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FORO DE LECTORES


Una explotación petrolera nacional además de incierta, no reactivaría la economía ni lograría una reducción en los precios de los combustibles en el corto plazo

Álvaro Cedeño Molinari [email protected] | Lunes 16 mayo, 2022

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Álvaro Cedeño Molinari

En el movimiento Costa Rica Libre de Perforación somos más de 190 organizaciones y empresas consumidores de energía naturalmente interesadas en inversiones rentables. Trabajamos por la reactivación económica sostenible en Costa Rica con las energías del futuro, y superar los combustibles fósiles que el planeta entero busca dejar atrás.

El argumento de que producir petróleo localmente sería una buena inversión y bajaría el costo de los combustibles exige las siguientes consideraciones:

1. Hay datos y evidencias insuficientes respecto a si Costa Rica tiene cantidad de recurso económicamente viable y respecto a los costos de exploración.

2. La exploración y explotación toman tiempo. De aquí a que se logre extraer el supuesto recurso (si es que hubiera) pasarían años. La crisis actual requiere soluciones a corto plazo.

3. Debido a que nuestro mercado interno es pequeño y los costos de la exploración y extracción son grandes, el precio de eventuales hidrocarburos nacionales dependería de los precios internacionales, aún con subvenciones estatales. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), globalmente se gastan USD 500.000 millones en subsidios a los combustibles fósiles cada año. Y ese costo recaería en la hacienda pública, o sea, en todos nosotros.

4. Ya antes de la COVID-19 la industria de los combustibles fósiles iba en descenso, las mejores inversiones hoy en día son las energías renovables, con precios en reducción constante.

5. En un contexto en donde el planeta entero busca electrificar (y descarbonizar) su transporte, Costa Rica tiene las mejores ventajas al alcance de su mano al producir localmente y sin emisión de gases contaminantes la energía del presente y del futuro: la electricidad renovable. Además, el país ya inició el proceso para desarrollar el hidrógeno verde. La verdadera soberanía energética se lograría electrificando el transporte y utilizando fuentes de energía limpias y renovables.

6. El dinero que se gastaría en una potencial exploración es mejor invertido en educación, capacitación para nuevos empleos, descentralización y conectividad. Todo lo cual le llevaría beneficios directos a muchas más personas en todas las comunidades del país.

7. Así como la era de piedra no terminó porque se agotaron las piedras, la era del petróleo no terminará por falta de petróleo, sino porque hemos desarrollado alternativas menos contaminantes y más baratas.

Si bien estamos convencidos de la urgencia de reactivar la economía y mejorar las condiciones de vida de todos los habitantes del país, también tenemos claro que cualquier decisión de esta magnitud debe ser coherente y sostenible en el largo plazo. Ninguna inversión local en petróleo hará que los precios de los combustibles bajen en el corto plazo, y no hay certeza de que lo haga en el largo plazo tampoco.

Los actores del sector energético costarricense -públicos y privados- deben enfocarse en materializar el potencial que tenemos para la producción y distribución de energías renovables a costos competitivos, ahora que la tendencia es clara, y con ello dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles: los hidrocarburos están más cerca del pasado que del futuro. Costa Rica es un país rico en recursos para la producción de energías renovables, incluso de alta intensidad como el hidrógeno verde.

También sabemos que estas actividades tienen severas consecuencias en la salud del planeta y de las personas. La salud pública y la adaptación ante las vulnerabilidades del cambio climático son condiciones indispensables para el desarrollo industrial y económico.

No podemos arriesgar nuestra reputación ni nuestros recursos en inversiones de largo plazo que ya han empezado su caída. Incluso la Contraloría General de la República ha abordado la “Presión sobre la Hacienda Pública en un contexto de variabilidad y cambio climático” (2017) y los “Desafíos de la transición energética desde la perspectiva de la Hacienda Pública” (2021), dejando claro que es inconveniente promover la industria de los combustibles fósiles en Costa Rica, que en el mejor de los escenarios tardarían más de una década en generar alguna utilidad a las empresas privadas que lo realicen, no a Costa Rica. Basta con revisar las declaraciones de expertos internacionales en todos los medios de comunicación para corroborar la tendencia hacia la descarbonización y las inversiones en energías limpias.

Esta semana, los expertos Josep Borrell y Werner Hoyer* publicaron en varios espacios de opinión, que “La UE está preparada para ayudar a la comunidad mundial a poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles. La guerra rusa en Ucrania no es una razón para retrasar las inversiones en la acción por el clima. Al contrario, una mayor inversión ecológica nos proporcionará una mayor autonomía estratégica. La descarbonización se ha convertido en un imperativo geopolítico. Hacemos un llamamiento a nuestros socios en los gobiernos de todo el mundo y en las instituciones financieras internacionales a que se sumen a acelerar la financiación de las energías limpias. Alcanzando la neutralidad climática podremos también garantizar la seguridad energética.”

Citando las recientes declaraciones del nuevo ministro de Ambiente, Franz Tattenbach, “el petróleo no es de recibo con las tendencias que hay de la sustitución a otros combustibles”.

Para todos los miembros del Movimiento Costa Rica Libre de Perforación, el principal motor de la economía es nuestra marca-país, basada en nuestra naturaleza y nuestro talento humano, que atrae turistas e inversiones hoy, en el corto plazo.

Aprovechamos la llegada del nuevo gobierno para que prioricen la discusión y aprobación del proyecto 22.819 que declara a Costa Rica libre de exploración de gas natural y petróleo. Nuestros argumentos van mucho más allá del tema ambiental: la exploración y extracción de petróleo requiere una altísima inversión cuyos costos financieros tendrán implicaciones sobre nuestro endeudamiento y tasas de interés por muchísimos años. Esto en una industria moribunda, con competidores bien establecidos y que cuentan con reservas probadas e infraestructura. El riesgo de quedar con solo los costos y ningún beneficio es real y concreto.

Esta declaración no atenta contra el desarrollo de nuestros negocios, más bien busca proteger a Costa Rica de un pésimo negocio. Con ello buscamos contribuir con la reactivación económica a corto y largo plazo y la atracción de inversiones alineadas a criterios modernos de impacto económico, social y de gobernanza.

*Josep Borrel es representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea. Werner Hoyer es presidente del Banco Europeo de Inversiones.










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