Reto del próximo gobierno: que el país no entre en default
Fabio Parreaguirre [email protected] | Lunes 05 febrero, 2018
El reto para el próximo gobierno es uno, que el país no llegue a estar en impago (default), pero si la proyección del Central de un déficit al 8% del PIB en 2019 se llega a dar, la meta no se habrá cumplido.
Si con un déficit del 6,2% del PIB el año pasado, ya vivimos presiones de tasas de interés, incertidumbre de los consumidores e inversionistas, problemas de liquidez en Hacienda, advertencias de las calificadoras de riesgo y un estrujamiento por los recursos, analice cómo sería el panorama para el próximo gobierno si no hay solución fiscal.
La incertidumbre es tan alta que el Banco Central duró hasta el último momento (que le permite la ley) para publicar el Programa Macroeconómico de este año, casi a las 12 m.n. del 31 de enero.
El plan al parecer lo realizó sin tomar en cuenta la posible entrada de $1.500 millones provenientes de los contratos de colocación que Hacienda ha indicado que realizará en el primer semestre de este año.
Lo que sí consideró para este año es el crédito de apoyo a la balanza de pagos para el Banco Central proveniente del Fondo Latinoamericano de Reservas por $1.000 millones.
Entre otros temas que se han de evaluar para este año, está la variación que se viene dando al alza en las tasas de interés (incluso con un nuevo ajuste a la Tasa de Política Monetaria ahora en un 5%), una proyección a la baja en el crecimiento económico y mayores expectativas de inflación.
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Sin solución fiscal estamos destinados a llegar a impago
Para el gobernante que llegue a Zapote el próximo 8 de mayo, su prioridad es empezar a ejecutar un plan para la solución del déficit fiscal.
Un déficit fiscal de casi el 8% al cierre del segundo año del próximo gobierno, sería letal para pensar en más empleos, menos pobreza, inversión en infraestructura, seguridad, en general para ejecutar cualquier acción.
La solución debe empezar con una fórmula para bajar los gastos, ya sea con un programa de movilidad laboral en el sector público, salario único, así como tener claro el tema de la regla fiscal, entre otros.
En cuanto a los ingresos lo primero es tener un Impuesto del Valor Agregado en lugar del General de Ventas, que aumente la base, y modernizar más la autoridad tributaria para hacer más eficiente la recolección de los impuestos.
Buscar medidas para bajar la informalidad y el contrabando son dos buenas acciones que darían recursos al gobierno.
A eso se le tiene que añadir que la calidad de vida de las personas en lo económico también bajaría, ya que las tasas de interés subirán, los recursos para el sector privado disminuirían y la incertidumbre crecería al no tener una solución.
El crecimiento económico se vería disminuido, ya que las inversiones se estacionarían al no tener un panorama positivo para el impulso.
Lea más: Banco Central incrementa Tasa Política Monetaria a 5%
Incertidumbre por los $1.500 millones
La situación del país no es fácil, incluso para el Banco Central, elaborar el Programa Macroeconómico le llevó hasta el último día que tiene por ley (31 de enero) para aprobarlo.
Es claro que existe incertidumbre en el mercado para analizar qué sucederá en el país, ya que hay dos escenarios, lo que puede pasar si Hacienda logra captar los $1.500 millones de los contratos de colocación anunciados o si deberá seguir captando solo con recursos del mercado nacional.
Al próximo gobierno esto también le debe crear una incertidumbre, no es lo mismo llegar a Hacienda y encontrar dinero (si colocan los $1.500 millones) o encontrar las cuentas casi vacías captando lo que logran obtener en subastas y ventanillas.
Incluso, las captaciones de diciembre pasado y enero que movieron los rendimientos y precios de bonos en partes diferentes de la curva, en las que atrajeron poco menos de $450 millones, generan más incertidumbre.
El Banco Central prefirió no referirse a estas acciones de Hacienda en el documento pero de darse podrían variar mucho sus proyecciones.
Sí a los $1.000 millones del FLAR
Lo que sí consideró fue el crédito por $1.000 millones que tomó el Central del Banco Latinoamericano de Reservas, que irán directamente a las reservas internacionales del banco.
