De Kakfa a la carretita cuentacuentos
Rodolfo Piza | Miércoles 13 julio, 2016

Un joven costarricense, periodista reconocido, Alberto Barrantes (24 años), quien impulsa La Carretica Cuentera, un proyecto exitoso que fomenta la lectura en niñas y niños
De Kakfa a la carretita cuentacuentos
Se atribuye a Franz Kafka, el gran novelista checo de principios del siglo XX, una historia maravillosa. Se cuenta que mientras paseaba por un parque cercano a su casa, se encontró a una niña llorando porque había perdido su muñeca. Al llegar a su casa, adolorido por el sufrimiento de la niña, se dio a la tarea de escribir una carta en la que la muñeca contara el por qué se había marchado a correr mundo. Luego, le dio la carta a la niña y viendo que ella había encontrado consuelo en su lectura, decidió seguir contando la historia de la muñeca, escribiendo como si fuera ella la que contara sus aventuras. Y así ayudó a convertir el sufrimiento de una niña en la ilusión de conocer su historia. En la última carta, le explicaba a la niña por qué no podía volver: se iba a casar.
Para ese entonces, Kafka ya era un escritor reconocido internacionalmente. Entre sus novelas clásicas, destacan La Metamorfosis, que narra la historia de un comerciante de telas que un día amanece convertido en un enorme insecto; y El Proceso, que describe el proceso tan alambicado y absurdo que sufre un hombre al tratar de defenderse de una acusación de la que nunca sabe de qué se trata, y que dio lugar al mote de “proceso kafkiano” a los procesos judiciales que tienen esas pérfidas características. Pues bien, ese hombre famoso y reconocido internacionalmente decide dedicar su tiempo a escribir cartas, sin otra intención que llevarle consuelo a esa niña a la que se le perdió su muñeca.
La historia de esas cartas, que desaparecieron, terminó siendo recreada por otro autor (Jordi Sierra i Fabra) en una novela llamada Kafka y la muñeca viajera, y quizás nos sirva para destacar el valor de los libros y de la lectura, sobre todo cuando los vivimos y disfrutamos desde la niñez.
También nos sirve para descubrir la vocación de las personas. Las mentes pusilánimes piensan que los pintores pintan por la fama o por el dinero, que los escritores escriben por lo mismo o por vanidad, que los futbolistas se entregan a la pasión del juego por algo parecido, que los religiosos asumen su espiritualidad buscando la vanidad, el poder o la ambición. No entienden que en realidad es la pasión, el fuego de San Telmo, la que los empuja a descubrir, y que en la escritura, en la pintura, en el deporte, en la religión, en la política encuentran el bálsamo para esa pasión.
Esta historia la recordé a propósito de una conversación que tuve con un joven costarricense, periodista reconocido, Alberto Barrantes (24 años), quien impulsa La Carretica Cuentera, un proyecto exitoso que fomenta la lectura en niñas y niños de 4 a 6 años mediante cuentos infantiles y personajes, que se diseñan en talleres presenciales en las aulas de Costa Rica. Actualmente es auspiciado por el Ministerio de Cultura. Vieran cuánta alegría e ilusión lleva a la niñez. ¿Cuántos famosos escritores estará incubando?
Rodolfo E. Piza Rocafort
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