Colombia, de las guerrillas a Petro.
Una nueva brisa fresca recorre el continente.
Vladimir de la Cruz [email protected] | Miércoles 29 junio, 2022
Costa Rica desde 1898 hasta hoy ha tenido 35 Gobiernos y 35 Presidentes, de los cuales 4 de ellos repitieron uno o dos períodos gubernativos, Cleto González Víquez 1906-1910 y en 1928-1932, Ricardo Jiménez Oreamuno 1910-1914, 1924-1928 y 1932-1936, José Figueres Ferrer 1948-1949, 1953-1958 y 1970-1974 y Oscar Arias Sánchez 1986-1990 y 2006-2010.
De manera que, 31 personas han ejercido el cargo de Presidente de la República, con gran estabilidad política, a un promedio de 3.5 años por Gobierno, considerando que solo en 1917 y 1948 se alteró la gobernabilidad de 4 años de cada gobierno, y durante el año 1919 hubo dos gobernantes de tránsito entre la caída de la Dictadura y el retorno a la democracia.
Desde 1949 recuperamos la estabilidad de gobiernos cuatrianuales.
Nosotros no hemos tenido situaciones político militares conflictivas, tipo guerrillero, en toda nuestra historia, ni prácticamente durante el siglo XX. En una ocasión en el Gobierno de Julio Acosta se dio la guerrilla de Lorenzo Cambronero y Adolfo Braña, desde las Juntas de Abangares hasta Miramar de Puntarenas, respondiendo a acciones del Partido Reformista de Jorge Volio. Resistencia de este tipo no hemos tenido posteriormente en la historia política nacional.
Hemos tenido un desarrollo bastante pacífico de nuestro desarrollo institucional, político y democrático, basado, entre otras cosas, en la estabilidad de gobiernos cuatrianuales por más de 100 años. Se han dado márgenes de participación política electoral que ha contribuido a esta estabilidad, aun considerando la restricción electoral de partidos de izquierda que se impuso entre 1948 y 1970, a la vez que el Partido Comunista de Costa Rica, Vanguardia Popular, nunca apeló a la lucha armada para recuperar su legalidad ni para tomar el Gobierno o el Poder Político, ni tampoco los otros partidos de izquierda que surgieron y desarrollaron desde finales de la década de 1960 hasta la década de 1980, cuando prácticamente todas estas organizaciones desaparecieron del escenario político y del electoral.
En Colombia no ha sido así. A la par del desarrollo político electoral se impuso la violencia política, desde la izquierda y de la derecha, que marcaron especialmente la segunda mitad del siglo XX hasta hoy todavía, con matices más débiles, pero existente aún.
En Colombia, desde principios del siglo XX hasta hoy han habido 42 Gobiernos, y 42 Presidentes, de los cuales 3 de ellos repitieron un período gubernativo, Jorge Holguín Mallarino, 9 de junio de 1909 - 4 de agosto de 1909, y 1921-1922, Alfonso López Pumarejo, 1934 1938 y 1942-1945 y Alberto Lleras Camargo 1945- 1946 y 1958-1962.
De igual modo, 39 personas han ejercido el cargo de Presidente de la República, con una estabilidad política más débil que la nuestra, por los gobiernos cortos que han habido, y el de la Junta Militar de 1957-1958. Colombia estabilizó sus gobiernos cuatrianuales desde 1982.
Colombia se desangró en luchas militares. Desde finales del siglo XIX la llamada Guerra de los Mil Días, con un saldo de alrededor de 100.000 muertos, que abarcó desde finales de 1899 hasta 1902, que creó las condiciones para la separación de la Provincia de Panamá, de manera independiente en 1903.
La guerra civil de Costa Rica, en 1948, sin que se haya podido precisar exactamente la cantidad de fallecidos por el conflicto, en sus cifras más altas se dice que hubo 3.500 muertos.
En Colombia, en 1948, el 8 de abril, fue asesinado, con participación de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, Julio César Gaitán, uno de los lideres del Partido Liberal, quien postulaba a la Presidencia en 1950, que gozaba de un apoyo popular enorme. Estaba en su agenda recibir al líder estudiantil cubano, que visitaba Colombia, Fidel Castro Ruz, que le tocó vivir ese acontecimiento.
Su asesinato provocó el llamado Bogotazo, un gran levantamiento popular y una represión enorme antipopular. Esta situación provocó que el General Marshall, de los Estados Unidos, en ese momento en las bases militares de Panana, decidiera no moverse de Panamá hasta que la situación de Colombia, y e Guerra Civil que había en Costa Rica, se calmara. Esta situación también facilitó el llamado Pacto o Conversación de Ochomogo, entre José Figueres y Manuel Mora, para ponerle fin a la Guerra Civil y evitar la Batalla de San José, que se estimaba iba a ser muy cruenta.
