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Aires princesos o princesas

Iris Zamora [email protected] | Lunes 09 noviembre, 2015


Celebramos que el presidente Solís haya golpeado la mesa a sus subordinados. ¡No más excusas!

…desde Moncho

Aires princesos o princesas


La recién nombrada viceministra de Obra Pública, Giselle Alfaro, asesora del exministro Pedro Castro, se atrevió a cuestionar la calidad de los informes técnicos de Lanamme, del Instituto de Ciencias Económicas de la UCR; del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, de especialistas, académicos y profesionales respetables de la sociedad civil, que contribuyeron a crear la Ley 9292, para el corredor vial entre San Ramón San José.
¿Cómo explicarle al país que, luego de ser aprobada en la Asamblea Legislativa por unanimidad, de firmada por el presidente Solís, la recién llegada viceministra Alfaro se atreva a decir que la Ley 9292 es “mala”? ¿Por qué el MOPT o Conavi no lo señalaron cuando estuvo en la corriente legislativa?
Más excusas… ¿Qué los términos de referencia no existían, dice el Ministro Segnini? ¿Qué hizo la “Mesa Ampliada” desde el día mismo que el presidente Solís firmó la ley? ¿A cuántas sesiones asistió el Ministro o el Viceministro? ¿Será por eso que desconoce que quienes redactaron los términos de referencia para contratar al fiduciario fueron Lanamme, IICE, CFIA, Aresep, el Grupo Ciudadanos, donde está el Lic. Paul Brenes; la exmagistrada Ana Virginia Calzada, entre otros, con el apoyo Conasif, Sugeval, BCCR, aprobándolos el 19 de agosto, en oficinas del MOPT? ¿Quiénes gestionaron la participación del INS con el “capital semilla”?
¿Y cuánto ha significado para el país el atraso de la obra, convertida ya en Ley de la República?
En 2011, según estudios del MOPT, circulaban por la carretera San Ramón-San José 98.000 vehículos diarios. Se estima que existe una tasa de crecimiento de un 3%. Así, el tráfico promedio diario es de 101.000 vehículos.
Los estudios señalan que viajan, en promedio, 1,6 personas por vehículo. Cada día, entonces, circulan por esa vía 161.339 personas.
Las presas que se producen en esa carretera diariamente ocasionan atrasos de una hora, en promedio, en cada sentido. Dos horas diarias perdidas en presas, por persona.
Supongamos que el precio de una hora de trabajo de cada una de esas 161.339 personas, conservadoramente es de ¢1.000. El país pierde cada día la suma de 323.000.000.
No contengamos el aliento. Respiremos. En un año el monto llegaría a 117.895.000.000. En letras, para asimilarlo mejor: ciento diecisiete mil, ochocientos noventa y cinco millones de colones. En dólares, al tipo de cambio de hoy (¢540), son $220.000.000.
El precio de la carretera es de $440.000.000. Es decir, en un año perderemos el 50% del valor total de la carretera… Sin incluir costos de llantas, compensadores, frenos, clutch, emisiones de gases, costo social…
¡Celebramos que el presidente Solís haya golpeado la mesa a sus subordinados. ¡No más excusas!
La Ley 9292 faculta al fideicomitente, MOPT-Conavi, a escoger directamente un banco del sistema bancario nacional (art. 1). No sea que, con la excusa de licitaciones y apelaciones, el tiempo juegue a favor de la tesis de la viceministra Giselle Alfaro.

Iris Zamora
 

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