Si El Salvador nos derrota, habrá que hablar de fútbol
Gaetano Pandolfo [email protected] | Viernes 02 febrero, 2024
Osael Maroto, presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, es un exitoso empresario de perfil bajo.
Ha hecho buena yunta con Joseph Joseph, el vicepresidente federativo de similares características: exitoso empresario de perfil bajo.
Ambos huyen de los reflectores y cómo hablan poco, para los comunicadores es complicado conocer cómo andas las cosas en la “Casa de los Sustos”, porque a pesar de que fueron expulsados algunos fantasmas, ahí continúan asustando.
Recientemente, Maroto habló a la prensa sobre su gestión de cinco meses y recalcó que se ha estado trabajando duro en aspectos presupuestarios, que sin duda es el fuerte de este par de dirigentes.
“Queríamos tener presupuestados los ingresos de los dos primeros años de gestión y lo hemos logrado”, indicó Maroto, toda una gran noticia sin duda a niveles administrativos.
Pero, de fútbol, nada de nada.
La Federación no informa si está trabajando o investigando, temas tan delicados como la multipropiedad de equipos, los avances o retrocesos que ha tenido el señor Horacio Elizondo con el tema del arbitraje. No se le llama la atención a la Unafut, por programar un calendario inhumano para los equipos, que deben jugar seguido en sedes muy distantes geográficamente. Al tema del racismo no se le entra en serio y las investigaciones quedan al garete y no se informa nada del trabajo que llevan a cabo los asistentes técnicos del ausente Gustavo Alfaro en el campeonato nacional.
La prensa no los conoce, no sabe cómo se llaman, no hay entrevistas en los estadios, a pesar de ser profesionales distinguidos en sus carreras.
En ese sentido, el juego de esta noche entre las selecciones de Costa Rica y El Salvador, en caso de una derrota de la Tricolor, podría ser el revulsivo que urge a lo interno del Comité Ejecutivo, para que los federativos reaccionen, se pellizquen y en lugar de estar armando presupuestos, que nada tiene de malo, mejor arman a la Selección Nacional para que Honduras no la elimine en el repechaje y la deje fuera de la Copa América.
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A lo externo de lo que sucede en la Federación de Fútbol, hay un sentimiento mayoritario entre los aficionados y la prensa deportiva, de que le hemos entregado las riendas y el poder de nuestro deporte favorito, con excepción de Jafeth Soto, a excelentes empresarios que poco saben de “matarse” por una pelota en un metro de zacate.