Era el período de la Guerra Fría y no interesaba la llegada de Gaitán al Gobierno, como tampoco interesaba la llegada al Gobierno, en 1948, de Rafael Angel Calderón Guardia, en Costa Rica. Con ambos, con Gaitán y con Calderón, y su alianza con los comunistas en 1943, se temía un avance o la llegada del socialismo.
El Bogotazo como reacción popular se generalizó a varias regiones de Colombia, dando origen a lo que se ha llamado la época de la Violencia en Colombia, que se prolonga hasta nuestros días con la guerra de guerrillas que se desarrolló desde aquellos años, en sus diferentes frentes de combate y distintos grupos guerrilleros.
La lucha de la guerrilla colombiana en una época se llegó a afirmar que tenía controlado el 60% del territorio de Colombia, peleando en ocasiones a 40 kilómetros de Bogotá, la capital. En paralelo los gobiernos se distinguían por violación de derechos humanos y acciones represivas.
Entre los movimientos guerrilleros que se desarrollaron en Colombia están las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército del Pueblo (EP), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación Nacional (EPLN) y el Movimiento 19 de Abril (M-19). Todos estos movimientos guerrilleros han respondido a diferentes conceptos político ideológicos de la izquierda política de Colombia.
Desde muy joven, desde la década de 1960 me vinculé, y seguí informativa y emocionalmente a las guerrillas que dirigía Manuel Marulanda Vélez, conocido como Tirofijo, que desde la década de 1950 había desarrollado las autodefensas campesinas, cuando se hablaba de la fundación de la República de Marquetalia, en el territorio colombiano. En mis primeros años de dirigencia estudiantil universitaria tuve contacto con combatientes colombianos que pasaron por Costa Rica.
En 1984, las FARC, agregaron el nombre de Ejército del Pueblo a su denominación original, FARC-EP. En el año 2000 solo este grupo guerrillero dominaba el 40% del territorio colombiano, llegando a tener casi 20.000 combatientes.
Marulanda murió en la selva por un infarto. Le sucedió en la jefatura Alfonso Cano muerto en combate en el 2011, asumiendo la dirección de esta lucha Rodrigo Londoño Echeverri, conocido como Timochenko, todavía en combate con una fuerza que se estima en los 8000 guerrilleros. Este grupo no ha aceptado integrarse al proceso de desmovilización militar e integración en la vida política.
El Ejército de Liberación Nacional se constituyó en 1965, bajo la influencia de la Revolución Cubana, y de luchas nacionalistas, que apoyaba este tipo de grupos, que no venían de las organizaciones comunistas, que en esa década y tiempo histórico, no apoyaban estas formas de lucha para la toma del poder. Este grupo guerrillero se dice que tiene unos 3000 combatientes actualmente.
También influyó en este grupo la Teología de Liberación, que acaba de tener un impacto muy importante en el sacerdocio latinoamericano con la Conferencia de Medellín.
Esta presencia religiosa tuvo mucha influencia en América Latina, y en una parte de la dirigencia estudiantil universitaria costarricense. Parte de eso fue la candidatura que impulsamos, a la Presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica, en 1967, de Ana Ligia Rovira, contra la candidatura de Fernando Berrocal. Ana Ligia fue la primera candidata mujer a la Presidencia de la Federación, impulsada por los comunistas y católicos, que empezábamos a desarrollar nuestra actividad estudiantil con estos grupos cristianos, que conjuntamente desarrollamos una gran alianza práctica en muchos campos, y llevamos a cabo muchas luchas, en esos años.
En esos días en que empezamos la lucha estudiantil comunista de manera más organizada, en la Universidad, se nos ligó, con mucha discreción, un sacerdote colombiano, vinculado a las luchas ya guerrilleras en su país, que nos trasmitía parte de su experiencia de lucha popular y universitaria, quien poco tiempo después regresó a Colombia a la lucha militar guerrillera.
Las guerrillas colombianas, en su historia, se manifestaron en diferentes grupos. Los principales son los siguientes.
El Ejército Popular de Liberación se constituyó en 1966, influido en esos años por el maoísmo, que era la corriente que se basaba en la presencia del Partido Comunista Chino, a nivel de un pequeño grupo de partidos comunistas desde 1961, y de su gran dirigente Mao Tse Tung. Este movimiento se desmovilizó en el 2000 y actualmente sobrevive un pequeño grupo bajo la denominación de Frente Libardo Mora Toro, que opera en el norte de Santander.
