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COLUMNISTAS


¿DESARROLLO HOY?

Ennio Rodríguez [email protected] | Martes 03 enero, 2017


No hace mucho, desarrollar un país era sinónimo de industrialización.  El debate era cuáles eran los papeles relativos del estado y del mercado para lograrlo.  Se consideraba de derecha a la propuesta de que el mercado era suficiente para lograr el desarrollo y, para ello, se recomendaba eliminar intervenciones estatales, las cuales se percibían como ineficientes y promotoras de rentas.  La izquierda consideraba insuficiente el mercado, era crítica del comercio internacional y de las fallas del mercado, para lo cual recomendaba una presencia creciente del estado en el comercio, para corregir las fallas del mercado e incluso en la promoción y propiedad de empresas estratégicas.  A su vez, la izquierda se subdividía en demócrata y autoritaria.  Para la primera, el respeto a la democracia era uno de sus principios inclaudicables y, para la segunda, la dictadura era necesaria para enfrentar el poder político de la clase dominante.

Pero vinieron la tercera y cuarta revoluciones industriales: la digital y la virtual.  La primera, mediante las tecnologías digitales, transformó el proceso productivo, la relación entre productores y consumidores y se interconectaron los mercados en un agresivo proceso de globalización, acompañado de políticas de liberalización del comercio internacional y de los movimientos de capital.  La segunda, cuyos frutos aún están en proceso de maduración, permite, a través de plataformas de información, interconectar las realidades físicas y biológicas, por medio de un conjunto de tecnologías como Internet de las cosas, nanotecnologías, robotización, biotecnologías, móviles, inteligencia artificial y otras en proceso de maduración.

A pesar de que algunos siguen anclados a las ideologías propias de la primera y segunda revoluciones industriales, el mundo cambió. Hoy desarrollo no es sinónimo de industrialización y la dicotomía estado-mercado está en proceso de redefinición.  Incluso, la robotización significa producción industrial sin la necesidad de obreros industriales.

Anteriormente se consideraba que había etapas en el desarrollo: de la producción agrícola a la producción industrial, o las más sofisticadas como las que esgrimió el World Economic Forum: economías basadas en la incorporación de factores de producción, a economías basadas en la eficiencia y, finalmente, las maduras, basadas en la innovación.  Hoy, las plataformas de información afectan desde la agricultura, a la industria y a los servicios, los cuales se han convertido en la principal actividad económica.  Es decir, sin el fundamento de innovación, no hay desarrollo, y este requiere la incorporación eficiente de los factores.  La agenda es más compleja, pero también hay mayores herramientas para atacarla en nuevas formas de asociación y concertación público-privadas.

También tenemos enseñanzas sobre ganadores y perdedores de las recientes revoluciones industriales.  Así las grandes ciudades han ganado frente a las zonas rurales, las personas con más educación ganan frente a las que cuentan con menos educación y, en general, los obreros industriales son perdedores frente a la robotización (más que por la nueva división del trabajo).

Finalmente, no tomar explícitamente en cuenta la situación de los ganadores y perdedores en el desarrollo contemporáneo resulta en procesos de concentración del ingreso y,quizás, en procesos políticos de protesta y frustración que pueden ser alimentados y alimentar nuevos populismos.  La política para el desarrollo se convierte hoy en el arte de potenciar las habilidades innovadoras de la sociedad para generar más ganadores y atender las demandas de los perdedores, incluso antes de que estas se manifiesten, en un marco de democracia y libertad.

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