Quién fue Vera Rubin, la astrónoma que da nombre al observatorio con la cámara más grande del mundo que se inaugura en Chile
Redacción - BBC News Mundo | Lunes 23 junio, 2025

Sus creadores dicen que el Observatorio Vera Rubin "marcará el inicio de una nueva era en la astronomía y en la astrofísica". Quizás por ello lleva ese nombre: ella hizo lo propio como científica.
Rubin (1928-2016) fue una astrónoma estadounidense cuyo trabajo pionero aportó las primeras pruebas convincentes de la existencia de la materia oscura, uno de los mayores misterios de la astrofísica actual.
Este lunes se revelarán las primeras imágenes del observatorio bautizado en su honor y que dispone de la cámara digital más grande y más sensible del mundo.
Ubicado en lo más alto del Cerro Pachón, en la región de Coquimbo, en Chile, este centro de astronomía permitirá estudiar por primera vez en tiempo real explosiones de supernovas, además de agujeros negros supermasivos, estrellas variables, asteroides, cometas y más.
Todo esto gracias a su sensor con 3.200 megapíxeles.
"Se necesitarían cientos de pantallas de televisión de ultra alta definición para mostrar una sola imagen tomada por esta cámara", informa el observatorio que pertenece a la Fundación Nacional de Ciencias y al Departamento de Energía ambos de EE.UU.
Y agrega: "Con la información que proporcionará Rubin, podremos comprender de mejor forma el universo, la crónica de su evolución, sumergiéndonos en los misterios de la energía y materia oscura, y tener las respuestas a preguntas que aún ni siquiera imaginamos".

Una estrella entre estrellas
Siendo niña, Rubin construyó su primer telescopio con un tubo de cartón y con unas pequeñas lentes que compró en una tienda de material científico.
Su afición por la astronomía contó con el apoyo de su padre, quien incluso la llevó a reuniones de astrónomos aficionados, según publica el perfil del Museo de Historia Natural de EE.UU.
Aunque su familia siempre fomentó su talento y pasión por la ciencia, cuando Rubin contó a su profesor de física del instituto —donde era prácticamente la única chica— que planeaba ir a la universidad, este le recomendó que evitara las carreras científicas.
Ella no le hizo caso y se convirtió en la única especialista en astronomía que se graduó de la prestigiosa universidad femenina Vassar en 1948.
Cuando buscó matricularse como estudiante graduada en Princeton, le dijeron que a las mujeres no se les permitía ingresar en el programa de astronomía de postgrado de la universidad, una política que no fue abolida hasta 1975.
Entonces se presentó en la Universidad de Cornell, donde estudió física. Luego fue a la Universidad de Georgetown, donde obtuvo su doctorado en 1954.

En los años 70, Rubin y su colega Kent Ford estudiaron más de 60 galaxias y descubrieron que las estrellas de los bordes exteriores se movían con la misma rapidez que las del centro, algo que no obedecía a las leyes de la física.
Para conciliar sus observaciones con la ley de la gravedad, los científicos propusieron que había materia que no podemos ver y la llamaron materia oscura.
Al principio muchos astrónomos se mostraron reacios a esta idea, "pero las observaciones eran tan inequívocas y la interpretación tan sencilla que pronto se dieron cuenta de que Rubin tenía razón", explica el Museo de Historia Natural de EE.UU.
Ahora el Observatorio Vera Rubin tiene como uno de sus objetivos justamente comprender la naturaleza de la materia oscura.
"Nunca hemos sido capaces de ver directamente una de estas partículas de materia oscura, a pesar de que constituyen más del 80% de toda la materia del universo", afirma el observatorio.
"Lo que sí podemos ver —continúa— es el efecto gravitatorio que tiene la materia oscura sobre las galaxias y su distribución en el universo".
En este sentido, el observatorio tendrá como una de sus tareas catalogar más de 10 mil millones de galaxias para entender cuántas hay de un determinado tamaño.
"Si vemos un montón de galaxias pequeñas, eso apoyaría nuestra hipótesis actual más probable sobre las propiedades de la materia oscura", explica el observatorio.

Su lugar y el de otras
Durante casi toda su carrera Rubin tuvo que enfrentarse a los prejuicios de los que consideraban que la vida de una madre de cuatro hijos era incompatible con la ciencia.
Pero ella siempre se mostró combativa.
Un ejemplo ocurrió cuando finalmente pudo tener acceso al Observatorio de Palomar, donde no había baño para mujeres, problema que solucionó pegando una falda de papel a la puerta del baño de hombres.
Según la biografía Vera Rubin: Una vida, publicada en 2021 por Jacqueline y Simon Mitton, su impacto "no se limitó a sus contribuciones al conocimiento científico, sino que también ayudó a transformar la práctica científica, promoviendo la carrera de mujeres investigadoras".
Luchó por la inclusión de las mujeres en los comités y conferencias científicas, por contratar más profesoras y premiar a colegas femeninas.
Sus estudios le valieron numerosos honores, incluyendo ser la segunda astrónoma mujer elegida para la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Pero hay quienes creen que los reconocimientos en vida no estuvieron a la altura de su carrera.
"A pesar de ser una de las astrónomas más influyentes de su época y de lo revolucionario de sus descubrimientos, Vera Rubin no fue galardonada con el Nobel ni recibió en vida el mismo reconocimiento que algunos de sus compañeros", se afirma en su biografía.
Ahora está siendo reconocida de forma póstuma con el primer observatorio estadounidense que lleva el nombre de una mujer.

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