El Movimiento 19 de Abril (M-19), fundado en 1970, aparece en el combate en 1973, más ligado al Partido Comunista de Colombia. Este grupo es el que recientemente se constituyó como Alianza Democrática M-19, después del Acuerdo Político de 1984, y la desmovilización de 1989, que condujo a un Acuerdo de Paz en 1990 y a una nueva Constitución en 1991. A la desmovilización de 1991 se sumaron el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Movimiento Armado Quintin Lame (MAQL).
En correspondencia a estos movimientos armados se desarrollaron también grupos paramilitares de extrema derecha, que privatizó en muchos aspectos esta lucha, que adquirió la forma de comandos y escuadrones de la muerte, como se desarrollaron en Guatemala, para el exterminio selectivo de dirigentes populares, sindicales, sociales e intelectuales y profesores universitarios. El grupo más destacado de estos, de la extrema derecha colombiana, vinculado también al narco, fue el de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que llegó a tener 23 grupos operativos, con poco más de 15.000 personas organizadas, y que operaron activamente entre 1997 y el 2006. La desmovilización militar que se ha logrado no disolvió totalmente a las AUC. A este grupo se le atribuyen más de 50.000 muertes, desapariciones, torturas, secuestros, asesinatos selectivos, despojo y desalojo de tierras de campesinos. Algunos grupos de estas AUC han continuado existiendo, más como bandas criminales, conocidas como Bandas Criminales Emergentes (BACRM).
Las fuerzas armadas de Colombia son quizá el Ejército mejor formado de la parte norte de Sur América. Las fuerzas militares, con su Armada y sus Fuerzas Aéreas, fueron las que desarrollaron inicialmente la lucha contra los movimientos guerrilleros, formando grupos llamados antiterroristas.
Colombia desde la perspectiva de los Estados Unidos se convirtió en el gran laboratorio de lucha antiguerrillera.
La Doctrina de Seguridad Nacional que se impulsó por parte de los Estados Unidos, y más tarde el Plan Colombia, con una perspectiva regional, fue el marco teórico, político, militar e ideológico de formación y actuación de las fuerzas armadas regionales, que también se ligó a la lucha contra el narcotráfico, la producción de drogas y el tráfico de armas en la región. Bajo esta estrategia el Human Rights Watch en los últimos años ha señalado la eliminación selectiva, y ejecuciones ilegales, de más de 4.000 personas, manteniendo en Colombia un estado de violencia no del todo acabado.
Esta época de guerrillas y lucha antiguerrillera produjo entre combatientes caídos y civiles fallecidos, alrededor de 250.000 personas, y entre desaparecidos, secuestrados y asesinados se tienen poco más de 200.000 personas.
La guerrilla colombiana no tuvo ninguna repercusión militar guerrillera a los países limítrofes de Colombia, en Panamá, Venezuela y Ecuador.
El desarrollo político en Venezuela y en Ecuador, especialmente, en estas décadas del siglo XXI impulsaron, por su propia dinámica, gobiernos progresistas y anti partidos tradicionales, que se inscribieron, durante el período gubernativo del Presidente Chaves, de Venezuela, que marcó a toda la región, en un proyecto latinoamericanista, progresista, considerado de izquierda en su concepción amplia, no comunista, sin desarrollar ningún sistema, ni ninguna economía o política de Estado socialista. Lo que mantuvieron fue un discurso latinoamericanista, antiimperialista, con desarrollos de tipo capitalista al interior de cada país.
A lo más que llegaron las guerrillas colombianas fue a usar el territorio fronterizo venezolano y ecuatoriano para su seguridad, lo que creó en distintos momentos tensiones entre Colombia y esos países.
El retorno en Colombia al fortalecimiento de la vida política que se ha logrado en los últimos años, especialmente desde los gobiernos de Juan Manuel Santos Calderón, desde el 2010 hasta el 2018, ha creado las condiciones para que Gustavo Petro, exguerrillero, asuma la Presidencia de la República de Colombia para el período 2022-2026.
Petro fue apoyado públicamente por el ex Presidente Santos, expresando ese apoyo una visión por la superación de la violencia histórica.
Las elecciones fueron cualitativamente nuevas en todo su contexto, especialmente por los finalistas electorales, para la segunda ronda, donde quedaron superados y relegados los partidos tradicionales colombianos, como sucedió en las elecciones costarricenses del 2018, donde los dos partidos políticos tradicionales quedaron excluidos de optar a la segunda ronda electoral.
Gustavo Francisco Petro Urrego, el nuevo Presidente de Colombia es Senador desde el 2018, y fue el fundador del movimiento político, Colombia Humana, que lo llevó a la Presidencia con la coalición llamada Pacto Histórico. Durante el período 2014-2015 fue Alcalde de Bogotá, la capital colombiana.