Con esto lo que confirma es que seguirán sosteniendo las volatilidades al alza en el tipo de cambio, volviendo a llenarse de dólares para intervenir.
Los costarricenses podrían esperar una leve devaluación este año, muy parecida a la de los últimos dos, cercana al 3% anual, con esto el tipo de cambio no sobrepasaría los ¢590 por dólar en el mercado mayorista al cierre de 2018.
Otros puntos que deberá observar el próximo gobernante
Sin importar quien sea el próximo presidente, llegará con otras presiones, como lo son el alza en las tasas de interés, una economía nacional desacelerada y expectativas de una mayor inflación.
El alza en tasas es muy sensible, principalmente por el alto endeudamiento de los costarricenses cercano al 3% del PIB solo en tarjetas de crédito.
Sin una política correcta del manejo de la deuda para financiar el déficit, quienes sentirán las consecuencias son los consumidores, que cada vez deberán pagar más en sus cuotas de créditos de consumo, tarjetas, vivienda y hasta automóviles, sin importar en qué moneda estén endeudados.
Los candidatos han ofrecido nuevos empleos, pero con una desaceleración, eso es imposible, los empleadores no contratarán nuevos trabajadores, ya que sus expectativas de ampliar operaciones están varadas.
Un gobierno con el déficit tan grande no puede pensar en realizar contrataciones, ya que eso significaría aumentar el gasto, algo que dispararía aún más al alza ese indicador.
Por último, es claro que la inflación será mayor, entonces los consumidores sentirán que su dinero alcanza menos para adquirir los bienes y servicios cotidianos, un alza en los combustibles, transporte, alquileres se espera en el primer semestre de 2018.
Preocupados por el déficit
Ya un déficit del 6,2% como terminó 2017 preocupó a los expertos, y esperar un 7,1% es muy alto e insostenible, esas son las ideas, entre otras, de los que analizan el mercado financiero.
Rebeca Gamboa
Economista
Ecoanálisis
Inflación será más alta
El BCCR nos anuncia su adopción al esquema de metas implícitas de inflación, lo que implica un compromiso de mantener la inflación baja y estable; para lograr lo anterior debe tomarse en consideración la posibilidad de un ajuste en los precios locales de los combustibles, debido al alza de los precios internacionales del petróleo que no se han visto reflejados en las tarifas nacionales, situación que elevará el Índice de Precios al Consumidor.
El BCCR para evitar una subida de la inflación debe realizar ajustes en su tasa de interés, lo que podrá tener un efecto negativo sobre el crecimiento del crédito en moneda nacional y/o un crecimiento mayor en créditos en moneda extranjera.
Lo que deja como pregunta, qué hará el BCCR en el manejo del tipo de cambio.
En el Programa Macroeconómico manifiestan que “el incremento en tasas de interés internacionales, mayor al esperado por el mercado, podría revertir los flujos de capital, en mayor medida en economías emergentes y en desarrollo. Ello generaría presiones a la depreciación de sus monedas”, pero considero que, si el tipo de cambio se aleja de lo que debería ser según sus fundamentales, el BCCR tiene la capacidad de intervenir en el mercado de manera sencilla, ya que a finales de 2017 acumuló reservas y además aún tiene los $1.000 millones del FLAR.
En conclusión, el escenario del BCCR se ve muy manejable, no así para el Ministerio de Hacienda, que sin un acuerdo fiscal en la Asamblea Legislativa y sin poder colocar los $1.500 millones tiene un panorama más complejo.
Daniel Suchar
Analista financiero
Independiente
Será un año retador
El Plan plasma un año muy retador de la economía costarricense. Aunque refleja un crecimiento del 3,6% (por debajo del que se pensaba del 4%), sigue siendo un número considerable frente a nuestros socios comerciales (Estados Unidos con un 2,7% y Europa con un 2,2%), más que todo apalancando en el crecimiento de las exportaciones y el sector de servicios, debido a la recuperación y dinamismo a nivel mundial.
El Plan emite una alarma roja y un mensaje muy fuerte sobre el tema fiscal, pues rebasa el 7,1% de déficit fiscal; deteriorando la posición de las finanzas públicas, alcanzando un récord en este tema (desde el punto de vista negativo).
