Triunfo de la democracia
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 07 febrero, 2022
Jonathan Prendas
Diputado Nueva República
Como ya es tradicional, los costarricenses vivimos ayer una fiesta democrática. Cientos de miles acudimos a las urnas para manifestar nuestro apoyo a un candidato o proyecto político, pero lo hicimos especialmente para reclamar nuestro derecho a escoger, a decidir, a actuar, a opinar y a expresar nuestro sentir.
Votamos por convicción, para defender un privilegio que millones de personas en el mundo no tienen. Votamos porque entendemos que el sufragio es una manifestación de nuestra vida en democracia, tan importante como lo son la separación de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), el Estado de derecho, la existencia de una prensa libre e independiente y la institucionalidad de nuestra nación.
A acudir a las urnas, logramos que ganara la democracia. Nuestro sistema político nos dio, una vez más, la oportunidad de involucrarnos en la concepción del país que queremos; el voto nos permitió reflexionar –desde nuestras propias circunstancias- en las soluciones a los problemas que nos aquejan como sociedad, de escuchar, conversar, debatir, compartir ideas y tomar partido.
La fiesta no se limitó solo al 6 de febrero. Durante los últimos días, miles de costarricenses participaron en planificaciones de diversa índole, asistieron a capacitaciones para ejercer su labor de miembros de mesa o fiscales, trasladaron banderas, camisetas y otros signos externos, repartieron panfletos, opinaron en las redes sociales e incluso apoyaron a sus candidatos en los lugares donde se llevaron a cabo los debates.
Ayer, una enorme masa de costarricenses se desplazó a sus centros de votación, se pusieron de acuerdo para votar con amigos y parientes, se sentaron en las mesas de votación, recibieron a los votantes en decenas de centros educativos, contaron los votos y esperaron juntos por los resultados.
Fue un ejemplo de participación pero también de organización, de planificación, de ponerse de acuerdo; mostramos la manera en que somos los costarricenses, la forma en que hemos decidido solucionar nuestras diferencias. Le enseñamos al mundo nuestro convencimiento de que la participación de los ciudadanos es el factor más eficaz para materializar nuestros anhelos, para cambiar a nuestras sociedades.
La fiesta democrática no terminó ayer; ahora comienza un nuevo capítulo, una nueva oportunidad de seguir haciendo Patria, de continuar fortaleciendo nuestro sistema político. Hoy no deben haber vencedores ni vencidos, sino costarricenses comprometidos con seguir buscando las mejores alternativas para gobernar a nuestro país.
Costa Rica requiere ciudadanos dispuestos a seguir trabajando -desde su posición y circunstancias particulares- para tener una sociedad más próspera y equitativa. Hoy más que nunca, el país necesita que honremos nuestra tradición democrática y, de manera pacífica y respetuosa, sigamos empeñados en heredarles un mejor futuro a nuestros hijos.
En esta nueva etapa que tenemos enfrente, no podemos permitir que ganen el descontento, el miedo ni la apatía. El voto es una manifestación de la democracia, pero esta crece, se fortalece y se defiende con más intensidad justamente el día después de los comicios generales.
Queda mucho por delante. Es aquí y es ahora cuando comienza el verdadero reto de ser congruentes con nuestros valores y principios democráticos. El futuro de Costa Rica sigue en juego.