Zonas Francas: Seguridad Jurídica y Estabilidad son indispensables para el desarrollo del país
José David Segura [email protected] | Lunes 16 noviembre, 2020
José Segura
Miembro del Comité de Asuntos Legales y Fiscales de Azofras y Gerente de Impuestos de KPMG
Durante muchos años, Costa Rica ha basado su crecimiento en la inclusión social y económica de las personas, la maximización del talento humano, la innovación tecnológica y la protección del medio ambiente.
Lo anterior ha sido posible en gran medida gracias al Régimen de Zonas Francas que, mediante el otorgamiento de incentivos fiscales, ha sido una herramienta que ha atraído inversión extranjera de calidad al país.
Lo anterior sin lugar a duda es una práctica de política fiscal que ha implicado que Costa Rica se desarrolle considerablemente desde que se puso en vigencia este Régimen hace más de 3 décadas.
Esto lo podemos visualizar en el incremento considerable de empresas que operan bajo este sistema, pero, sobre todo, en la diversificación de las industrias que se han ido incorporando, llegando a la situación actual, en la que predominan las empresas en ciertas áreas del alto valor agregado, como los insumos y dispositivos médicos y las empresas de servicios.
Quizás sin quererlo, mediante el Régimen y otras políticas públicas, se ha pasado de tener una economía basada en el sector primario de explotación de materias primas y recursos naturales, a un país enfocado en actividades más especializadas, como la manufactura compleja y los servicios, lo que es una muestra del potencial del país y de su gente.
Ahora bien, cuando se presentan situaciones fiscales difíciles como la que enfrentamos actualmente, algunas personas pueden considerar que existe una oportunidad de recaudación de ingresos para el Estado, si se gravan las Zonas Francas. Sin embargo, es incorrecto pensar que las exenciones que se otorgan a estas empresas son ingresos que el Gobierno está dejando de percibir, toda vez que, si no existieran los beneficios fiscales, las empresas no habrían invertido en el país, en otras palabras, sin incentivos fiscales, las empresas que operan bajo el Régimen no estarían en Costa Rica
Asimismo, sería contraproducente cambiarles las condiciones a las empresas que de forma honesta y de buena fe, apostaron por invertir en el país bajo condiciones específicas y que estas sean cambiadas posteriormente, podría convertirse en un desincentivo para continuar realizando proyectos en el país. Por lo que la seguridad jurídica y la estabilidad de las condiciones otorgadas, son elementales para mantener a estas empresas en el país, y los empleos tan necesarios que generan.
También se tiene que Costa Rica no es el único país que busca atraer inversión extranjera, sino que está en competencia con otros países que, en algunos casos, ofrecen mejores condiciones fiscales que las que se pueden brindar bajo el Régimen de Zonas Francas. Por lo que, en materia de competencia para atraer inversión, no sería un buen paso el modificar las condiciones actuales del Régimen.
A partir de lo anterior, se puede concluir que no es correcto analizar los beneficios fiscales con una óptica meramente recaudatoria, es decir, pensando que es dinero dejado de percibir por el fisco, por cuanto si se elimina el beneficio, se desincentivará la generación de empleos, y esto a su vez afectará el consumo local, las contribuciones sociales y los encadenamientos con miles de empresas pequeñas y medianas, que venden sus productos y servicios a las Zonas Francas.