Su llegada a la Presidencia marca el ascenso del primer Presidente claramente de izquierda en Colombia. Cuando tenía 17 años, hace 45 años, en 1977, se unió a la guerrilla del Movimiento-19 Abril.
Cuando este movimiento se incorporó a la vida política electoral, como Alianza Democrática M-19, en 1991, Petro fue electo a la Cámara de Representantes, momento a partir del cual inicia su carrera política electoral. Después fue Senador del partido Polo Democrático Alternativo.
A la presidencia había aspirado en las elecciones del 2010. Luego fundó el grupo Colombia Humana, con el que fue electo en la Alcaldía de Bogotá en el 2011. En el 2018 volvió a ser candidato presidencial, donde ya había quedado en segundo lugar. En las elecciones del 2010 terminó de cuarto lugar, con lo cual se muestra un proceso de crecimiento político y confianza en el electorado colombiano.
Petro se desarrolló académicamente. Se graduó en Colombia en Administración Pública y en Economía. Luego sacó un doctorado en Bélgica, en Economía y Derechos Humanos, e hizo estudios de Doctorado en Salamanca, España.
Desde el año 2007 ha sido objeto de intentos de asesinato, incluso con participación de miembros de la inteligencia del Ejército.
Los intentos de asesinato seguramente se activarán siguiéndole los pasos al ejercicio de su Presidencia, si a los grupos conservadores y de la derecha colombiana no le gusten. En extremo, la posibilidad de un Golpe de Estado blando, como se han ensayado en el continente, en Honduras, Bolivia y Paraguay, es otra posibilidad contra el gobierno de Petro.
Petro es el primer Presidente de izquierda en Colombia. Acompañado en su Vicepresidencia por una mujer negra, Francia Marquez, de la clase trabajadora, que fue minera y empleada doméstica que también logró superarse académicamente.
Colombia tiene casi 50 millones de habitantes. La cuarta parte de los votantes es menor de 28 años, cuya mayoría, entre los 18 y 24 años, votó por Petro, porque es el sector social más necesitado de cambio político, social y económico, afectado por las políticas neoliberales que se venían imponiendo, que rechazaron la campaña elitista, misógena y racista que se hizo contra Petro.
Votaron por Petro por una sociedad más solidaria, por una sociedad que recompense mejor el trabajo de la mujer, por un uso de la tierra que por medio de una reforma agraria y acceso al agua permita mejorar y transformar el mundo rural colombiano, por una economía y producción que conduzca a superar desigualdades especialmente rurales, para asegurar el cumplimiento de los acuerdos de paz del 2016. En este sentido uno de los grupos guerrilleros en armas aún manifestó estar dispuesto a negociar con Petro su reincorporación a la vida política y civil. Tiene planteado Petro garantizar los derechos de las víctimas de los conflictos armados que ha vivido Colombia y procurar de manera efectiva una política pacífica y de reconciliación nacional. Su política feminista es muy importante por el papel de las mujeres negras en Colombia. También ha puesto énfasis en el ambiente, que por primera vez se trata electoralmente como prioridad.
Entre los principales políticos que le han respaldado tras su triunfo están el ex Presidente Santos, el actual Presidente Duque que lo programó reuniones de trabajo hacia la transición y el apoyo que recibió de su contrincante Rodolfo Hernández.
La elección de Petro, para los que vivimos fuera de Colombia, nos dice que el pueblo colombiano, que ha vivido más de 50 años de intensa violencia política militar, estaba harta de esa situación, y estaba hastiada de los gobiernos tradicionales, de sus formas de dirigir los asuntos de gobierno, que fueron barridos en estas elecciones tanto por Petro como por el otro finalista electoral, Rodolfo Hernández, un nuevo actor político colombiano, como lo fue el Presidente Rodrigo Chaves en Costa Rica.
Nos dice también el resultado electoral que la gente quiere la paz, que cese el discurso de la violencia institucional que han mantenido los partidos tradicionales.
Nos dice que confían en Petro y su proyecto político para la actual Colombia.
Petro ganó las elecciones con una mayoría significativa, apenas superior casi en un 3% sobre su contrincante, a quien se le unieron todas las fuerzas derechistas de Colombia. No le será fácil gobernar así. La oposición política que tendrá Petro tiene una base electoral muy grande. Habrá que ver cómo actúa la inteligencia política de esa oposición.
Petro tiene la suficiente inteligencia política y emocional para enfrentar los retos que le impone su próximo Gobierno.
Para la América Latina, en este momento, es una brisa más del aire fresco que recorre el continente.
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