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¿Cuál es la fuente de energía estrella del país por crecimiento? (II)

Roberto Dobles [email protected] | Lunes 02 diciembre, 2019


En la columna anterior se señaló, con base en datos oficiales, que el Gas Licuado de Petróleo (GLP) importado, compuesto mayoritariamente por propano y butano, es la fuente de energía estrella del país por su alto y creciente consumo.

En esta columna se amplía el análisis sobre cómo el GLP está creciendo a un ritmo mucho mayor que cualquier otra fuente de energía en el país, incluyendo las fuentes renovables nacionales, que son las que menos están creciendo.

El resto de los derivados de petróleo importados también están creciendo más rápidamente y a un ritmo superior con respecto al crecimiento de las energías renovables nacionales.

Esta situación está provocando que la dependencia petrolera del país continúe creciendo, la cual llegó al 64,5% en el 2018 del consumo energético nacional, que es la participación en la matriz energética nacional más elevada en la historia.

En dos columnas anteriores, tituladas “Retórica y realidad (II)” y “¿Están cediendo terreno las energías renovables nacionales en favor del petróleo importado?”, quedó claro lo siguiente (con base en datos oficiales):


  • El alto crecimiento continuo del consumo de GLP importado previsto en el futuro acentuará aún más la tendencia de desplazamiento y sustitución que ha venido ocurriendo de las fuentes nacionales renovables de energía (hidroelectricidad, viento, geotermia, biomasa, etc.) en todos los sectores económicos y sociales del país (residencial, industria, comercio, servicios, construcción, etc.).
  • Que después del consumo de diésel y gasolina, el GLP ya ocupa el tercer lugar en consumo y que en el futuro el consumo nacional de GLP llegará a igualar el consumo de Gasolina Plus.


El alto crecimiento del consumo nacional de GLP está provocando igualmente que su importancia relativa sea cada vez mayor en el país con respecto al promedio mundial.


En el 2018, la participación del GLP en el consumo nacional y mundial de derivados de petróleo fue la siguiente:


• Costa Rica (sólo en usos energéticos): 9,5%.


• Mundo (usos energéticos y no energéticos): 7,9%.


No solamente la participación promedio del GLP a nivel mundial es menor que en Costa Rica, sino que las cifras de consumo mundial son para usos energéticos y no energéticos, mientras que en el país son únicamente para usos energéticos.

En el 2018, el consumo mundial de GLP para fines energéticos fue del 65% y para fines no energéticos fue del 35% (materia prima no energética en la industria petroquímica y en otros usos no energéticos), lo cual hace que la diferencia en la participación energética del GLP en Costa Rica sea aún mayor.

En el futuro, la participación del GLP del país, con respecto al promedio mundial, crecerá aún más ya que se prevé que el crecimiento del consumo nacional de GLP (para fines energéticos) en los siguientes años sea mucho mayor que el consumo mundial (para fines energéticos y no energéticos).


Las proyecciones de crecimiento del consumo para el período 2018-2027 son las siguientes:


  • Costa Rica (escenario medio de RECOPE): 52,1% de crecimiento (promedio anual del 4,8%).
  • Mundo: 16% de crecimiento (promedio anual del 1,8%).


Lo anterior a pesar de que la demanda de GLP en Costa Rica es sólo para usos energéticos, por lo que el sesgo que introduce la política energética y económica nacional hacia el GLP importado es todavía mayor.

El rápido crecimiento en el consumo de GLP en el país está siendo impulsado por varios factores relacionados con la política energética y económica del país (por acción y por omisión), la cual estimula fuertemente el consumo de GLP.

Los siguientes factores, entre otros, están impulsando el rápido crecimiento del GLP en el país:


  • Costos de la electricidad. Los altos y crecientes costos de la electricidad generada con fuentes nacionales renovables de energía, con respecto a los derivados de petróleo importados, está provocando un mayor consumo de GLP y derivados de petróleo en general. Lo anterior a pesar de que los derivados de petróleo tienen impuestos mucho más elevados que la electricidad.


  • Política nacional de fomento del uso del GLP. El VII Plan Nacional de Energía 2015-2030 (vigente) no solamente señala que “el gas licuado de petróleo (GLP) ha mantenido un crecimiento sostenido desde su incorporación en la matriz energética”, sino que uno de los objetivos del Plan busca también “Ampliar la participación del gas licuado de petróleo (GLP) en la matriz energética”.


Los resultados de la política energética nacional (altos costos de los proyectos de generación de electricidad con energías renovables, fomento del consumo del GLP importado, etc.) y de la política energética de la mayor parte de los países del mundo son muy diferentes.

En lugar de impulsar proyectos caros de energías renovables para generar electricidad y para fomentar el uso del Gas Licuado de Petróleo (GLP) importado como se está haciendo en Costa Rica, los países del mundo están más bien impulsando proyectos de bajo costo de energías renovables (como la energía solar) y de combustibles de bajo costo y bajas emisiones (como el gas natural, cuyo componente principal es el metano).

La energía solar y el gas natural son las dos fuentes de energía que están liderando la transición energética en el mundo, por ser mucho más baratas y por generar mucho menos emisiones al ambiente, incluyendo gases de efecto invernadero.

La situación de alto crecimiento del consumo de derivados de petróleo importados (incluyendo el liderazgo de crecimiento que tiene el GLP) por encima de las energías nacionales de alto costo disponibles en este momento tiene serias consecuencias para el país, entre las cuales se encuentran las siguientes:


  • Ampliación del serio problema energético (altos costos, pérdida de seguridad energética, etc.), económico (pérdida de competitividad, salida importante de divisas, etc.) y social (obstáculo a la creación de empleo y a la reducción de la pobreza, etc.).
  • Pago de las importantes y crecientes cantidades de impuestos que genera la producción de petróleo y la actividad petrolera en general en los EE.UU. (el 98% de las importaciones petroleras que hizo RECOPE en el 2018 vinieron de ese país).
  • Aumento de las emisiones al ambiente que, entre otras cosas, pone al país en una trayectoria contraria a los compromisos nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero adquiridos en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.









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