibles en su proceso de reinvención pueden generar la apatía de sus clientes. Estamos en un momento empresarialmente de sobrevivir, parar el sangrado, detener lo genera mayor impacto primero, luego con lo que queda reinventarnos, pero de manera muy sutil y con tacto.
En resumen, nunca olvidaremos estos números: veinte veinte. Números que nos trajeron un cambio radical, pero no nos sintamos exclusivos, no ha sido solo a nosotros; en otras culturas y otras áreas, el 20 también ha significado un nuevo renacer, por ejemplo, para los mayas este numero es clave ya que tuvieron un sistema de numeración vigesimal, el cual lleva un patrón gráfico del 1 al 19 que cambia radicalmente al llegar el 20; o, en la Biblia que significa cierre de un ciclo, cuando por ejemplo, después de 20 años Jacob pudo librarse de Labán; incluso, en el tarot, la carta #20 del juicio significa cambios extremos; o, para el ser humano, que tiene veinte dientes de leche antes de cambiar a su dentadura adulta. En fin, en la historia, siempre el veinte significó cambio y, para nosotros, no fue la excepción.
Después de que todo esto pase, cambiarán los hábitos de consumo, las interacciones, la interpretación de los mensajes y esto, tarde o temprano, nos terminará cambiando a todos y, como siempre, escribir sobre el pasado es hacerlo de forma segura, pero hablar del futuro tiene cierto grado de audacia, la cual es muy necesaria en estos momentos, por lo que quiero finalizar dándole la bienvenida a usted a lo que será nuestro “nuevo normal”.