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El clamor de la Patria (II parte)

Arnoldo Mora [email protected] | Viernes 11 julio, 2008


El clamor de la Patria (II parte)

Arnoldo Mora

Decía en mi artículo anterior que el documento que dieron a la publicidad la Conferencia Episcopal, las asociaciones de agricultores y otras fuerzas sociales, producto de un encuentro llevado a cabo en el Centro Pastoral de La Garita, propiedad de la Diócesis de Alajuela, merece una amplia difusión y una reflexión profunda para su adecuada y pronta aplicación. Lo más beneficioso para el país sería que este documento sirva para iniciar un cambio radical en las políticas en el campo económico y social, para contrarrestar los desastrosos efectos de las recetas neoliberales que han impulsado quienes han gobernado este país en las dos últimas décadas. Porque estas deletéreas políticas han estado a la raíz de la carestía de los productos básicos de la canasta de los costarricenses, que ya comenzamos a sentir y que amenazan con agravarse en un futuro muy cercano.
Lo dicho no es solo privativo de Costa Rica, pues ya la angustia sobre una situación semejante se cierne como uno de los desafíos mayores de la política mundial, como acaban de reconocer los jefes de Estado de los países más poderosos del mundo en la reciente cumbre celebrada en Japón. Había comentado en mi artículo anterior algunos conceptos del documento mencionado, en que se lanza una severa acusación a los grupos gobernantes desde hace un cuarto de siglo, pues se les hace responsables del desmantelamiento de las instituciones que hacían realizable una política sostenida en beneficio de la producción agrícola y daba prioridad a la procura de la soberanía alimentaria.
Pero el pronunciamiento que comento no se contenta solo con denunciar la situación imperante, cosa de por sí nada desdeñable, sino que, mejor aún, propone algunas pistas tendientes a solucionar esta grave amenaza, pistas que rápidamente resumiré. Luego de condenar las políticas neoliberales, a las que califica de “capitalismo salvaje”, tal como fueron anatematizadas por el recordado papa Juan Pablo II, y de culpar a los gobiernos de negligentes porque nunca le dieron la importancia debida al problema de la producción agrícola, el documento insiste en que no se debe minimizar la gravedad de la situación en que estamos inmersos y a la que califica de “crisis”.
Para enfrentar dicha crisis se proponen hacer la siguiente recomendación práctica muy concreta:
“Demandar al gobierno un espacio de diálogo concertado que permita construir una estrategia de corto, mediano y largo plazo”, cuyo objetivo sea garantizar “a la población seguridad alimentaria, más acceso a la tierra y financiamiento para producir, precios asequibles de los insumos agrícolas y los ingresos necesarios para adquirir alimentos”.
Esta propuesta constituye un auténtico programa de gobierno que debe conducir a, no solo abandonar la deletérea ideología neoliberal, sino a forjar políticas de Estado en materia de producción agrícola. En mi opinión, pocas veces he leído algo tan sabio y patriótico como la citada. Solo si la seguimos fielmente se evitarán al país graves convulsiones sociales, con lo que lograremos los costarricenses seguir un camino auténticamente nuestro conducente a una sociedad más justa y democrática. El mayor problema es que el tiempo apremia, por lo que la lucha debe darse ya.

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