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… Los agitadores del úscala…

Iris Zamora [email protected] | Lunes 07 noviembre, 2016


Los que han orquestado este ataque a la institucionalidad costarricense, ¿de verdad creen que ganarán este pulso y que harán un Estado a su gusto y semejanza?

… Los agitadores del úscala…
 

Tengo la percepción de que si no bajamos el ritmo, si no dispersamos los carbones, estos echaran llamas más altas de lo previsto.

¿Cuáles instituciones sostienen nuestro sistema?... ¿La división de poderes que nacen de la Revolución Francesa, tienen que ser abolidos? … ¿Sustituidos, por qué cosa?

Ciertamente no existe un poder más desacreditado que el Legislativo. También es cierto que algunos diputados han hecho méritos para recibir de la población su desaprobación. Pero no es cierto que los diputados y diputadas de todas las bancadas, merezcan ser calificados con los epítetos falsos e irrespetuosos, de las desbocadas redes sociales.

La otra víctima, el Poder Ejecutivo; encabezado por el presidente de la República y sus ministros. Reciben improperios, groserías y ataques que calificarían como delitos contra el honor, que podrían motivar una denuncia judicial. Sin sonrojarse siquiera decenas de personas que se suponen educadas, cultas e inteligentes se prestan para “subir” a sus muros las bajezas y groserías más humillantes contra el Gobernante, que esgrimen los llamados “troles” (personajes asalariados para insultar) ¿Por qué esa nueva cultura del “úscala”?... (Sonido con el que se “atojaba” a los perros para que agredieran a alguien).

Estos últimos 15 días incluyeron en esta perniciosa campaña al Poder Judicial. Una noticia que no correspondía con los hechos, ni en el tiempo, ni en el contenido, sirvió de marco, para que medios de comunicación, a los que es difícil construir su propia agenda y prefieren “guindarse” del que creen más influyente, sin corroborar, sin verificar, sin balance, guiados por el atractivo y facilón “úscala”, reprodujeron hechos falsos, desmentidos luego por uno de los magistrados, que obviamente ignoraron, para continuar con su cacería… grupos peleándose el “honor” del ser el que mejor provoque a los perros… la han emprendido esta vez contra los magistrados y la Corte Suprema de Justicia.

La excusa es el monto de sus pensiones. Es probable que como todos los salarios de los jerarcas del sector publico, deben ser revisados, actualizados, contextualizados. ¿Pero, ese feroz y encarnizado, ataque a qué obedece?...

Si los tres poderes los usamos para limpiar el vómito del piso ¿qué queda?... ¿Qué sostendrá la Democracia? ...¿Qué “poderes” la sustituirán?... ¿Quiénes lo ostentarán y mediante qué vía?

De acuerdo, aceptemos que el Ejecutivo, los diputados, los magistrados, son “una manada de vagos, ineptos, corruptos, ignorantes, irresponsables”… aceptemos esos “brillantes argumentos” como reales…. ¿Ahora, a quién le confiaremos la institucionalidad?...
¿Los poderes fácticos, ilegítimos, gremialistas, inconsultos, es a ellos a los que entregaremos la administración de la Hacienda Pública, la legislación y la administración de la Justicia?... ¿Sin necesidad de ir a las urnas?... ¡¿Es en serio?!... ¿Renunciamos a la Democracia para dar paso a una dictadura?...

A finales de los años 80 estuve varias veces en Venezuela, en jornadas de formación. Este exactamente, era el clima que vivía esa nación, entonces inundada de petrodólares. Existían venezolanos que viajaban el fin de semana a Miami a hacer su “mercado”. El dinero lo disfrutaban unos cuantos a manos llenas, “abajo”, en la ciudad; mientras que “arriba”, la “pobretería”, los cientos de miles, de excluidos morían de desnutrición, sin posibilidad de educación y salud, los ranchos “adornaban” Caracas.

La institucionalidad fue desacreditada, todos los políticos y jueces tildados de corruptos… el caldero lo habían atizado, los que creían que podrían terminar de apropiarse de las riquezas de su país. Militares, empresas transnacionales, medios de comunicación, sectores empresariales, pensaban sacar provecho del descontento que habían venido atizando poco a poco…

Un día, cuando se enteraron, un líder desconocido, con un discurso y un verbo incendiario cambió la Constitución y llamó a su patria la República Bolivariana de Venezuela…

…Los que han orquestado este ataque a la institucionalidad costarricense, ¿de verdad creen que ganarán este pulso y que harán un Estado a su gusto y semejanza?... Un día despertarán viviendo en Miami, los que puedan juntar sus maritates; se habrá acabado la gallina de los huevos de oro, y habrán destruido la más centenaria democracia de Latinoamérica y convertido una nación extraordinaria, en cualquier cosa menos una Democracia…

¡Bien por ustedes, su estupidez no tiene límites!

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