Por otro lado, el alza de la Tasa de Política Monetaria acarrea aumentos en las tasas pasivas y activas, y aunque se quiera promover el ahorro con un premio mayor, de igual forma las tasas de préstamos la ciudadanía costarricense las sentirá en un aumento en sus gastos cotidianos.
Francisco Gamboa
Director ejecutivo
Cámara de Industrias
Nos preocupa un horizonte sombrío
El Banco Central no nos da buenas noticias. Nos presenta un horizonte sombrío. Porque nos dice que en 2017 nuestra economía creció menos que en 2016; porque nos dice que en 2017 nuestra economía creció menos de que se preveía a mediados del año pasado. Porque nos dice que 2017 fue el año que nuestra economía creció menos de los últimos cuatro. Pero además, porque nos dice que en 2018 vamos a crecer menos de lo que se previó anteriormente.
Específicamente, para el sector manufacturero, el panorama es similar haciendo todas las comparaciones anteriores.
Ese menor crecimiento no es un buen augurio para reducir el desempleo. Y lo que más oscurece el horizonte es el deterioro de las finanzas públicas, pues para 2017 se cerró con un déficit fiscal de un alarmante 6,2% del PIB, pero peor aún, se proyecta que superará el 7% en 2018.
Dicho aumento incrementará aún más la relación Deuda/PIB llevándola a niveles de insostenibilidad y deteriorando la percepción de riesgo país, presionando la disponibilidad de crédito para el sector privado y las tasas de interés y la inflación.
Édgar Robles
Economista
Universidad de Costa Rica
Situación muy complicada en materia fiscal
El programa macroeconómico muestra una situación muy complicada en materia fiscal en los próximos años.
Independientemente de la posibilidad de aprobar una reforma fiscal, será muy difícil cambiar los resultados financieros del gobierno para el año 2018. Esto quiere decir que el deficit fiscal del país será el más alto desde los años 80.
Sin embargo, y contrario a lo que indica la ortodoxia económica, el BCCR asume que no existirán grandes efectos sobre el crecimiento económico, la inflación o la devaluación.
Todo ello, a pesar de los problemas de liquidez del gobierno y a los ajustes esperados en las tasas de interés internas y externas. Aunque el Banco Central puede seguir intentando mantener el tipo de cambio tipo de cambio artificialmente bajo, mi lectura entre líneas es que debemos prepararnos para una corrección económica fuerte.
Vidal Villalobos
Gerente Estudios Económicos
Prival Bank
Ajustados a la baja varias variables
Las proyecciones de crecimiento son ajustadas a la baja con relación a la entrega previa de julio de 2017. El déficit fiscal es señalado como el principal culpable de esta situación. La meta de inflación no sufre cambios.
Sumamente preocupante es la estimación del déficit fiscal y el peso de la deuda. Para el 2019 se espera un déficit fiscal de casi 8% del PIB y una deuda llegando a 60% del PIB. El deterioro obedece a la caída del crecimiento y a la inacción gubernamental en el tema fiscal.
El deterioro en las cifras fiscales encuentra explicación fundamentalmente en dos partidas. Una de ellas es la enorme carga que representa el pago de intereses de la deuda. Mientras en el 2016 el pago de intereses representaba un 2,1% del PIB ya para el 2017 subió a 3,1%. La otra partida tiene que ver con las transferencias corrientes que pasaron de un 7,7% a un 7.9% en el mismo período.
Ambos cambios combinados suman un 0.6% de aumento cuando el gasto total sumó un cambio de 0,7%. Estas transferencias responden en buena medida a disposiciones normativas que debe cumplir el Ministerio de Hacienda. Entre estos: Fondo Especial para la Educación Superior, Fodesaf y PANI.
El BCCR sigue con su plan de reducir la colocación de crédito en dólares. Para el 2018 el crédito al sector privado crecería un 6.9% pero con una distribución de 10,9% en colones y solo un 1,0% en dólares. Para el 2019 el crecimiento será de 8,2%, siendo que en colones aumentará un 12,7% pero nuevamente en dólares solo 1,0%.