Una lupa sobre el acuerdo
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 01 febrero, 2021
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República
Los acuerdos a los que se comprometió el gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no deben tomarse a la ligera, especialmente por los antecedentes de un Ejecutivo que actúa en las sombras, con escasa franqueza, y cuya voracidad fiscal lo impulsa a imponer más impuestos sobre los cansados hombros de los costarricenses.
Preocupa su intención de instaurar una renta mundial, disfrazada como renta global, que entre sus propósitos le cobrará renta a quienes tengan salarios mayores o iguales a ¢683.000; esto significa que muchas personas que estaban exentas del impuesto al salario tendrán que pagarlo, y que quienes ya lo hacen pagarían tasas mayores. Este proyecto de ley ahuyentaría también a los inversionistas, en momentos en que el país requiere fortalecer al sector privado para generar empleo y confianza.
Cuando se analiza la carta de intenciones con este organismo internacional, no es posible obviar dos premisas fundamentales: este gobierno no fue capaz de plantearle al Fondo una verdadera hoja de ruta; hay decisiones impostergables que el país debe tomar sin demora, con acuerdo o sin él, porque es imprescindible rescatar a miles de costarricenses del hambre y del desempleo. Sobre ambos temas, Nueva República continuará aportando liderazgo y planteamientos.
Costa Rica no puede perder de vista las causas de la crisis que vive, tiene que atenderlas de inmediato: el enorme tamaño del aparato estatal y el crecimiento en los gastos del gobierno, hechos que repercuten sensiblemente sobre el alarmante aumento de la deuda y el déficit.
La pandemia ocasionada por el Covid-19, que le asestó un golpe durísimo al país, requiere que Costa Rica afiance los esfuerzos por balancear la salud y la economía. No podemos pasar por alto que el cepo impuesto por el gobierno afectó el funcionamiento de la economía y produjo el cierre de casi 30 mil empresas en el 2020.
La administración Alvarado acude al FMI como si ese acto, por sí solo, resolvería todos los problemas del país, y se desentiende por completo de presentar planteamientos serios para favorecer el crecimiento económico del país. Las reformas fiscales siempre deben acompañarse por programas y planes que impulsen la economía, porque la experiencia y la literatura son claras en que ningún ajuste es exitoso sin una reactivación de la demanda interna, sin generación de empleo y sin dinamizar la producción.
El equipo de trabajo de Nueva República está estudiando los proyectos que presentó el Ejecutivo, pondrá en la balanza el hecho de que la negociación con el Fondo y las iniciativas que lleguen a la Asamblea Legislativa deben ser fiscalmente viables, pero socialmente sostenibles.
Un acuerdo con el FMI obligaría al Ejecutivo a tomar las medidas que ha venido postergando por más de 7 años, le permitiría al país obtener fondos a tasas más bajas para cancelar pasivos y bajar el porcentaje del endeudamiento; le dará más confianza a los mercados internacionales y a las calificadoras de riesgo. Por ejemplo, penas se anunció que ya había un pacto, el precio de eurobonos costarricenses mostró una tendencia al alza.
Por esas razones Nueva República no se opone a la negociación, pero sí cree que las cosas hay que hacerlas bien, con transparencia, consensos y rostro humano. Así somos los costarricenses.