Vivimos...Sobrevivimos
Luis Valverde [email protected] | Miércoles 22 agosto, 2012
Vivir al Oeste es una ventaja, en el resto no tanto
Vivimos…Sobrevivimos
Mayoría de cantones alrededor de San José no ofrece las mejores condiciones para sus habitantes
Vivir al Oeste de la capital en poblados como Belén o Escazú, es una ventaja. Estos son los cantones más completos de la Gran Area Metropolitana (GAM) en servicios y condiciones para sus habitantes.
En contraposición, las condiciones en el resto de la GAM son distintas. En la mayoría sus habitantes han pasado de vivir a sobrevivir, debido a la ausencia de facilidades para la familia.
Este desequilibrio se produce en pocos kilómetros de diferencia, y son pequeños detalles los que marcan el bienestar de la población. Ante ello, surge la necesidad de crear soluciones para dar las mismas oportunidades en infraestructura, educación y empleo, como señala el Indice de Competitividad Cantonal publicado a inicios de mes.
En el caso de cantones como Belén y Escazú, estos ocupan las primeras posiciones en cuanto a competitividad y calidad de vida, aspectos que fomentan un buen clima para que un hogar se forme.
Ambos, junto con algunas zonas de Santa Ana, forman parte del grupo de poblados privilegiados con varias ventajas.
La primera de ellas es una buena infraestructura, evidenciada por la cantidad de kilómetros asfaltados, la inversión que año con año realizan en mantener esas vías en buen estado y el acceso de las viviendas a electricidad, agua, teléfono e Internet.
En ese caso, Escazú tiene una de las tasas más altas en inversiones. En promedio, el ayuntamiento invierte unos ¢75 mil al año por persona para promover el desarrollo de la infraestructura que acarrea esos servicios, mientras que en cantones cercanos como Desamparados el monto no llega a ¢20 mil.
El segundo es la calidad de vida de sus habitantes, medida por variables como la baja criminalidad, baja mortalidad por infecciones, atención en salud y las áreas para que la gente pueda entretenerse o disfrutar del aire libre.
En estos aspectos, Belén está calificado como el primer lugar de los cantones de la GAM en calidad de vida, con una mortalidad por homicidios de cuatro por cada 100 mil habitantes, cuando la media en zonas como el centro de San José supera los 20.
Todo esto influye en que los niños que crezcan en estas zonas tengan mejores oportunidades de estudio como escuelas y colegios con mayor cobertura de inglés e Internet, además de opciones de buen aprendizaje en áreas como ciencia y tecnología.
Pero mientras esta zona parece privilegiada por el destino, en el resto de los cantones las cosas son distintas. Sus habitantes a veces no gozan de buena infraestructura, y cuando la tienen deben enfrentar otros problemas como la inseguridad.
En el caso de la infraestructura, el nivel de inversiones tiende a bajar conforme más se viaja hacia el Sur de la capital.
En ese sentido, mientras Tibás destina en promedio unos ¢42 mil por persona a infraestructura, en Goicoechea el promedio baja a unos ¢27 mil, y ya en Alajuelita se llega al nivel más bajo, con solo unos ¢11 mil, cifras muy por debajo de lo que se invierte en Escazú o Belén.
En general, estos cantones ocupan posiciones de media tabla en el ranking del estado de sus carreteras y de viviendas con acceso a servicios. Aunque en esto no están tan mal, tienen otras debilidades adicionales.
La principal es una alta criminalidad. Prácticamente todos los cantones circundantes a San José hacia el Norte, Este y Sur se ubican en los últimos puestos del país, en cuanto a cantidad de robos y asaltos.
La situación tampoco es buena en la tasa de homicidios. Goicoechea es el que ocupa el último lugar entre los pueblos de la GAM, seguido de Alajuelita y Moravia, como los sitios donde más suceden hechos violentos de este tipo.
En lo que sí logran compensar es en empleo, pues es en estos sitios circundantes a San José donde existen las mejores opciones para obtener un trabajo o donde hay un clima empresarial más adecuado para laborar.
Para solventar estos desequilibrios, es necesario incentivar inversiones de acuerdo con las necesidades de cada población.
Una opción sería repensar el proceso de descentralización municipal, con tal de determinar si este ha sido exitoso; o si por el contrario, ha promovido estas desigualdades.
En la actualidad existen gobiernos locales muy exitosos en el manejo de sus recursos e inversiones. Coincidentemente en algunos casos son los mismos donde los habitantes gozan de las mejores oportunidades.
Otros en cambio ni siquiera logran ejecutar adecuadamente los recursos que poseen.
Otra opción es analizar mejor en dónde se invierten los recursos que vienen desde el Gobierno para programas importantes en educación, ambiente, salud y seguridad.
Hasta ahora no se tenía un mapa detallado de cómo estaba cada poblado del país, pero ahora ya existe y se pueden delimitar las necesidades de cada habitante.
