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Arte para las comunidades

Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 21 febrero, 2011



Arte para las comunidades


En la televisión todo depende del raiting. Un programa o un segmento este valen en la medida que sean vistos por la mayor cantidad de televidentes. Es lógico: los canales son empresas comerciales y su objetivo es vender. Como un refresco, un automóvil o un par de tenis.
Si bien en los países con mayor población existen canales culturales que no se rigen por el raiting, los comerciales tienen mayor presencia y por supuesto más presupuesto para sus producciones.
En Argentina el programa con más raiting, Showmatch, de Marcelo Tinelli, mide la cantidad de espectadores por minuto y así decide qué secciones o qué personajes se quedan o se van. Se trata de una producción millonaria que obtiene cuantiosas ganancias gracias a su raiting: inicia con 23 puntos y concluye con 43.
El arte no tiene raiting. Es cierto que un espectáculo de teatro, música o danza puede ser exitoso ese es el objetivo de la mayoría de los creadores pero por más espectadores que asistan estos nunca alcanzarán al número que la televisión convoca. Y aunque si comparamos los costos de producción de un espectáculo con los de un reality show mediático, los primeros son mínimos, es sumamente difícil conseguir los recursos necesarios y más aún lograr el patrocinio de una empresa.
La televisión llega a todos los rincones del país mientras el arte está centralizado en San José. Las comunidades ajenas a la capital están ansiosas de participar en experiencias artísticas y es labor del Estado hacerlas accesibles a todos los habitantes.
Gracias a una iniciativa del Teatro Nacional, desde hace varios años las pequeñas producciones de la Sala Vargas Calvo viajan por algunas comunidades del país. Hace dos años tuve el placer de girar con “Atrapados en un febrero bisiesto” y este año repito la experiencia con “La segunda oportunidad”. Un grupo de excelentes profesionales en el campo técnico hacen posible que el espectáculo sea presentado con la misma calidad que en el teatro josefino, ante los ojos ávidos de quienes no tienen la posibilidad de trasladarse a la capital para disfrutar de la oferta cultural.
En el centro Cultural de Paraíso, los organizadores recibieron al equipo como siempre lo hacen: con cariño y amabilidad. Lo mismo sucedió en Heredia en la Universidad Nacional y cuando esta columna sea publicada habremos realizado dos funciones en el hermoso teatro del Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. El próximo fin de semana “La segunda oportunidad” concluirá la gira en el teatro Copaza de Quepos.
Para los creadores artísticos es un gran placer salir del ámbito urbano y llegar a otros sectores de la población. Comprobar que la comunicación entre el espectáculo y el público es tan fluida o más que en San José, es una experiencia única que justifica el trabajo de todos los involucrados.
Si bien las giras representan un gasto para el Ministerio de Cultura y Juventud —en este caso para su adscrita, el Teatro Nacional— el disfrute del público y su agradecimiento no tienen precio. Desde aquí mi agradecimiento a todos los que hacen posibles las giras a comunidades y a los espectadores que nos reciben con tanto entusiasmo.

Claudia Barrionuevo
[email protected]

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