Reparar el cerco cuando se pierda una oveja
José Pablo Rodríguez [email protected] | Lunes 27 diciembre, 2021
Hoy les quiero compartir nuevamente un proverbio chino que traduje años atrás. La historia va así. En una lejana villa en las montañas, vivía un pastor de nombre Chang-san. Un día muy temprano por la mañana, Chang-san, se levantó para arriar su rebaño de ovejas camino a las montañas y al llegar al encierro, se percató que faltaba una de ellas. Después de inspeccionar detenidamente el cerco corral, encontró un gran hueco en uno de los costados. El hombre supo al instante que durante la noche el lobo había bajado por la colina y se había devorado la oveja faltante.
Un vecino de Chang-san, se acercó para consolarlo y después de escuchar lo que había sucedido, le recomendó que arreglara cuanto antes el cerco, para así evitar que el lobo matara otra de sus ovejas. Chang-san, estaba furioso por la situación y le dijo a su vecino:
“Ya el lobo estuvo acá y se llevó una de mis ovejas. ¿De qué me sirve arreglar el corral ahora? ¡Ya es demasiado tarde!”
El inmenso orgullo y la ira de Chang-san, no le permitieron escuchar el buen consejo de su sabio vecino. Ese día, al caer la noche, el hambriento lobo volvió a bajar por la colina y una vez más, devoró una de las indefensas ovejas. La mañana siguiente, cuando Chang-san contaba sus animales antes de salir camino a la montaña, notó que faltaba otra de sus queridas compañeras. En el momento, Chang-san, estuvo paralizado por varios segundos y luego se arrepintió profundamente de no haber escuchado el consejo de su vecino y reparar inmediatamente el cerco roto.
Esta vez y sin pensarlo dos veces, Chang-san corrió a buscar sus herramientas de carpintería y algunos materiales para reparar el corral. Desde ese día, Chang-san no volvió a perder ovejas.
Este proverbio se usa en la China de hoy para aconsejar a la gente que comete un error a que rápidamente tome acciones para solucionarlo. Tomar acción inmediata para solventar los problemas es la actitud correcta. Solo de esa forma nos podemos garantizar que no se nos haga demasiado tarde. La constante dilación en la toma de decisiones o en tomar acciones correctivas puede costarnos muy caro.
José Pablo Rodríguez es Director Regional en Asia de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER)*, es Máster en Gerencia y Negociaciones Internacionales y tiene una especialización en Liderazgo de Talentos y Equipos.
*Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no representan la visión u opinión de la organización para la que trabaja.