“El país ha invertido mucho en salud y educación, y eso ha servido de mucho… ahora nos toca a nosotros tomar nuevas acciones para cerrar estas otras brechas en donde es necesario”, dijo Clotilde Fonseca, directora del Consejo de Promoción de Competitividad al dar a conocer el informe.
Luis Valverde
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Mayoría de cantones alrededor de San José no ofrece las mejores condiciones para sus habitantes
En contraposición, las condiciones en el resto de la GAM son distintas. En la mayoría sus habitantes han pasado de vivir a sobrevivir, debido a la ausencia de facilidades para la familia.
Este desequilibrio se produce en pocos kilómetros de diferencia, y son pequeños detalles los que marcan el bienestar de la población. Ante ello, surge la necesidad de crear soluciones para dar las mismas oportunidades en infraestructura, educación y empleo, como señala el Indice de Competitividad Cantonal publicado a inicios de mes.
En el caso de cantones como Belén y Escazú, estos ocupan las primeras posiciones en cuanto a competitividad y calidad de vida, aspectos que fomentan un buen clima para que un hogar se forme.
Ambos, junto con algunas zonas de Santa Ana, forman parte del grupo de poblados privilegiados con varias ventajas.
La primera de ellas es una buena infraestructura, evidenciada por la cantidad de kilómetros asfaltados, la inversión que año con año realizan en mantener esas vías en buen estado y el acceso de las viviendas a electricidad, agua, teléfono e Internet.
En ese caso, Escazú tiene una de las tasas más altas en inversiones. En promedio, el ayuntamiento invierte unos ¢75 mil al año por persona para promover el desarrollo de la infraestructura que acarrea esos servicios, mientras que en cantones cercanos como Desamparados el monto no llega a ¢20 mil.
El segundo es la calidad de vida de sus habitantes, medida por variables como la baja criminalidad, baja mortalidad por infecciones, atención en salud y las áreas para que la gente pueda entretenerse o disfrutar del aire libre.
En estos aspectos, Belén está calificado como el primer lugar de los cantones de la GAM en calidad de vida, con una mortalidad por homicidios de cuatro por cada 100 mil habitantes, cuando la media en zonas como el centro de San José supera los 20.
Todo esto influye en que los niños que crezcan en estas zonas tengan mejores oportunidades de estudio como escuelas y colegios con mayor cobertura de inglés e Internet, además de opciones de buen aprendizaje en áreas como ciencia y tecnología.
Pero mientras esta zona parece privilegiada por el destino, en el resto de los cantones las cosas son distintas. Sus habitantes a veces no gozan de buena infraestructura, y cuando la tienen deben enfrentar otros problemas como la inseguridad.
En el caso de la infraestructura, el nivel de inversiones tiende a bajar conforme más se viaja hacia el Sur de la capital.
En ese sentido, mientras Tibás destina en promedio unos ¢42 mil por persona a infraestructura, en Goicoechea el promedio baja a unos ¢27 mil, y ya en Alajuelita se llega al nivel más bajo, con solo unos ¢11 mil, cifras muy por debajo de lo que se invierte en Escazú o Belén.
En general, estos cantones ocupan posiciones de media tabla en el ranking del estado de sus carreteras y de viviendas con acceso a servicios. Aunque en esto no están tan mal, tienen otras debilidades adicionales.
La principal es una alta criminalidad. Prácticamente todos los cantones circundantes a San José hacia el Norte, Este y Sur se ubican en los últimos puestos del país, en cuanto a cantidad de robos y asaltos.
La situación tampoco es buena en la tasa de homicidios. Goicoechea es el que ocupa el último lugar entre los pueblos de la GAM, seguido de Alajuelita y Moravia, como los sitios donde más suceden hechos violentos de este tipo.
En lo que sí logran compensar es en empleo, pues es en estos sitios circundantes a San José donde existen las mejores opciones para obtener un trabajo o donde hay un clima empresarial más adecuado para laborar.
Para solventar estos desequilibrios, es necesario incentivar inversiones de acuerdo con las necesidades de cada población.
Una opción sería repensar el proceso de descentralización municipal, con tal de determinar si este ha sido exitoso; o si por el contrario, ha promovido estas desigualdades.
En la actualidad existen gobiernos locales muy exitosos en el manejo de sus recursos e inversiones. Coincidentemente en algunos casos son los mismos donde los habitantes gozan de las mejores oportunidades.
Otros en cambio ni siquiera logran ejecutar adecuadamente los recursos que poseen.
Otra opción es analizar mejor en dónde se invierten los recursos que vienen desde el Gobierno para programas importantes en educación, ambiente, salud y seguridad.
Hasta ahora no se tenía un mapa detallado de cómo estaba cada poblado del país, pero ahora ya existe y se pueden delimitar las necesidades de cada habitante.
“El país ha invertido mucho en salud y educación, y eso ha servido de mucho… ahora nos toca a nosotros tomar nuevas acciones para cerrar estas otras brechas en donde es necesario”, dijo Clotilde Fonseca, directora del Consejo de Promoción de Competitividad al dar a conocer el informe.
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